Hoy llega a los cines la película “Todos lo saben”, del prestigioso director Asghar Farhadi. Con motivo de su estreno entrevistamos a los actoresJavier Bardem y Eduard Fernández, protagonistas de un thriller dramático donde todos los miembros de un clan familiar serán sospechosos de ladesaparición de una adolescente.
Entrevista “Todos lo saben”: Javier Bardem y Eduard Fernández
Os hemos visto en todo tipo de papeles ¿qué tiene que tener un proyecto para que os interese? ¿Os gustaría probar suerte en otros campos como la dirección o la escritura de guion?
Eduard Fernández: Lo primero es que me lo ofrezcan (risas). Pero la verdad es que yo siempre le digo a mi hija que pienso que la carrera se hace con los “nos”, lo que pasa es que esos “nos” nunca os lo contamos a vosotros. Pues yo me decido porque me guste el director y que crea que me puedo entender con él, me interese la historia, que no acabe de hacer un personaje igual, y luego según el nivel que tengas de oferta puedes elegir más o menos. A veces incluso no te llega a convencer cómo ruedan y eso es lo que te echa para atrás. En lo que me preguntabas de dirigir, a mí sí me apetecería si tengo un buen proyecto.
Javier Bardem: Todo eso, y el dinero, que también es fundamental (risas). Con respecto a si me veo dirigiendo, no, a veces fantaseo con ello y luego veo la realidad de lo que significa dirigir y pienso que mejor lo haga otro (risas). Un director está todo el día respondiendo preguntas de todo el mundo, que horror.
Siempre le digo a mi hija que pienso que la carrera se hace con los nos, lo que pasa es que esos nos nunca os los contamos. Eduard Fernández
Cuando la película se estrenó en el Festival de Cannes se barajó la idea de que se estrenara directamente en la plataforma de Netflix. ¿Os alegráis de que veamos su estreno en la gran pantalla? Como personas involucradas estrechamente con el mundo del cine ¿creéis que en un futuro no muy lejano podríamos llegar a ver desaparecer los cines?
Eduard Fernández: No sabría contestarte a eso, la verdad. Lo que sí sé es que la magia o comunión que se produce en el cine, que tiene similitud a lo que sucede en el teatro, esa catarsis colectiva que se produce, creo que es completamente distinta. A mi me ha ocurrido que como empecé a hacer cine tarde mi casa era el teatro, y era curioso que de una función a otra parecía que había cambiado mucho, y nunca sabías si tu percepción era real o no. Mi sorpresa era que cuando asistía las primeras veces a diferentes estrenos de mis películas, en distintas ciudades, cada vez que la veía percibía un resultado diferente. Unas veces me parecía que la película era genial, otras que los actores estábamos peor… (risas) y sabes que la película es igual, en cambio la percepción es completamente distinta. En una sala de cine se mezclan la película en sí con la sinergia de la gente que esta allí.
Este tipo de papeles supondrán para vosotros un “master en paternidad” ¿no? Te ponen en situaciones límite que imagino que es cuando te planteas qué haríais en una situación así.
Javier Bardem: Sí claro, pero eso es algo que pasa con todos los papeles. Bueno yo ya había hecho de padre sin haber sido padre en la vida real, y bueno te lo imaginas, hablas con amigos que son padres… En el caso del papel que interpreta Penélope está claro que es un proceso muy duro; es complicado ser madre y entrar en el juego de este tipo de ficción. Eso es parte de nuestro trabajo, y también hay algo reconfortante en ello, cuando sabes que te estás poniendo al servicio de un personaje y que ese ejercicio va a significar algo importante para el que lo vea.
Javier, en tu personaje está muy presente el conflicto rural de señalar a la gente socialmente por su posición económica, incluso por las herencias o conflictos familiares del pasado ¿este es un aspecto que te interesara especialmente del personaje?
Javier Bardem: No especialmente. Es un aspecto más de mi personaje. Es parte fundamental de varias preguntas que lanza la película al espectador como ¿de quién es la tierra? ¿De quién la trabaja o del propietario? Mi personaje no contesta verbalmente a estas preguntas en la cinta, pero sí que establecen las normas con las que se relaciona con esa familia. Me recuerda mucho a los personajes de Chéjov, del sirviente que en cierto momento comienza a tener algo de poder, y lo que hasta ese momento lo tenían intenta rebajarle porque no aguantan que tengan ese poder.
