El director David Dobkin abandona su registro habitual en la comedia para adentrarse en un discurso más dramático. ‘El Juez’ no deja de ser una de esas cintas que parecen hechas únicamente para el lucimiento de los actores. Eso sí, con buena factura formal y una historia que logra generar interés.
Sinopsis de la película ‘El Juez’
El brillante abogado Hank Palmer (Robert Downey Jr.) se ve obligado a regresar a su pueblo natal para el entierro de su madre. Una vez allí se entera de que su padre (Robert Duvall), juez del pueblo y con el que lleva años sin hablarse, es acusado de un crimen. Hank decide ser el abogado de su padre, y eso conseguirá que poco a poco los lazos rotos de la familia Palmer sean restablecidos.
Crítica de la película ‘El Juez’
El Juez es una película de juicios un tanto atípica, ya que la trama judicial (centrada en la acusación de asesinato a un veterano juez) sirve como pretexto para hablarnos del distanciamiento entre un padre y un hijo, verdadero tema de la cinta, donde precisamente la forma de tratamiento de todo lo que rodea al juicio propiamente dicho está subordinada a la premisa principal. No obstante el director David Dobkin consigue arrancar interés a raíz del crimen propiamente dicho, aunque no sea realmente lo más importante de la cinta.
La historia de ‘El Juez’ (2014) está plagada de un tratamiento meramente comercial y se torna previsible, sensiblera y por eso mismo forzada hacia su tramo final. Del mismo modo hace uso de algún que otro gag cómico algo machacón (el del vómito) que sólo tiene gracia la primera vez. Pero también está plagada de grandes secuencias, sobre todo dramáticas (la del baño, la discusión bajo la lluvia y la escena del tornado). Todo el conjunto, a pesar de los altibajos, consigue una experiencia placentera, y en cierto modo, irrepetible.
No cabe duda que el principal reclamo y atractivo de la cinta es el duelo interpretativo entre Robert Downey Jr. y el veterano Robert Duvall, toda una leyenda del viejo Hollywood, venerado por generaciones de cinéfilos desde su primera e inolvidable aparición en la gran pantalla en ‘Matar un ruiseñor’ (1962, Robert Mulligan), curiosamente otra película de juicios. Hasta cuando la historia empieza a rizar el rizo, (de los 141 minutos de metraje, sobra por lo menos media hora) el trabajo de los actores salva la película por encima del guión y del trabajo de montaje. Algo no demasiado frecuente y por eso mismo curiosísimo, el hecho de que únicamente los actores consigan que la cinta sea mucho mejor de lo que es y alcance su merecido lugar en algún rincón de nuestra memoria.
‘El Juez’ se convierte, en ese aspecto, en una especie de disputa continua entre los actores por ver quién se queda con el plano. No sólo los actores principales están espléndidos, sino que el elenco de secundarios resulta inmejorable. Pisándole los talones muy de cerca a los protagonistas encontramos a una radiante Vera Farmiga encarnando a la ex-novia de juventud del personaje de Downey Jr., o a un hipnótico Billy Bob Thornton, que enriquece con creces las escenas del juicio dotándoles de un interés añadido. Espléndidos actores completan la función, como el caso de Vincent D’Onofrio, que siempre es un placer verle en la gran pantalla, o la bella Leighton Meester.
En definitivas cuentas, ¿merece la pena acercarse a la cinta de David Dobkin? Desde luego. Su conjunción de elementos funcionan: drama familiar bien rodado, bien interpretado, con buen ritmo (aunque acabe resultando algo larga), alguna que otra dosis de humor y un puñado de buenas escenas. A cambio, no encontrarán grandes sorpresas en esta película de ‘El Juez’. Pero tan sólo por los momentos de buen cine que contiene, bien merece el precio de una entrada en su cine más cercano. En versión original, desde luego.
