Michael Fassbender visitó Madrid para entrevistarse con los medios cinematográficos. A continuación os dejamos con una entrevista llena de spoilers que quizá prefiráis leer después de ver Alien Covenant.
Michael Fassbender interpreta a los sintéticos David y Walter
La saga Alien ha ido evolucionando desde el terror y la acción hacia algo más filosófico. ¿Qué vertiente le parece más interesante?
Me gustan ambas. Creo que lo esencial de este tipo de películas es el entretenimiento. Está bien que haya distintas capas. En la superficie está el entretenimiento, la acción, el terror, el thriller, pero bajo la superficie hay ideas muy interesantes que las sustentan como, la idea de la creación, de donde venimos, y quienes son nuestros creadores… También es interesante la reflexión que se hace sobre la inteligencia artificial ahora que es posible que en un futuro formen parte en la cotidianidad de la humanidad y si esto podría conllevar algún tipo de peligro. Quien sabe, a lo mejor la tierra podría estar mejor sin nosotros.
Es la segunda película de Alien en la que vemos que aparece el mismo sintético en dos películas diferentes. A la hora de conformar David y sobre todo su gemelo Walter, ¿estudió las personalidades de los sintéticos que vimos anteriormente en las otras películas?
No perdí mucho tiempo estudiando a los otros robots como Ash o Bishop. A diferencia de lo que ocurre con Ash que no sabemos que es sintético hasta mucho después, en el caso de David, en Prometheus, desde el primer momento, se sabe que es un robot. Quise acentuar eso en mi interpretación de David, en los gestos, la forma en la que se mueve, la voz. Para según que aspecto de la interpretación me inspiré en ciertos personajes. Por ejemplo, en la expresión corporal me inspiré en Greg Louganis, medallista olímpico en salto; para la personalidad y la voz en Peter O’Toole en Lorence de Arabia y David Bowie en “The Man Who Fell From Earth (1976)”.
Por el contrario, para Walter me inspiré de una forma distinta ya que fuer programado para no tener tanta semejanza a los humanos. Es mucho más frío, más lógico. Ahí mis referencias fueron Leonard Nimoy tiene atributos para parecerse a los humanos, con David debía hacer una aproximación más lógica así que con este personaje me inspiré en Leonard Nimoy, en Gary Numan en lo que él transmitía en su álbum “Pleasure Principle”, su estética… estaba presentando a Walter. La audiencia le iba a conocer por primera vez, por lo que buscaba que los espectadores pudieran proyectar, sobre su expresión neutra, lo que ellos creen que Walter piensa. De esta forma pienso que los personajes estarían equilibrados.
También hay una parte muy religiosa o espiritual en la película. Cada sintético parece representar las dos caras del hombre, el bien y el mal.
Sí básicamente penamos en las posibilidades y límites que podrían tener las inteligencias artificiales. Pero sí, por supuesto que hay una idea filosófica en ambas películas representada en la contraposición de la religión y la ciencia. El capitán Oral es un ferviente creyente y también está el personaje de Daniels que tiene una base más científica.
¿Qué crees que ha estado haciendo David durante esta década que ha estado desaparecido?
Creo que ha estado jugando a ser Dios. La idea de la creación, de la humanidad como creador, del arte, ha llegado a obsesionarle así que le ha llevado al reto de crear el organismo perfecto.
De los dos androides David es el más humano y Walter el que menos. Sin embargo el público acabará empalizando con Walter. ¿Ser más humano presupone ser malvado?
No lo creo. Nunca pensé en esa definición cuando preparaba el personaje de David. Lo que intentaba hacer era entender porqué el personaje hacía esas cosas y cual eran sus motivaciones; hasta donde es capaz de llegar en sus aspiraciones. Walter ha sido programado para ser leal sin ninguna motivación personal y esa es la diferencia. David es un personaje con motivaciones humanas. Tiene ego, es muy inteligente y debido a su programación podemos encontrar ecos de la condición humana como la vanidad o la curiosidad.
En el prólogo de Alien Covenant, en los primeros cuatro minutos, se puede vislumbrar de qué pie cojea. Ya empieza cuestionando a su creador, se empieza a intuir que puede pensar que su creador es inferior a él cuando le pregunta por qué debe servirle la taza de te cuando él está al lado. Eso nos puede servir de advertencia de que este puede ser un personaje peligroso.
Una parte del equipo de la película piensa que Alien Covenant regresa a Alien: El octavo pasajero.
Sí, creo que ha habido un esfuerzo consciente para volver al ADN de la película, por resucitar el espíritu. Creo que mucha gente lo echó de menos en Prometheus. El género de la película va más allá del terror y el thriller que había en Prometheus pero rescata algunas características de esta. Ahora no estamos contenidos en un entorno cerrado como en la anterior, no es tan claustrofóbica. Aquí está la exploración de un planeta pero también rescata esa vena filosófica de la anterior.