Max (Tom Hardy) en mitad de una escena.
Max (Tom Hardy) en mitad de una escena.

Crítica de Mad Max: Furia en la carretera. El remake más esperado

El director George Miller concebía “Mad Max: Furia en la carretera” como una ópera fusión hard rock… y lo ha conseguido. Casi dos horas de bizarra acción automovilística con apenas diálogos harán las delicias de los mas perturbados… ¡Vivan los “kamicafres”!

Crítica. Mad Max: Furia en la carretera

Acabados los títulos de crédito finales todavía parece resonar en la sala la percutora banda sonora de la película. El trailer prometió acción, desenfreno, tarados, perturbados, ficción apocalíptica, bizarradas, vestales mujeres (o casi), un atormentado héroe sin escrúpulos (Tom Hardy), una ambigua Charlize Theron, un tirano memorable (Hugh Keays-Byrne), un número indefinido de aberrantes detalles, monstruosos vehículos, y una banda sonora tan potente como las imágenes que componen la película. Si eso es lo que buscas o esperas, eso es lo que Mad Max: Furia en la carretera, te da. Puede que estemos ante uno de los trailers más justos de la historia.

Max (Tom Hardy) en apuros
Max (Tom Hardy) en apuros

Coherencia en un mundo lleno de tarados. Este podría ser el título con el que se definiría el trabajo del equipo de Mad Max: Furia en la carretera. Todo en este desértico mundo está patas arriba y no hay ningún héroe que tenga intención de cambiarlo. La ley del más fuerte, la deformación de la historia, la corrupción de lo que antaño debió ser la religión, y las secuelas de la radiación entre otros sutiles detalles, influyen en la concepción, en el trasfondo, de una explosiva carrera hacia el principio del mundo, donde la vida debe fluir junto con el ansiado agua. La historia huye tanto de la explicación de los hechos como de los diálogos de más de 2 minutos (y eso en la parte de la película donde hay diálogos), para mantener al espectador en el nivel más alto de la taquicardia visual.

George Miller no escatima en recursos para desarrollar esta infinita persecución a lo largo de cientos de kilómetros de desérticos parajes, rocosas montañas y demás localizaciones propias del yermo. La película habla por sí sola descubriéndose sincera y directa. ¿Queríais sangre? Pues tomad sangre (bueno, esto último no se ve mucho pero bueno, si un tío se cae bajo las ruedas de um titánico monster truck la sedienta imaginación del perturbado observador hace el trabajo píctorico). Sin rodeos y sin vergüenza, esta nueva versión de Mad Max fue creada como una inagotable persecución de carretera donde un par de paradas, que casi parecen marcar un cambio de acto o de movimiento en la Rock-Ópera-Trash, ayudan a asimilar tal saturación de imágenes imposibles.

La emperatriz Furia (Charlize Theron) junto al camión de escape
La emperatriz Furia (Charlize Theron) junto al camión de escape

Ni crítica social ni leches en vinagre. Bueno, leches sí, un enorme camión cargado de leche materna. El director que prácticamente inventó un nuevo mundo dentro del género posapocalíptico del que tantos videojuegos se han beneficiado (Fall Out, Rage, Borderlands), demuestra con cada escena y detalle, que tiene creatividad suficiente como para redimensionar las viejas ideas, atrapar lo mejor de la esencia ochentena y relanzarlo con toda la fuerza de la postproducción digital. Casi absolutamente todas escenas de acción (que debe ser el 80% de la película), han sido rodadas in situ por especialistas si excluir a los propios protagonistas que estaban allí igualmente colgados de cables que fueron borrados en la postproducción. Nada de muñecos absurdos capturados digitalmente y animados por la cómoda computación. Aquí todo ha sido hecho a pelo, con lo que supone filmar la realidad. Para los despistados… las escenas de mayor riesgo (aquellas donde bestiales máquinas pasan por encima de personas) han sido rodadas por muñecos y maniquíes.

