Tras el estreno en HBO el año pasado de The Wizard Of Lies, el director Barry Levinson repite con esta plataforma para hacernos entrega de su último trabajo: Paterno. Un relato estimulante y muy agrio cuyo eje principal es la acusación de pedofilia sobre Jerry Sandusky, quien ocupó, durante varios años, el cargo de asistente técnico para el mítico entrenador de fútbol americano Joe Paterno (Al Pacino).
Sinopsis de la película “Paterno”
Año 2011. Tras convertirse en el entrenador de fútbol con más victorias de la historia, Joe Paterno se ve relacionado con un caso de abusos sexuales que, no sólo comprometerá su legado, sino que también le obligará a afrontar el deterioro de toda la institución universitaria.
Crítica de la película “Paterno”
Resulta gratificante descubrir lo bien que se ha amoldado Barry Levinson al nuevo entorno fílmico propuesto por las plataformas vod. Levinson, sin lugar a dudas uno de los grandes directores de la década de los 80 y 90 (El Secreto de la Pirámide, Rain Man, Good Morning Vietnam, Sleepers…, por citar sólo algunas), y cuyas últimas incursiones en pantalla grande gozaron de nula trascendencia, nos ofrece un film intrigante, atractivo y, en ocasiones incluso, avasallador en términos de edición. Es de recibo mencionar al montador de la película, Ron Patane, responsable de que Paterno no se haya limitado a un mero ejercicio de exploitation de Spotlight, logrando con su montaje tan atinado como, en ocasiones acelerado, confeccionar un producto ágil y rico en contenido argumental.
Una vez establecido que Jerry Sandusky es el depredador sexual de esta historia, resulta muy interesante que el guión decida poner el foco sobre la figura del histórico Joe Paterno, entrenador durante más de 40 años del equipo de fútbol americano de la Universidad de Pensilvania, un hombre aclamado, venerado e, incluso a su manera, deificado. Un Paterno que, a sus 84 años, cuando todo el microcosmos que rodea a la universidad se tambalea sobre sus cimientos, se afana en bucear en sus recuerdos, pugnando por obtener respuestas al mismo interrogante que subyace durante toda la trama: ¿hubiera sido posible que Jerry Sandusky cometiera tales delitos, de no haber contado con la cooperación, directa o indirecta, de la institución que le acogía, en este caso Penn State? Institución, no lo olvidemos, en la que Paterno ocupaba una posición, cuanto menos, preeminente. Y es a través de este ejercicio en el que el entrenador rememora episodios de su pasado, prácticamente enterrados en su memoria, cuando los espectadores empezamos a abrirnos camino entre toda la inmundicia de omisiones y de mirar hacia otro lado que, desgraciadamente, acaban formando parte de este tipo de escándalos.
En cuanto al reparto, y pese a que resulta obvio el innegable reclamo de Al Pacino, en realidad es un film más coral de lo que parece en un principio. Pacino ejecuta un Paterno anciano, contemplativo, superado por el aluvión de acontecimientos que, repentinamente, le obligan a separarse del sillón frente al televisor donde analiza los partidos de los equipos rivales. Destaca también el trabajo de Riley Keough como la periodista Sara Ganim, autora del reportaje periodístico que destapó todo el caso Sandusky y que, a la sazón, fue galardonada posteriormente con el premio Pulitzer.
En resumen, una película de carácter documental muy disfrutable, de ritmo ágil y gozoso, que habla fundamentalmente de la responsabilidad a todos los niveles, y cuyo mensaje se mantiene en la mente de los espectadores más allá de los títulos de crédito.