Una Veterinaria en la Borgoña: Crítica de la película de Julie Manoukian

El sueño de todo niño: ser veterinario

El debut cinematográfico de la francesa Julie Manoukian llegó a los cines el viernes, 16 de abril. Como os mostramos en la crítica, ‘Una veterinaria en la Borgoña’ es una cinta alegre y divertida. La película aplaude la labor de los veterinarios rurales y reflexiona sobre su precariedad laboral desde una perspectiva repleta de nostalgia.

Sinopsis

Nos encontramos en Morvan, una pequeña y recóndita región de la Borgoña. Allí reside Nico (Clovis Cornillac), un veterinario rural acostumbrado a llevar una vida ajetreada y que antepone su trabajo a su familia. Su día a día se complica cuando su compañero Michel (Michel Jonasz) anuncia su jubilación y deben encontrar a un sustituto, pues él solo no puede hacerse cargo de la pequeña clínica veterinaria del pueblo.

Foto de Una Veterinaria en la Borgoña
Foto de Una Veterinaria en la Borgoña

La solución a sus problemas será la sobrina de Michel, Alexandra (Noémi Schimdt), o al menos, eso creía él. La chica, brillante y recién licenciada, no parece entusiasmada. No se siente cómoda con la idea de pasar el verano en el pueblo que la vio crecer años atrás y que abandonó tras el fallecimiento de su madre

Estos mundos totalmente opuestos colisionarán provocando la reflexión del espectador: la vida en el campo no es tan tranquila como aparenta ser.

Crítica de Una Veterinaria en la Borgoña

¿Cuántos de vosotros habéis soñado con ser veterinarios, al menos, una vez en la vida? Porque yo me subo al carro. Si no os lo habéis planteado nunca, ni siquiera de niños, os aseguro que lo haréis tras ver la película Una veterinaria en la Borgoña.

La ópera prima de Julie Manoukian, escrita y dirigida por ella misma, es una mezcla de sentimientos, bañados con toques de humor que te harán reír en la butaca mientras olvidas todo lo que ocurre fuera de la sala. Una cinta natural y amable cargada de nostalgia que te hará querer cogerte un fin de semana libre y desconectar en el campo. Si bien tiene esta parte más personal y emotiva, la directora francesa lanza una crítica: la precariedad laboral de los veterinarios rurales, así como a las condiciones degradadas a las que están sometidos pese a la importancia de éstos fuera de las ciudades.

Foto del rodaje de Una veterinara en la Borgoña con la directora Julie Manoukian
Foto del rodaje de Una veterinara en la Borgoña con la directora Julie Manoukian

Choque de mundos

Algo que se ve a simple vista es la colisión de los dos mundos que Manoukian nos presenta en la cinta. Esto está ejecutado a través de los personajes de Nico y Alexandra.

Él, conocido por todo el pueblo como un veterinario rural trabajador y entregado al que, más que preocuparle las facturas, le preocupan las personas y los animales. Nico adapta el papel de héroe y carga con una responsabilidad que no delega a nadie.

Por otro lado entra en juego Alexandra, recién licenciada, inteligente y que siente una gran empatía con los animales pero no con las personas con las que trabaja. El equipo que formarán se verá afectado por las diferentes formas de ver la vida, así como de concebir el trabajo y tratar con las personas.

Sin duda, unos personajes que defienden de forma sobresaliente ambos actores y que dan vida y sinceridad a la cinta. Un auténtico espejo de la vida misma. Manoukian tira del hilo y consigue que el espectador logre ver las diferencias entre un mundo y otro alabando así el trabajo de los veterinarios rurales.

Un trabajo poco valorado

La crítica que presenta Manoukian a lo largo de la cinta es bien clara; tras esa imagen de película divertida y afable esconde un fuerte mensaje de ayuda y concienciación, no sólo sobre los veterinarios rurales sino del resto de trabajos precarios poco valorados. Desvivirse por una causa que, muchas veces, no se agradece como es debido. En la película lo vemos claramente en el trato que recibe Nico por parte de los clientes que acuden a su clínica y solicitan sus servicios. Estos, muchas veces desagradecidos o sin ninguna empatía, no logran valorar el gran esfuerzo que hace Nico por hacerlos felices cuidando tanto de los animales que tienen como del pueblo en el que habitan.

