Con motivo del estreno de la película Altamira, el director Hugh Hudson y la actriz protagonista Golshifteh Farahani estuvieron respondiendo las preguntas de los periodistas en una entrevista en mesa redonda.
La prensa fue citada en el lujoso hotel Ritz de Madrid. Hugh Hudson y Golshifteh Farahani estuvieron charlando amistosamente con los presentes mostrándose atentos y cercanos justo después de haber comido rápidamente para cumplir a tiempo con su agenda.
Pregunta.- ¿Conocía la historia de Marcelino Sanz de Satuola?
Hugh Hudson.- No conocía la historia exactamente, conocía la historia de la cueva de Altamira. Sabía que fueron las más antiguas, las primeras cuevas que fueron descubiertas y que eran un monumento nacional en España y que nadie puede entrar. Las he visto en fotos muchas veces. Hay cientos de fotos en internet. También conocía lo que Picasso dijo sobre ellas al salir cuando las visitó en 1902: “Después de Altamaira todo es decadencia. No hemos inventado nada.”. Desacreditó todo el trabajo artístico del momento incluyendo el suyo propio.
Sabía todo sobre las cuevas pero la otra parte, la historia íntima de Marcelino San de Satuola, lo supe por su tataranieta Lucrecia Botín que es una de las productoras de la película.
Pregunta.- ¿Creéis que se tiene la suficiente conciencia, a nivel internacional, de la importancia de este descubrimiento?
Hugh Hudson.-Espero que esta película mejore la percepción del descubrimiento. Por eso la hemos hecho en inglés, para que haya más posibilidades de que sea distribuida tanto dentro como fuera de España. Aunque sea una historia española participan muchos actores de diferentes nacionalidades. Ingleses, americanos, escoceses, iraníes, franceses, españoles… todos juntos. En la época de las cuevas no había nacionalidades.
Fue un descubrimiento importante para determinar el origen de la humanidad y en su momento, 1890, supuso un problema para los darwinistas. Hasta la iglesia tuvo reparos en aceptar que las pinturas pudieran ser tan antiguas. Profundizando en la historia encontré otro problema, el conflicto entre Marcelenio Sanz de Satuola (representado por Antonio Banderas) y su esposa Conchita (Golshifteh Farahani). A partir de un conflicto enorme en la película, se va reduciendo hasta convertirse en un conflicto familiar y el impacto sobre su hija. Tiene muchos matices.
Pregunta.- Hablando del conflicto familiar a partir de la religión, ¿Cómo te planteaste tu personaje?
Golshifteh Farahani.-El conflicto también forma parte del personaje, es la parte romántica… ella también es madre y le afecta el conflicto por sus creencias religiosas. Hicimos muchos ensayos y hablamos mucho sobre ello. Al final el personaje de Conchita evoluciona. Durante la película Marcelino va decayendo y Conchita se va haciendo más fuerte. Él se va volviendo más triste y roto mientras que ella, de alguna manera va caminando hacia la luz, hacia el conocimiento. Ella acaba aceptando la importancia de los trabajos de Marcelino y le da todo su apoyo. Aunque esto no aparece en la película, Marcelino debió pasar unos años muy difíciles debido al rechazo que tuvo en la sociedad.
Pregunta.-¿Cómo ha sido trabajar con Antonio Banderas y el resto del reparto?
Golshifteh Farahani.-Antonio es muy apasionado, divertido y alegre. El llegaba lleno de una atmósfera creativa. Siempre estaba haciendo algo creativo. Estaba sentado en la sala acristalada escuchando la música que ellos creaban, a veces le oía palmeando mientras bailaba en plan flamenco el sólo… El siempre estaba haciendo cosas creativas a todas horas. Además es muy atento y dulce con el equipo. Él se preocupó mucho de representar bien a Marcelino, de informarse de todo sobre él. Fue una gran noticia cuando me enteré había dirigido y participado en su propia película… Fue emocionante que yo participara con él en la película porque cuando era adolescente… todos le hemos visto haciendo de “El Zorro”… y me encontraba muy fascinada con él.
Y una cosa más. Él es muy, muy patriótico. Él tiene todo lo divertido de España… Si España fuera un árbol él seria definitivamente una de sus ramas. El era muy apasionado enseñándome cosas sobre España: Me hablaba de Málaga, de flamenco de…
Hugh Hudson.-¡Semana Santa!
Golshifteh Farahani.-(Ríe). Sí, sobre todo lo relacionado con España. Él es tan patriota…
Hugh Hudson.-El fue el mejor actor que podíamos elegir para hacer la película. Pensamos en él desde el principio. Le llevó tanto tiempo leer el guión que empezamos a barajar otras opciones. Estuvimos esperando, y esperando, y esperando… Pensábamos que no estaba leyendo el guión y luego nos enteramos de que estuvo treinta y tres días encerrado en una cueva trabajando en una película. No en la cueva de Altamira, en otra cueva, en Chile. Así que era normal que no nos contestara. Hasta que lo leyó, aceptó y nos reunimos.
