El director francés Pierre-François Martin-Laval intenta llegar a nuestros corazones con este drama basado en hechos reales y que termina dejándonos indiferentes. Os dejamos nuestra crítica de la película Fahim.
Sinopsis de la película Fahim
Fahim (Assad Ahmed), un niño de Bangladesh, y su padre Nura (Mizanur Rahaman), se ven obligados a abandonar el país en busca de un futuro mejor para su familia. Su destino: París. El
talento innato para el ajedrez que posee Fahim será la única salvación para lograr asilo político y que tanto él como su padre no sean deportados de vuelta a la India. Con la ayuda de Sylvain (Gérard Depardieu), entrenador y uno de los mejores jugadores de ajedrez de Francia, Fahim deberá superar obstáculos para conseguir la vida que tanto desea.
Crítica de la película Fahim
Fahim es una de esas películas basada en hechos reales que buscan lágrimas en el espectador. A priori parece algo prácticamente asegurado debido a las imágenes que abren el filme. Videos reales de disturbios en Bangladesh allá por el 2011. Escenas en las que impera la brutalidad y la crueldad y que nos llevan a suponer que Pierre-François Martin-Laval, director de la cinta, ha decidido centrarse en el drama político para conducir este biopic. Primer frente abierto. A continuación se nos presenta al personaje protagonista, el joven Fahim: 30 segundos en pantalla y ya te deja claro que es un as en esto del ajedrez. Segundo frente abierto.
El error que comete el director francés es usar como pretexto ese drama político para crear un escenario que más tarde olvidará para focalizar toda la atención del filme en el ajedrez. El resultado es un segundo acto confuso y tedioso que hace que el espectador, en ciertos puntos, pierda el interés por la historia.
Las intenciones son buenas, pero el resultado termina siendo demasiado superficial, y eso podemos percibirlo a través de los personajes. En general, todos los personajes que aparecen en la película son planos, sin ningún tipo de evolución, y al igual que con un iceberg, sólo te dejan ver un pequeño porcentaje. Lo que normalmente se busca en este tipo de películas es profundizar, tanto en los temas tratados como en las personas, y Martin-Laval no lo logra. Deseas empatizar con ellos pero no lo consigues ya que no conoces sus deseos, sus inquietudes, y el director se arriesga a crear un sentimiento de frustración en el espectador.
Un reparto encabezado por Gérard Depardieu
Por contrario que parezca, los actores encargados de dar vida a estos personajes aprueban el examen con unas interpretaciones más que notables. Cabe destacar a un Gérard Depardieu sobresaliente. Una actuación clave, ya que es de los pocos elementos que ayuda a querer terminar la película. También aplaudir a Isabelle Nanty encarnando a Mathilde, que nos deleita con una actuación sincera, cercana y con ciertos toques humorísticos que favorecen el ritmo de la película.
Sin duda alguna, es un acierto querer trabajar en las relaciones humanas que se nos presentan y sería uno de los puntos fuertes del filme si no fuera por el prácticamente nulo desarrollo de personajes.
Opinión final de la película Fahim
En resumen, Fahim quiere habla de muchas cosas, quiere hacernos sentir muchas emociones, pero tiene tantos frentes abiertos que al final termina por no poder abordarlos todos y dejándote a medias y con un mal sabor de boca. A lo largo del largometraje Martin-Laval tiene claras las ideas y nos las muestra de la forma más sencilla posible, pero, como si tuviera miedo a explorar más colores de la paleta y ahondar en lo más profundo de su discurso, termina por dejarnos a mitad de camino sin poder llevar al espectador hasta su objetivo.
En consecuencia, tenemos un final precipitado y demasiado sencillo que provoca un cierto sentimiento de indiferencia debido, en parte, a que el director se queda en la superficie y pisa terreno seguro.