Luis Tosar y Rodrigo de la Serna
Luis Tosar y Rodrigo de la Serna

Crítica Cien años de perdón: Atrapados en un atraco

Cien años de perdón llega a la cartelera apostando por una mezcla entre trepidante thriller de acción y una clara denuncia a la realidad política de nuestro país. Lamentablemente los elementos no terminan de combinar bien.

Crítica Cien años de perdón

Daniel Calparsoro (Combustión, 2013) peca de grandilocuencia y pretenciosidad en una película donde el principal problema son un guion mal desarrollado -firmado por Jorge Guerricaechevarría-, sin escapatoria posible ni para sus personajes ni para los espectadores, y un ritmo tremendamente aletargado impropio de cualquier thriller que se precie. Cien años de perdón se puede resumir a la perfección con otro refrán popular español -ya que la cosa anda entre refranes-: “mucho ruido y pocas nueces”. Mucho despliegue técnico y visual, que tiene y mucho, para un resultado final bastante mediocre que deja al espectador sin eso que se le había prometido antes de entrar a la sala, vivir pura adrenalina o ¿no es eso lo que nos venden en el trailer?

Luis Tosar y Rodrigo de la Serna
Luis Tosar y Rodrigo de la Serna

En Cien años de perdón se mezcla un poco de todo, hasta tal punto que termina por no funcionar nada. Un atraco a un gran banco a punta de pistola con rehenes y todo tipo de parafernalia; un oscuro y enrevesado entramado político con corrupción incluida; despidos improcedentes “debidos a la crisis”; secretos de Estado; policías corruptos; pisos embargados por hipotecas impagadas; y una infinidad de cuestiones que llevan de manera desacertada a entremezclar ambiciones políticas con los intereses monetarios de una banda de experimentados ladrones. Y que conste que la idea de la que se parte es buena: robar un valioso botín, la totalidad del contenido de la caja de seguridad un gran banco de Valencia, a plena luz del día y con el ingenioso plan de escapar por el entramado de alcantarillado de la ciudad. Pero eso no bastaba… había que dejar constancia del resto de conflictos nacionales que inundan los telediarios día tras días, en un absurdo intento de convertir un thriller de acción en una denuncia social. Finalmente, ni una cosa ni otra.

Comienza el atraco en 'Cien años de perdón'
Comienza el atraco en ‘Cien años de perdón’

Tras un inicio tan directo como contundente donde se nos presenta a esta banda de peligrosos atracadores, la película va perdiendo fuelle poco a poco, introduciendo más y más personajes, y más y más conflictos. Y ¿cómo salir de semejante telaraña de complejas situaciones? Hay reside el problema. Cómo hacer salir a los atracadores de un banco asediado por la policía cuando ya hemos quemado todos los cartuchos posibles, complicado ¿verdad? No hay salida secreta, no hay chantaje posible, no hay negociación… ¡hemos acorralado a nuestros propios personajes! Pero el tiempo de metraje sigue corriendo y algo hay que hacer con ellos. Inventamos subtramas que sólo ensucian la principal con la misión de llegar a la hora y media, y para rematar la faena mareamos a los rehenes paseándolos de una lado a otro del banco sin que pase con ellos absolutamente nada. Finalmente saldremos del cine con ganas de más, de más atraco, más acción, más violencia, más venganza, más dinero, y menos de lo de siempre… política y corrupción del PP.

Llega la policía a 'Cien años de perdón'
Llega la policía a ‘Cien años de perdón’

Y no será porque los actores no den la talla. El bando de los atracadores esta sublime. Qué decir de un Luis Tosar, al cual considero uno de los pocos actores que alcanzan la excelencia en cualquier papel que cae en sus manos, entregado a elaborar un plan de escape mientras sus compañeros se hacen con el botín. Destacar además el genial tándem que hace con el actor argentino Rodrigo de la Serna, ambos nos regalaran los mejores momentos de la cinta, y también los más creíbles. Por otro lado estarán los policías y políticos encabezados por José Coronado, ya experto en enseñar la placa hasta tal punto que le deberían convalidar su extendida experiencia e incluirle en el cuerpo nacional, y Raúl Arévalo, en este caso un compinche trajeado dispuesto a todo por los altos cargos. Y por otro lado está la directora del banco, un papel totalmente prescindible en cuanto a peso de la trama se refiere, interpretado por una Patricia Vico que no hay quién se tome enserio en su postura de indignada trabajadora y que no está ni de lejos al nivel de su partenaire, Tosar.

Raúl Arévalo y Luis Tosar
Raúl Arévalo y Luis Tosar

Finalmente Cien años de perdón resulta decepcionante. No convencen sus argumentos ni las excusas utilizadas para alargar el metraje. Se echa de menos un thriller ágil, potente y con elementos de tensión, más palomitero y que se vaya menos por las ramas para no llevarnos a ningún lado. Que Valencia ha sufrido de años y años de corrupción política no es nada nuevo, y dicho elemento mal introducido ha logrado ahogar a su argumento principal. Muchas veces, menos es más. Mira otro refrán.

Trailer Cien años de perdón

DIRECCIÓN
6
GUION
3
INTERPRETACIÓN
8
FOTOGRAFÍA
9
Reseña de lectores4 Votos
6.6
LO BUENO
Luis Tosar y Rodrigo de la Serna, una pareja perfecta.
Su fotografía.
LO MALO
Un guion mal desarrollado con muchos elementos mal combinados.
Patricia Vico...
5.5