Todo lo que pasa en la película sucede porque secuestran a la niña, que es el personaje más débil. En cambio luego todos los personajes se mueven por distintos intereses y motivaciones personales a la hora de afrontar esa desaparición. ¿Pensáis que eso sucede también en la realidad? Por ejemplo, con el caso de los refugiados…
Eduard Fernández:Lo que nos mueve a todos es hacer el bien. Y pienso que todos querríamos el bien para todo el mundo, pero nos condiciona nuestra situación personal, la ideología, el momento personal que estés viviendo, y todo eso nos condiciona nuestra respuesta. En lo que respecta a mi personaje también influye algo de clasismo, que ni siquiera llega a pertenecer nunca a esa familia porque no le dejan. Además este hombre tiene sus complejos y no se atreve a dar su opinión o no sabe si merece ningún interés la opinión que pueda dar. Yo creo que actuamos todos así, igual con el tema de los refugiados. Lo mismo hay gente que piensa “qué más da lo que yo piense o no piense sobre este tema”, o alguien que piense que también se le está vulnerando algún derecho pensará “que se jodan y que hay de lo mío”. Depende de lo hechos que estemos como personas sobre todo.
Está muy bien sentirse dirigido, que no tienes que hacerlo todo. Asghar Farhadi es de los que saben dirigir actores. Javier Bardem
Javier ¿es tú personaje tan bueno como parece?
Javier Bardem: Bueno eso son percepciones. Así es la vida real, ¿cómo somos? Nos mostramos tal y cómo somos en todo momento, decimos siempre lo que queremos decir… es que pienso que en un mismo día una misma persona puede pasar por veinticinco estados de ánimo diferentes y tomar cincuenta y cinco decisiones distintas, pero cuando das vida a un personaje tienes que decidir cuál es el color predominante. Y el color de Paco, mi personaje, es el de la acción. Es un tipo de acción, no desde el plan sino de hacer algo para que las cosas fluyan y no se estanquen. ¿Es Javier así? No. Ojalá lo fuera. Yo soy más de pensármelo, de ver los pros y los contras, vamos que soy un pesado conmigo mismo. Paco no tiene esa duda. Pero a alguien así le llega el momento de la gran duda, y como no está acostumbrado a pararse y pensar, al final tiene que pararse a meditarlo, y termina sacando esa conclusión desde la acción y no desde el pensamiento. Y creo que lo hace siempre desde la necesidad de ayudar, y de creer y confiar en el otro.
¿Os ha decepcionado que la película no haya sido seleccionada para el Oscar?
Javier Bardem: Me ha puesto triste porque me hubiera gustado que hubiera ido esta. Campeones es un gran película y me alegro por todo su equipo. Transmite unos valores que pueden tener resonancia allí, aun sabiendo lo difícil que es verse en la gala final. También es verdad que Todos lo saben no se había estrenado, por lo que es muy difícil que fuera seleccionada.
¿Qué nos podéis contar de Asghar Farhadi como director? Uno de los grandes en la actualidad.
Eduard Fernández: Ha sido muy fácil trabajar con él. Es muy transparente y claro. En los trabajos previos nos dejó a todos muy claro dónde estábamos y en qué momento se encontraban nuestros personajes. Quitaba más que ponía. Te decía: ¡no interpretes! o ¡esa es la cara que pones tú! Y al no hablar el mismo idioma, yo creo que había mucho de percepción y él sabía muy bien que era verdad o mentira en lo que estabas diciendo. Muchas veces tenía la sensación de entenderme mejor con él que con directores españoles con los que he trabajado, y eso que hablábamos el mismo idioma.
Javier Bardem: Además los dos traductores que le acompañaban hacían un trabajo tan al detalle, que más que otra cosa eran una figura. Había mucha concentración en el rodaje, y un ahorro de tonterías, de ir a lo importante. Y también está muy bien que uno se sienta dirigido, que no tienes que hacerlo todo, porque a veces hay directores que te dicen “venga, haces lo que quieras”. Y a mí me gusta que me digan lo que tengo que hacer (risas) y luego veo si tengo que añadir algo.