Pregunta. – ¿Por qué ha decidido utilizar un formato 1:85 en vez de un cinemascope?
Hugh Hudson.- Es la decisión que tomamos. Pensamos que era mejor. Además a mi no me gusta el cinemascope. He hecho tres películas en panavisión y preferí hacer esta película en este formato porque es más íntimo. Creo que los paisajes están bien representados en la película con el formato elegido. Además no es una película épica. Es una historia íntima. Una cueva es íntima. Lo único épico son los bisontes.
Pregunta.-¿Cuál fue vuestra fuente principal de asesoramiento artística, histórica para hacer esta película?
Hugh Hudson.-Casi toda la información nos la proporción Lucrecia Botín y su familia. Sobre todo el padres de Lucrecia que recueda a María (la hija de Marcelino Sanz de Satuola, bisabuela de Lucrecia). La casa que utilizamos para hacer la película… También los libros que escribió el hermano de Lucrecia Botín sobre las cuevas de Altamira. Notas científicas de el propio Marcelino…
La nueva cueva existe realmente (la original tiene restringido el acceso a cinco personas a la semana elegidas por sorteo), tuvimos varios pintores en mente como referencia para la iluminación. Teníamos un libro de Joseph Wright, un pintor sel siglo XVIII que sólo utilizaba una fuente de luz en sus cuadros. Cuando tienes una linterna o una vela sólo tienes una luz sobre los rostros de las personas, todo lo demás queda en la oscuridad. Yo quería que la fuente de luz fuera exclusivamente de ese tipo de fuente. En aquella época, no sólo en la cueva, también en las casas, la única iluminación era de lámparas de aceite o de gas.
Había una mujer irlandesa que hizo el vestuario y la música la hizo un hombre del norte de Inglaterra trabajando con una mujer de Escocia. Y desde el principio quise que este hombre hiciera la música. Así que estas personas fueron parte de la investigación. Por supuesto, el director de fotografía es Español, Jose Luis Alcaine. Él tiene mucha experiencia. Siempre me gustaron sus películas. Habíamos decidido que ciertas áreas serían llevadas por españoles y otras por personas del norte de Europa. En Cantabria la luz viene del norte. No es una luz mediterránea o del tipo africana como la de Andalucía, es una luz norteña. Necesitaba a alguien que comprendiera lo que yo quería hacer con este tipo de luz como Alcaine.
Pregunta.-¿Os molestó que no hicieran una excepción con vosotros para que pudierais visitar la cueva de Altamira original?
Hugh Hadson.-Me dio la risa.
Golshifteh Farahani.-A mí me molestó mucho.
Hugh Hadson.-A mi no me importó realmente porque teníamos acceso a la réplica que está en el museo de Altamira. Es igual. No teníamos que entrar en la cueva.
Golshifteh Farahani.-Yo me moría de ganas por entrar en la cueva. Iba todos los viernes al sorteo para intentar entrar en la cueva aunque no estuviera allí. Pero nunca tuve suerte. Les supliqué pero nada. Tristemente tengo que contar que el director de museo falleció hace menos de dos mesesen un accidente de coche cuando venía a Madrid para ver un pase de la película con los productores. Su mujer está en coma. Es muy triste.
Hugh Hadson.-Pero no era él el que no nos dejaba entrar. Es la ley Española. España es un país muy burocrático.
Pregunta.-¿Mark Knopfler fue la primera opción para encargarse de la música de la película?
Hugh Hadson.-Le conozco desde hace muchos años. Es muy buen amigo mío. Él es de el norte de Inglaterra, su padre era escocés, creo que él nació en New Castle y tiene un conocimiento muy profundo sobre la música celta. En sus últimos álbumes a usado mucho flautas, violines y demás y pienso que su música tiene mucha conexión con la de Cantabria, que es muy celta. Como la música Británica, Irlandesa… hay esas conexiones. Los dos estábamos muy compenetrados en el trabajo y él es un guitarrista sensacional. Quería una guitarra para la música de España pero no tipo andaluz pero tenerla presente.
Mark sugirió que usáramos una percusionista, Evelyn Glennie, que una percusionista fantástica. Ella es sorda, es una compositora clásica, utiliza las vibraciones para hacer su música y trabaja con orquestas clásicas por todo el mundo. La idea de Mark fue que ella se encargara de hacer la música procedente de la tierra. (Hugh agrava su voz y dice pausadamente). La cueva, su profundidad, el sonido de la tierra… Es una percusionista brillante, es realmente sensacional. Estuvimos en un estudio de Londres para crear la música para todo eso.
Mientras terminaba la entrevista, Golshifteh Farahani arrebató sin querer al director un goloso postre, un plato con una magdalena rellena de chocolate derretido acompañada de nata, rompiendo un mito que se cumple en muchas ocasiones: “Nunca he visto comer a una actriz” que decía Eduardo Noriega bromeando durante otra entrevista.