Uno de los hijos
Uno de los hijos “media vida” que aspiran a morir para ir al Valhalla

Furia, Charlize Theron, es la verdadera protagonista de la película, dejando al bueno (no tan bueno) de Max(Tom Hardy), en un evidente segundo plano. En la historia, este hombre es casi tan poco relevante como su nombre. La que de verdad tiene (y perdónenme esta expresión los feministas) pelotas es la Emperatriz Furia, que representada por la formidabilísima Charlize Theron, representa como ninguna un papel que por fin pone a las mujeres a la altura, o más, de las personas. Manca, peligrosa y con un desgarrador grito a mitad de película, Furia es sin duda una de las mejores aportaciones a esta película. Manda huevos que el que tenga que poner las cosas en su sitio sea un hombre mayor como George Miller. ¡A tomar por culo las plásticas Tomb Rider y demás pseudo heroinas! A ver si toman nota los guionistas y siguen poniendo “caras bonitas” a la altura de sus posibilidades interpretativas en papeles universales.

Por otro lado, la película no dejará atrás los mitos eróticos clásicos, pues el botín que celosamente guarda “Joe el inmortal” (Hugh Keays-Byrne) no es otro que un grupo de jóvenes modelos envueltas en gasas con el objetivo de procrear pequeños Señores de la Guerra como su papi “Joe”. Cabe decir que ni esto será motivo para que el perturbado Max se apiade de las estructuralmente bellas mujeres, entre las que se encuentra literalmente marcando pezones la hija de Lennie Kravitz, Zoë Kravitz, que suma otro título más junto a la taquillera saga Divergente, X-Men…

Joe El inmortal (Hugh Keays-Byrne)
Joe El inmortal (Hugh Keays-Byrne)

Nicholas Hoult, vuelve abandonar su encasillado papel de pringadillo para convertirse en uno de los dementes media-vida, que lo dan todo para llegar a su particular Valhalla. Genial en su locura, no se queda corto y no se pasa de sobreactuación gracias a su enérgica entrega en la causa de dar caza a Furia. Es genial la justificación fanático religiosa otorgada a este tipo de personajes. Esta morralla que sin miramientos cumplen la orden más suicida que se les pueda encomendar al fantástico grito de ¡KAMICAFRES! Pocas palabras bastan para lucir un fantástico trasfondo lleno de actitud.

Y esa es la clave de Mad Max: Furia en la carretera. La historia no está en el diálogo, está en el paisaje, en la música, en los detalles, en las imágenes y, por supuesto, en las escasas palabras proferidas por sus protagonistas. Sin contar nada, y también sin ensuciar con palabras estúpidas a lo saga Hollywood, el mundo de George Miller, se presenta a la carrera.

Todos los tarados del mundo de Mad Max armados con sus lanzas explosivas
Todos los tarados del mundo de Mad Max armados con sus lanzas explosivas

Una carrera casi infinita en un mundo bizarro que podría desglosar minuciosamente por el placer de aclamar a un pintor fílmico de acción desenfrenada dentro de un marco de convenciones estéticas para no caer en la aberración visual cutre de la casquería explícita que no renuncia al espectáculo. Pero no lo haré. Que nadie os prive de la emoción de descubrir el por qué y el para de cada uno de los individuos que habitan el Yermo. Surgirán los comentarios a partir de las sorpresas y, como en los viejos tiempos, podréis hablarlo con el colega de turno.

Al cine se ha dicho. Al cine. Al Valhalla a beber agua-cola, a descubrir carroñeros, los hermanos del cacique de “Joe El inmortal”, a los hombres-buitre, a los contaminados, a los mutantes, al por qué de la leche materna y otras tantísimas pero justificadas deformaciones de la realidad en pos y para lucir diferente. Mad Max: Furia en la carretera, viene a ser lo que supuso Terminator 2 tras la primera entrega… Más y mejor. Id a verla como Kamicafres y disfrutad del camino al Valhalla. Os esperan.

Trailer. Mad Max: Furia en la carretera

DIRECCIÓN
10
GUION
5
INTERPRETACIÓN
8
EFECTOS VISUALES
10
MÚSICA
10
Reseña de lectores10 Votos
9
LO BUENO
El trasfondo que rodea la película está tan lleno de detalles que habla por sí solo.
Bizarradas, tarados y mutaciones... El yermo en su estado más puro
Charlize Theron no necesita de Max
LO MALO
Max está ahí... pero lo mismo podría haberse llamado Gustavo.
Si hacen segunda parte... tendrán que currarse un guion de verdad.
Tras esto, no volveré a aguantar una saga Hollywoodiense de machotes...
8.6