Christopher Nolan, el responsable de la nueva y exitosa saga sobre Batman, ‘El caballero Oscuro’, se acerca de nuevo a los argumentos metafísicos, como ya hiciera en la película protagonizada por Leonardo Dicaprio ‘Origen’, para contar ‘Interstellar’una intrigante, sobrecogedora y apasionante película de ciencia ficción, protagonizada por uno de los actores más viscerales del momento, Matthew McConaughey.
Crítica de la película ‘Interstellar’
El planeta tierra está agotándose. Año tras año, se extinguen más y más especies obligando a la población cultivar aquellas plantas que son más resistentes. Una caída incesante de polvo penetra hasta lo más profundo de las casas siendo cada vez más comunes e intensas las tormentas de polvo que hacen irrespirable el aire. El mundo se agota y parece muy difícil su recuperación.
Sin embargo, un proyecto mantenido en secreto durante años,la misión “Lazarus” (Lázaro), tiene la intención de enviar un grupo de exploradores espaciales hasta los confines del universo para buscar un nuevo planeta en el que establecer a toda la raza humana salvándola así de su previsible extinción.
Crítica de la película ‘Interstellar’
Es posible que ‘Interstellar‘ transmita, en cierto modo, la sensación de estar viendo algo que nunca se había visto antes en el cine. Quizá, del mismo modo que en 1968 los espectadores de ‘2001: Una odisea en el espacio’ experimentaron de la forma más realista posible para la época los viajes espaciales, hoy, que ya apenas nos inmutamos cuando vemos surcar por el espacio las naves espaciales, podamos ser conmovidos por uno o varios, de los temas (y efectos), con los que Christopher Nolan aborda la película. Sin embargo la emoción, la sorpresa, el motivo por el que en momentos podremos descubrirnos conteniendo la respiración, es probable que esté en las antípodas de los rimbombantes, discursivos y explicativos argumentos que Christopher y su hermano Jonathan introducen en boca de cada personaje.
Uno de los puntos más fuertes que tiene la película ‘Interstellar’ es quizá también su talón de Aquiles, pues al llevar la ciencia ficción a la posibilidad teórica de la realidad, y sobre todo, el especial empeño de que todo el mundo en la sala quede convencido de que todo, absolutamente todo lo referente a la astrofísica (agujeros negros, agujeros de gusano, curvatura espacio-temporal), ha sido antes consultado y debidamente asesorado por los mismos especialistas de la NASA, más pierde la producción en emoción y emotividad. Un fallo que es tan real y romántico como tratar de hacer entender a tu pareja que el amor que sientes por ella es en realidad un cúmulo de reacciones químicas, resultado de unas glándulas que liberan… líquidos. ¿Real? Mucho. Emotivo… ustedes me dirán.
Pero lo cortés no quita lo valiente y en este caso estoy seguro que más de un cerebrito puede experimentar algo parecido al amor al ver representado de forma tan fidedigna (pero con licencias, claro, que no estamos en un documental) cómo el intrépido Cooper (personaje interpretado por el siempre sólido Mathew McConaughey) se lanza al espacio para tripular la nave que pueda salvar a la humanidad, o más concretamente, a su familia (que a fin de cuentas son es lo único que suele importar realmente a cada persona), mientras toca lidiar con agujeros de gusano, agujeros negros y demás particularidades espaciales, llegando incluso, a desentrañar sus secretos.
Expuestos en primer lugar los peros y explicadas sus consecuencias inmediatas… “Interstellar” está destinada a posicionarse, junto a “2001: una odisea en el espacio”, como una de las mejores películas de ciencia ficción realista de la historia. De forma evidente: cuenta con un reparto espectacular (Michael Kane, el ya mencionado Mathew McConaughey, Anne Hathaway, Jessica Chastain), una fotografía brutal, una banda sonora poderosamente imprescindible (Hans Zimmer) que mantiene álgidas las secuencias de acción y trata de intensificar la emoción de las escenas (aprovecho para recordar que Acción no sólo significa repartir sopapos) y demás momentos dramáticos, y una convincente forma de cohesionar temas como el drama familiar, la ciencia ficción, el género de catástrofes, el misterio, la existencialidad… y todo ello sin olvidar pincelar la película de unas leves pero muy oportunas dosis de buen humor.
Ahora bien… advierto que será más que difícil disfrutarla al 100% como se merece en el terreno nacional. Llámenme friki, raruno, pijotero, pequeño Nicolás, consejero de Bankia, o cualquier otro improperio que se les ocurra pero… dudo mucho que se pueda disfrutar en versión original en ninguna sala preparada para la proyección IMAX (Teniendo en cuenta que quedan en todo el territorio nacional entre 5 y 3 salas…). Aun así, por favor, aquellos que tengan la opción, aquellos que sean unos acérrimos seguidores de la ciencia ficción, a los que les encante la fotografía, el espacio, o simplemente quieran disfrutar de la película a lo bestia… no dejen de asistir a verla en una sala IMAX. Sobrecogedora es la palabra que les vendrá a la cabeza desde que en el primer minuto de ‘Interstellar’, el piloto frustrado Cooper, intentente salir al espacio exterior a los mandos de una vibrante nave espacial.
