Matt Damon junto a la magnífica actriz Fances McDorman protagonizan ‘Tierra prometida’ una simpática película en la que un pequeño pueblo azotado por la crisis recibe con esperanza, al principio, y recelo, después, a la empresa de extracción de gas natural a la que Matt y Frances representan.
Tierra Prometida: Trailer
Tierra Prometida: Sinopsis
Steve Buttler (Matt Damon) es un vendedor de éxito contratado por una gran empresa dedicada a la producción de gas natural. Steve Buttler junto a su compañera Sue Thomason (Frances McDormand) forman un equipo infalible que tratará de arrendar las tierras de los granjeros del pueblo donde se encuentran los yacimientos. No debería ser difícil conseguir los contratos en un pueblo agrícola afectado por la crisis en el que sus habitantes sobreviven con las pocas ayudas que el estado proporciona a los granjeros. Sin embargo la intervención de Frank Yates (Hal Holbrook), un viejo profesor de instituto que explica los riesgos del “fraking”, método de extracción del gas empleado por la compañía, y la aparición de un ecologista, harán que la comunidad permanezca unida antes de tomar cualquier decisión.
Tierra Prometida: Crítica
Matt Damon (El indomable Will Hunting) es el humilde trabajador lleno de principios y buenas intenciones que en ‘Tierra prometida’ayudará a salir de la crisis económica a los buenos granjeros que quieran arrendar sus tierras para extraer el gas natural de sus yacimientos. ¿Cual es el problema? La única forma de extraer el gas que se encuentra alojado en las rocas subterráneas es utilizar la técnica conocida como “fracking” (fracturar), que consiste en perforar el suelo y una vez que se llega a la roca inyectar agua con arena y una ínfima cantidad de productos químicos, entre los cuales hay algunos que ni las mismas empresas quieren decir qué son.
Como era de esperar, Matt Damon hace muy bien su papel de “chico bueno” que quiere ayudar, a pesar de que algunos magníficos actores antagonistas como Hal Holbrook (Lincoln) o John Krasinski se lo pongan difícil con sus respectivos papeles de viejo erudito y “verdadero chico bueno” que abrirá los ojos a la comunidad con su independiente organización ecologista.
Sí, “Tierra prometida” es un drama, pero sólo en la etiqueta de catalogación, porque esta película está llena de humor. Un humor natural, al igual que la interpretación de los actores, los cuales son sin duda el punto fuerte de esta cinta. La sola presencia de Frances McDorman (Ganadora de un oscar por Fargo) en un título ya es suficiente justificación como para dar una oportunidad a la película. Frances, que hace el papel de compañera de equipo de Matt en esto de conseguir contratos a favor de la empresa, aporta su ya conocida frescura y espontaneidad haciendo que uno se plantee si los movimientos, gestos, intenciones en las palabras de la actriz son marcados o surgen naturalmente de la interprete. Esto puede sonar raro porque todos los que vamos al cine damos por hecho que un actor debe interpretar bien, y por eso mismo hay veces que no sabemos apreciar el trabajo que hacen los actores cuando parece que no hacen nada. Y en este caso, aunque haya puesto por ejemplo a Frances, es cierto que todos gozan de un buen don interpretativo.
Algo que hace que la película adquiera una profundidad más allá que se pueda percibir en un principio. Más allá de la excusa para poner a los personajes en un momento complicado. Esta película, en contra de lo que pueda parecer, no va de un pueblo que intenta defenderse de la explotación abusiva de una terrible empresa productora de gas natural. “Tierra prometida” trata de contar una serie de historias que pueden ser más o menos cercanas como lo pueden ser las siguientes preguntas: ¿Cómo reaccionaría una comunidad que afronta una terrible crisis ante el ofrecimiento de dinero fácil? ¿Qué se juega cada familia? ¿Qué podría ocurrir si se acepta el dinero? ¿Por quién mira los dirigentes de la comunidad? ¿Qué beneficio puede sacar cada parte? ¿Son realmente útiles las organizaciones ecologistas?
Y así una infinidad de preguntas que ni siquiera llegan a formularse pero que subyacen en “Tierra prometida” mientras que cada personaje trata de vivir su vida para alcanzar sus objetivos personales y mundanos como pueden ser ligarse a una chica normal en un bar, o que tu hijo sea responsable y haga los deberes mientras estás fuera de casa.
Tierra Prometida: Conclusión
Yo consideraría “Tierra prometida” como la versión comercial del cine de autor por excelencia. Una versión inteligente que podrá llegar a más gente que si se hubiera contado con un estilo más independiente, underground, experimental o como los entendidos quieran clasificarlo. De esta forma se aseguran que el espectador medio se aburra a la primera de cambio y desaconseje el visionado de la misma a los amigos, quienes, al igual que muchas otras personas quieren ir al cine para entretenerse y disfrutar de una historia bien hecha, bien contada, con alguna sorpresa, y si además es agradable y simpática, pues mejor que mejor.