El personaje de Alexandra y su forma de trabajar llevarán a Nico hasta el abismo y logrará, finalmente, que se plantee si debe hacerlo solo. Es por ello, que la relación entre los dos personajes protagonistas tiene tanto peso dentro de la película, pues es el motor que ayuda a desarrollar el mensaje que Manoukian quiere lanzar.

Imagen de la película Una Veterinaria en la Borgoña
Imagen de la película Una Veterinaria en la Borgoña

Una Veterinaria en la Borgoña anticipó el coronavirus

La película Una veterinaria en la Borgoña se grabó y se estrenó en Francia antes de la aparición del covid-19. Irónicamente, guarda ciertas similitudes con las consecuencias que nos ha dejado esta dura pandemia que vivimos desde hace poco más de un año.

Según declaraciones de Manoukian para los medios, el coronavirus y todo lo que comportó fue algo que podría haberse previsto. Por lo visto sólo había que haber prestado atención a las señales.

Y es que, puestos a buscar pistas o similitudes ocultas en la cinta, podemos encontrar hasta gracioso que la protagonista, Alexandra, sea una epidemióloga que va a basar su tesis sobre posibles virus que podrían afectar a la humanidad y que residen en animales. ¿Todo el mundo tiene en mente un murciélago o sólo soy yo?

De la misma forma, aunque quizá algo forzado, vemos las similitudes en la crisis sanitaria y el gran esfuerzo de médicos, enfermeros y demás a lo largo de la pandemia. Puede recordarte a ello el empeño de Nico y su forma de desvivirse por su pueblo y por su trabajo, además de la precariedad laboral comentada anteriormente.

Opinión final de Una Veterinaria en la Borgoña

En conclusión, película Una veterinaria en la Borgoña no sólo debe concebirse como una comedia alegre y divertida, sino que también debe verse como un ejercicio de reflexión y evasión; considerar que tanto la vida urbana como la rural tiene sus complicaciones, y que hay trabajos que, por muy idílicos que puedan parecer, muchas veces son un sacrificio. Una cuestión que se planteará al espectador al igual que se le plantea al personaje de Alexandra. Sin duda, se debe destacar el trabajo de Noémi Schmidt y Clovis Cornillac, un tándem perfecto que destaca en la primera cinta dirigida por Manoukian.

Ficha Técnica y Fecha de Estreno

Título original:Les vétos
Género: Drama, Comedia
Sitio Oficial: Una Veterinaria en la Borgoña
País: Francia
Idioma: Francés
Fecha de estreno en España: 16 de abril de 2021 en Cines
Productora: Les films du 24, France 3 Cinéma, OCS
Distribuidora: Caramel Films
Duración: 91 min.
Año: 2020
Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años

Ficha Artística

Dirección: Julie Manoukian
Guion: Julie Manoukian
Fotografía: Thierry Pouget
Reparto:Clovis Cornillac, Noémi Schmidt, Carole Franck, Matthieu Sampeur, Juliane Lepoureau, Lilou Fogli, Victor Arveiller, Paul Arveiller, Stéphane Rideau, Antoine Chappey, Christian Sinniger

Trailer

Reseña de Una Veterinaria en la Borgoña
RESEÑA FINAL
La película Una veterinaria en Borgoña es un buen ejercicio de reflexión y evasión sobre la visa rural.
DIRECCIÓN
8
GUIÓN
7
INTERPRETACIÓN
8
LO BUENO
La nostalgia que desprende aún con la crítica que se esconde detrás. Noémi Schmidt.
LO MALO
Pierde esa intensidad que tanto engancha en algunos puntos de la cinta.
7.7
Nota