Fabient Constant, tras haber forjado su carrera en la realización de vídeos y reportajes sobre el mundo de la moda y la televisión, se lanza al mundo del largometraje documental retratando a una de las figuras fundamentales del panorama fashion actual, la rusa Carine Roitfeld.
Sinopsis de la película documental ‘Mademoiselle C’
Después de que su peculiar forma de entender la imagen de moda le valiera la salida forzada del grupo editorial Condé Nast, la ex- directora del Vogue Francés se encuentra ante un reto: la salida al mercado de CR, su nuevo proyecto editorial. A medio camino entre la revista y un libro, CR colma los deseos de su creadora como vehículo de creación de imágenes al tiempo que se convierte en una nueva plataforma en la que experimentados profesionales comparten espacio con nuevos talentos. Sin embargo, su puesta en marcha no deja de encontrarse con piedras en el camino.
Crítica de la película documental ‘Mademoiselle C’
Es difícil entender el negocio de la comunicación de moda actual sin llegar a enfrentar las personalidades de las responsables de las dos ediciones de Vogue más poderosas y, en consecuencia, sin comparar los dos documentales que las retratan. Si The September Issue (R.J. Cutler, 2009) era un seguimiento de la realización del vital número de septiembre del Vogue estadounidense, una máquina engrasada en la que la temida y respetada directora Anna Wintour controla todos los aspectos del imperio con mano de hierro y una clara visión empresarial, Mademoiselle Cse presenta al público como la elaboración de su contrario. Centrando su argumento en la creación y salida al mercado de CR, el trabajo de Constant parece concebirse como un homenaje al renacer (cuan ave fénix) de la ex-editora del Vogue francés Carine Roitfeld y a su personal concepción de la moda: es decir, una oda al arte y a la ensoñación por encima de la publicidad y de las cifras.
El documental comienza situando al espectador 6 meses antes de la culminación del proyecto, en un interminable seguimiento a Roitfeld (a veces errático y en continuo movimiento debido a su ajetreada vida laboral y personal) que permite, sobre todo, desmontar los mitos que la rodean. Continuamente asociada a la popularización del allure francés y a la creación del “porno-chic” (para la editora, “erótico-chic”), en Mademoiselle C se descubre a una mujer extremadamente familiar, vitalista e increíblemente cercana con los miembros y seguidores de una industria que realmente la venera. A través de entrevistas y de la observación del día a día el espectador comprende rápidamente que CR (y, por tanto, la fuerza motriz del documental) es fruto tanto la determinación de Roitfeld por poner en marcha un proyecto como la de sus amigos porque, al final, ella sea capaz de cumplir su nuevo sueño.
Precisamente por este acercamiento a Carine como persona, Mademoiselle C juega una de sus bazas humanizando y devolviéndole la categoría de arte al mundo de la moda. Frente a su habitual retrato como industria frívola y cada vez más dependiente de conglomerados empresariales que solo buscan resultados económicos (como se evidencia durante el metraje conel veto que el grupo Condé Nast pone a sus colaboradores para evitar que trabajen para CR), Constant muestra que para Roitfeld las prendas siguen expresando belleza, novedad, fantasía… una visión del mundo que no tiene por qué ser políticamente correcta o inmediatamente alcanzable, pero que permite soñar a quienes la contemplan y la materializan. Convirtiéndose en cómplice del cuidado y la dedicación de Roitfeld, el espectador contempla las motivaciones, los anhelos y el trabajo que conlleva crear imágenes, sino perfectas, sí icónicas y que se alejan de cualquier propósito comercial e, incluso, racional (“yo no hago fotos, cuento historias”).
Adscribiéndose Mademoiselle C en la reciente corriente de documentales dedicados a la figura de las editoras de moda (más concretamente, de editoras de Vogue, como prueban los documentales The Eye Has To Travel– Lisa Immordino Vreeland, 2011– y The Editor´s Eye– Fenton Bailey y Randy Barbato, 2012), la obra de Constant busca ir un paso más allá de la simple observación profesional para alejar a Roitfeld de sus lugares comunes así como de los aspectos más polémicos de su trayectoria profesional. Con cierto aire de obra de suspense que funciona como registro de la creación de CR, Mademoiselle C termina de consolidar a Carine ante el gran público como una de las grandes estilistas y editoras contemporáneas.