Rooney Mara protagoniza junto con Joaquin Phoenix la película más feminista jamás rodada sobre los últimos días de la vida de Jesús de Nazaret. El director Garth Davis apuesta por un relato más intimista y humano, centrando toda su atención en el personaje de María Magdalena.
La Semana Santa se acerca y, al igual que ya empezamos a ver las torrijas en los escaparates de las pastelerías, su presencia comienza a dejarse notar en la cartelera. María Magdalena se estrena en pleno apogeo del vía crucis y procesiones, algo que sin duda hará aumentar la taquilla de una película dirigida a captar la atención de los más fieles y también de todos aquellos amantes de este tipo de cintas bíblicas que nos han dejado grandes hitos cinematográficos a lo largo de los años como Quo Vadis?, Los diez mandamientos o Ben-Hur.
La que nos ocupa este fin de semana trata de dar otra versión de la misma historia ya conocida por todos sobre los últimos días de Cristo, fijando en esta ocasión todos los focos en el personaje de María Magdalena.
Crítica de la película “María Magdalena” (2018)
La película logra alejarse de las grandilocuentes producciones a las cuales nos tenía acostumbrados Hollywood cuando retrataba este tipo de historias, y dibuja un retrato más intimista y cercano de la relación de admiración, amor y respeto que María Magdalena tuvo por la figura de Jesucristo. Estos elementos lograrán que conectemos realmente con los personajes y con su sufrimiento, dejando de lado los elementos épicos propios del género para dar paso a los primeros planos donde reinan las miradas y las secuencias repletas de inspiradores silencios.
Pero si hay algo que hay que destacar por encima de todo es que estamos ante la película más feminista de todas las que han narrado la historia de la Biblia. Además logra mostrarnos la encarnizada lucha por la libertad de María Magdalena, mujer adelantada a su tiempo, puesto que no estaba dispuesta a seguir las severas normas que le fijaba la sociedad patriarcal. Un personaje con las ideas muy claras que ha sido castigado pasando a la historia como una prostituta, en un intento de arrebatarle así toda su dignidad y credibilidad. El director Garth Davis (Lion, 2017) le ofreceel lugar que se merece en la historia: el de la única Apóstol mujer que acompañó a Jesucristo difundiendo su palabra. Algo perfectamente verosímil ya que Jesús fue un hombre también rompedor en su época, que perseguía la convivencia en paz, la abolición de las desigualdades sociales y la libertad para hombres y mujeres.
Eso sí, no sé si al encontrarse tan alejada del relato más tradicional y puritano llegará a calar su mensaje entre el público cristiano que se acerque al cine en busca de la historia convencional. Aun así merece la pena el arrojo y valentía que supone este relato, donde vemos otra realidad posible para los clásicos personajes históricos de Jerusalén y en la que además queda reflejada a la perfección la dureza con la que era tratada la mujer en la época, siempre por debajo del hombre y obligada a cumplir su voluntad al disponer de ellas como les venía en gana. Una película que se acerca quizá más a los evangelios apócrifos rechazados por la Iglesia, donde ya se hacía mención a que María Magdalena era uno de los apóstoles de Jesús, quizá el personaje bíblico más cercano a él y al que más revelaciones hizo.
De este modo la película parte de un arranque muy prometedor, pero poco a poco, y según se vayan cruzando las vidas de Jesús de Nazaret y de María Magdalena, comenzará el relato de los episodios más conocidos de la Biblia, y con ello la pérdida paulatina de fuerza, ritmo e interés del relato. El personaje de María Magdalena se volverá a desvanecer para darle protagonismo al Mesías, abandonando así su mensaje más innovador y valiente, capaz de denunciar el hasta ahora “maquillado” sometimiento de la mujer en dicha época haciendo reflexionar al espectador sobre “de aquellos barros, estos lodos…”.
El reparto de “María Magdalena” (2018)
Rooney Mara y Joaquin Phoenix son otras dos grandes razones para acudir al cine. Mara encarna a una María Magdalena tan dulce e inocente como rebelde y testaruda. Una mezcla que resulta realmente atractiva y que hará que el espectador se involucre en el sufrimiento de su personaje. Phoenix es Jesús de Nazaret, en la versión más lunática del personaje que habremos visto hasta el momento. Un hombre que proclama la Buena Nueva pero que se le intuye tan inmerso como atormentado en sus propios pensamientos.
Con respecto a la relación amorosa entre ambos personajes, la película poco o nada entra, quizá si se pueda intuir en la interpretación de Mara un cierto matiz de enamoramiento hacia la figura de Jesús, algo que la haría seguirle incondicionalmente.