Se estrena Lucy en la que Luc Besson nos presenta un anodino y poco arriesgado ejercicio visual con ínfulas de serie B.
Sinopsis de la película ‘Lucy’
Lucy(Scarlett Johansson) se ve involucrada por casualidad en una red mafiosa de narcotraficantes coreanos que le obligan a hacer de “mula” de un nuevo tipo de droga que, tras una patada de un esbirro de los mafiosos, entra en contacto con su organismo. A partir de esa circunstancia Lucy verá incrementado su capacidad cerebral convirtiéndose en un ser sublime e imparable con ciertas ganas de revancha.
Crítica de la película ‘Lucy’
Con ‘Lucy‘, el directorLuc Besson parece pretender un alocado viaje lisérgico alrededor de su propia filmografía. Una especie de cómputo de los temas tratados en sus películas anteriores que nos lleva a reflexionar sobre las verdaderas intenciones del director francés. Porque aunque ‘Lucy’ se sujete a una pretendida concepción filosófica, antropológica y teológica, platónica y Tomista, muy de andar por casa, la película o bien es el resultado de una mala experiencia con drogas alucinógenas, como le ocurrió al beatle Lennon con su composición “Lucy in the sky with diamonds”, protagonizada por una chica con los ojos caleidoscópicos (con cierta analogía en el film), o bien la cosa va en serio dentro de unos parámetros.
Si la propuesta de Besson es el humor ácido, la parodia (poco velada) de las películas de superhéroes y la ironía con mala leche, se queda a mitad de camino. Podría haber llevado al punto máximo su gamberrismo y ya puestos, a cargar con todo.
Sin embargo, si el director y autor del guion quiere que formemos parte de lo que argumenta y que lo tomemos en cierta consideración, ‘Lucy’ termina por agotar la paciencia del espectador, ya que ni el reclamo de su protagonista Scarlett Johansson (Her) puede satisfacer al más compulsivo fan onanista.
Dice Besson que los críticos franceses, que son muy suyos y además franceses, poco han hablado de la puesta en escena. Pues bien, la puesta en escena de Besson es muy personal, identificable, complaciente y efectista, virtudes que pocos directores llegan a demostrar. ‘Lucy’ no hace más que repetir clichés y lugares comunes personales; es decir, una película más aunque lo quieran llamar autoparodia, aspecto éste que queda suficientemente demostrado en la elaboración de los personajes y los temas que se tratan pese a ser uno de los guiones más anodinos del director en cuanto a su construcción. Todas las referencias son identificables: Nikita (1991), León (1994) o El quinto elemento (1997).
La primera media hora de ‘Lucy’ es rítmica, Scarlett Johansson interpreta, y la realización es brillante. Dejando de lado la machacona insistencia por las imágenes tipo Discovery Channel, todas las secuencias de Lucy y los mafiosos coreanos mantienen un interés que queda diluido con la ingesta accidental de la droga por parte de la protagonista y el posterior desvarío global. A partir de este instante el suspense queda expulsado de la historia (queda claro que ‘Lucy’ es imbatible y los coreanos son meras comparsas), la interpretación de la protagonista se limita a la mala imitación de un androide con parálisis, con acertados ojos de yonqui. Morgan Freeman (Trascendence), exceptuando tres secuencias, se limita a presentar su programa de televisión “Secretos del universo”. Ni siquiera las correctas escenas de acción, con su hábil dosis de socarronería (véase la entrada a la par en la universidad de los mafiosos y la policía) puede suplir un absurdo y delirante final, con viajes en el tiempo incluidos, llegando al máximo paroxismo cinéfilo, pensamos en 2001 una odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968), con el encuentro entre Lucy y su análoga Australopithecus afarensis.
La película parte de una idea original y sugerente: la sobredosis de cierta droga puede provocar de inmediato evolucionar de un tirón en la cadena humana, aumentar las capacidades cognitivas y sus consecuentes dimensiones apocalípticas. Lo que ocurre es que su director se pierde en una red de axiomas banalmente metafísicos que producen una pérdida de interés por la historia de Lucy, y por el film en su conjunto, según transcurre la acción.