Quién te cantará es la nueva película del premiado directorCarlos Vermut. Una cinta que le encumbra a lo más alto de nuestro cine nacional y hace que su obra se convierta en imprescindible.
Crítica de la película Quién te cantará
Inmenso y desasosegante ejercicio artístico que trasciende lo puramente cinematográfico para erigirse en una obra (mayor) pop destinada a perdurar y revisitar una y otra vez. Estimulante hasta el paroxismo así es Quién te cantará. Un collage fractal repleto de referencias (Francisco Umbral; Kafka, “El Horla” de Maupassant; la novela gráfica contemporánea; Mocedades, o la música Hardtek), que recorre un espectro tan amplio como la propia vida.
La dirección de Carlos Vermut
Carlos Vermut(Diamond Flash; Magical Girl)confirma, en su tercera película, que posee una audacia singular, salvaje y costumbrista, comparable a la de los conquistadores Españoles del siglo XVI, o a los exploradores coloniales del XIX. Puede que la gran mayoría de los espectadores que compren una entrada para este viaje mueran durante la travesía, pero el que consiga llegar al otro lado, logrará una revelación similar a la que obtuvo Núñez de Balboa al saberse el primer Europeo en contemplar el océano Pacifico. Imprescindible.
Sinopsis
Lila Cassen (Najwa Nimri) es una reputada cantante que sufre un accidente que la deja amnesica, justo antes de su regreso a los escenarios, por lo que ayudada por su representante (Carmen Elías) recurre a una imitadora suya que trabaja en un karaoke (Eva Llorach), para que le enseñe a volver a cantar.
En este mes de Octubre, el escritor y físico, Agustín Fernández Mallo, publicó un ensayo titulado: Teoría general de la basura (cultura, apropiación y complejidad) – Galaxia Gutemberg. En él, reflexiona en torno al principio de que toda obra artística es un compendio de residuos, o fragmentos, ya no sólo de otras obras artísticas, sino de una miscelanea inabarcable que puede oscilar desde la importancia en la sociedad actual del tamaño de una lata de refresco, hasta la responsabilidad decisiva que el cuadro Los Amantes de René Magritte, pintado en 1928, tuvo en el el desfile de 2002 que encumbro al fallecido diseñador David delfín; colocó burkas y sogas al cuello, como prendas, a sus modelos.
“Cuanto de creativo se lleva a cabo hoy, se hace a través del aprovechamiento de residuos para dar lugar a una suerte de residuos complejos”, dice Fernández Mallo.
Por las fechas del rodaje de la película, y la publicación del mencionado ensayo, es imposible que Carlos Vermut pueda haberlo leído antes, o durante. Pero tanto el director, como el escritor, comparten una visión del mundo en general, y del mundo del arte en particular, bastante similar.
En el cine de Vermut no existen estamentos ni snobismos culturales; cualquier objeto, residuo, u obra de referencia le vale. Ya sea para sublimar al espectador o arrojarlo al interior de la sima. Fernández Mallo nos dice que, de los residuos de nuestro presente se hallan los genes culturales del futuro próximo; Y Carlos Vermut se sirve tanto de la “baja” como de la “alta” cultura para dar vida a una obra que no se parece a nada que hayamos visto hasta ahora. En Quién te cantará, hay espacio para el grupo Mocedades que, con su tema, da título al film; para la reinvención del costumbrismo Español Almodovariano; para la reflexión más intrincada del yo que podemos ver en el estudio del psicoanálisis Jungiano y sus arquetipos: o para hablar de la suplantación de la identidad apoyándose en la literatura de Kafka, Maupassant, o en la novela ‘El príncipe y el Mendigo’de Mark Twain.
Al igual que en la deslumbrante Magical Girl, Vermut se sirve una estética y un ritmo narrativo esotérico (con reminiscencias al escritor de cómicsAlan Moore y al mago Aleister Crowley), donde los espacios entre secuencia y secuencia (la materia oscura) son tan importantes como todo lo que nos es revelado.
A priori, la protagonista de la cinta es Nawja Nimri, pero la impretación de Eva llorach es la que se lleva la palma, siendo un compendio de emociones sutiles y desgarradores que permiten que el espectador, de una manera u otra, se identifique con su personaje.
Opinión
Estamos, por tanto, ante una película única –no sólo dentro del cine Español–, de un autor que no tiene miedo a salir ahí fuera y cruzar el océano para descubrir territorios ignotos, y, luego, volver a la metrópoli, a la zona de confort en la que vivimos narcotizados, y describirnos su viaje. Mucha gente le tomará por un tramposo o por un mentiroso. Lo sabe y, por ahora, no le importa. Ojalá tengamos Vermut para rato.