Terror adolescente utilizando como excusa los cada vez más populares juegos de escape, donde un grupo de personas tienen que resolver una serie de enigmas para salir de una habitación.
Crítica de la película de Terror Escape room
Hay subgéneros dentro del cine de terror que cada cierto tiempo vuelven a la cartelera con nuevas propuestas, explotando los mismos lugares comunes, pero con contextos actualizados, adaptándose al gusto de cada generación y buscando siempre la complicidad adolescente. Pasa con el slasher, lo vemos con los muy manidos zombies y ahora es el turno del consabido grupo de inadaptados que acaban encerrados en un lugar amenazante en el que corren el riesgo de perder su vida. Las sagas de “Cube”, “Saw” e incluso “Destino final” se pueden ver como referentes de la nueva propuesta de Adam Robitel (Insidious. La última llave, 2018), Escape Room. Una atracción de feria pensada para que los mas jóvenes pasen miedo desde la seguridad de su butaca.
La película, consciente de su público potencial, decide rebajar el tono de la violencia que muestra, para una generación que lo ha visto todo y tiene acceso a más, pero que en tiempos de la ultraconservadora corrección política y la protección del individuo, no queda otro remedio que ser lo más blanco posible para intentar atraer al mayor número de espectadores a la sala. Y este quizá sea el punto más flaco de un film al que tampoco se le exige nada más allá de la diversión que nos brinda su metraje, el cual se pasa como un tiro, ya que el guion presenta rápidamente a los personajes para centrarse en lo que de verdad importa, el juego de escape. Los personajes son interesantes y poseen las diferencias necesarias para crear conflictos entre ellos. Mención especial para el friki de los escapes rooms, que se las sabe todas (o no). Por tanto, el libreto funciona a las mil maravillas, siendo consciente de lo que ofrece y generando tensión y suspense en cada una de las pruebas, gracias también a la labor de un Robitel que dirige de manera sencilla y directa, permitiendo lucirse en dos momentos concretos y apoyado por un diseño de producción y fotografía muy elaborados como nos suele otorgar este subgénero en ocasiones. Tan solo resulta incomprensible la decisión de comenzar el relato “in media res”, con la acción avanzada para luego volver al principio y explicar cómo se llegó allí, lo que nos adelanta quién va a ser uno de los supervivientes. Por lo demás, “Escape room” funciona como un engranaje bien engrasado que da lo que ofrece y que toma a sus múltiples referentes como punto de partida, pero es lo suficientemente inteligente como para no explotarlos.
El reparto está plagado de caras poco conocidas provenientes de series de televisión o películas que suenan poco entre el mainsteam. Todos ellos cumplen en sus respectivos papeles y se agradece descubrir caras nuevas en productos inofensivos como este.
Opinión final de la película Escape room
“Escape room” aterriza como un divertimento basado en el sufrimiento de otros para una nueva generación que no conoce a sus hermanas mayores, más macabras, más adultas y quizá sin cabida en el momento que vivimos. El principio de otra saga que se prevé tan longeva como la taquilla se lo permita y que ya tiene anunciada su segunda parte para el año que viene.