Robert Duvall protagoniza el segundo fiasco cinematográfico de Emilio Aragón en ‘Una noche en el viejo México’. Un Western vacío y costumbrista donde sólo brillará la actuación del mítico actor frente a la desafortunada intervención del elenco español.
Sinopsis de la película ‘Una noche en el viejo México’
Red Bovie (Robert Duvall) acaba de perder el rancho donde se crió desde niño cuando aparece un joven desconocido que dice ser su nieto (Jeremy Irvine). Red, en lugar de darse por vencido y tirar la toalla dejándose podrir en la más absoluta desolación, decide emprender junto a su nuevo nieto un último gran viaje a la tierra que tantas alegrías le diera hace muchos años: el Viejo México.
Crítica de la película ‘Una noche en el viejo México’
Si a la hora de metraje de una película miras el reloj desesperada y te preguntas sorprendida ¿tan solo llevamos 60 minutos en la sala? es que, desde luego, la cosa no pinta nada pero que nada bien. Como ya pueden suponer este fue el “calvario” personal al que me enfrenté durante el visionado de los 103 minutos de duración de Una noche en el viejo México.
En esta segunda inmersión en la gran pantalla de Emilio Aragón (‘Pájaros de papel‘) como director el resultado final nos vuelve a dejar “con la boca abierta”. Pero desde luego no de admiración. Y es que ¿cómo se puede disponer de tantos buenos recursos y usarlos tan mal? La verdad es que resulta bastante complicado de explicar…
Es cierto que el presupuesto con el que ha contado la película no es ni mucho menos alto, 2.000.000 de dólares -lo normal en el cine español para una película al uso-, y además Una noche en el viejo Méxicodeja más que demostrado que rodar en tan sólo 23 días queda muy lejos de ser una proeza, como señalaba el director en rueda de prensa, cuando se obtiene este resultado final. A su favor el proyecto contaba con una grandísima leyenda del cine clásico que desde luego aporta carisma y fuerza a la película.
Pero ni la magnífica interpretación del gran Robert Duvall puede poner a salvo a una cinta donde ya ni la idea original del proyecto es buena. Y es que poco más daba de sí el guión que tenía “escondido bajo la manga” Bill Wittliff (‘Vaqueros en Nueva York’, ‘Leyendas de pasión’ o ‘La tormenta perfecta’), una road movie sobre un abuelo cascarrabias (Robert Duvall) y un nieto bastante inocentón (Jeremy Irvine) donde el principal error es que no pasa nada, pero nada de nada. Nos encontraremos frente a frente con un argumento vacío, por mucho que nos quieran vender persecuciones, matones, romances y un botín de una gran suma de dinero.
Así, entre tanto desatino, pasarán los minutos y Robert Duvall seguirá al volante de su viejo Cadillac mientras proclama una oda a las ganas de vivir y de luchar, todo ello a un Jeremy Irvine tan mohíno que provocará repulsión. Mientras, el resto de secundarios roban, matan o huyen sin ningún motivo de peso. ¿Cuál es la trama a resolver o por la que interesarnos? Una pelea totalmente absurda entre nieto y abuelo por fin nos desvelará ese gran misterio -¡hurra!-, para entonces habrá transcurrido más de la mitad de la película y, francamente, el resultado ya no tendrá ningún efecto en el espectador, anestesiado con tantos sin sentidos.
Por si fuera poco, a este despropósito de trama le acompañará un costumbrismo desolador que sin remedio abunda en cada rincón de la película. Motivo que salpicará también al elenco español y latino, que será incapaces de encajar de manera coherente en ningún lugar dando como resultado una innecesaria mezcla cultural.
Conclusión: UnRobert Duvall brillante hará lo que pueda por salvar esta tediosa experiencia donde finalmente podremos comprobar que a Emilio Aragón, acostumbrado a “meterse en todos los charcos” desde los 90, la aventura americana le ha quedado muy grande.
