Nominada a los Oscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa y ganadora del Premio del Público en la Seminci, “El insulto” es la película libanesa que nos acerca su conflicto político-religioso desde una óptica diferente.
Crítica de la película “El insulto” (2018)
El conflicto en Oriente Medio sigue vigente y no tiene intención de mejorar en un futuro cercano. Un problema que hemos heredado del siglo pasado y para el que los gobiernos no encuentran solución cegados por su egoísmo y conveniencia. Dada la escasa repercusión que tiene en los medios -ya no es noticia en esta vorágine informativa que es hija bastarda de internet- pero que no deja de ser un compromiso internacional donde hay implicadas más partes de las que se piensa en una problemática con muchas capas de profundidad, la película de Ziad Doueiri es infinitamente necesaria, aunque tristemente la impresión sea, una vez más, que los espectadores que vayan a verla ya estarán concienciados de antemano.
Sinopsis de la película “El insulto” (2018)
Una sencilla disputa por una obra en la ciudad llevará a Toni, un cristiano libanés, y a Yasser, palestino, ante la justicia; en un caso que tendrá repercusión nacional y avivará la llama del conflicto entre cristianos y palestinos en El Líbano. Esta es la premisa con la que el guion, coescrito por el propio Doueiri, nos adentra en ese mundo de disputas constantes y odios nada velados que constituyen el día a día en las calles de Beirut por parte de algunos de sus habitantes. La convivencia es el subtexto claro de una película que no puede estar más de actualidad, presentando un tema tan universal desde la propia óptica del país de sus artífices, pudiéndose extrapolar al drama de los refugiados, como los propios palestinos, o a ese muro que el indescriptible Donald Trump se ha empeñado en construir en la frontera con México. Así, el verdadero valor del film, más allá de sus aciertos cinematográficos -que los tiene y son muchos-, es el de hacernos reflexionar sobre qué clase de personas somos y si los odios o miedos que sentimos hacia otras personas están realmente justificados. En ese sentido la trama de El insulto se muestra optimista a medias. Las personas podrán cambiar, pero los países seguirán siendo iguales.
“El insulto” (2018) dirigida porZiad Doueiri
Doueiri sabe imponer la tensión a todo el metraje, manteniendo el ritmo de un relato que podría haberse resentido en su segundo acto. Se le podrá acusar de efectista en algunos momentos o incluso melodramático, dos características en las que es fácil caer cuando se están contando historias de este tipo, aunque en la que nos ocupa no son particularmente notables. La obviedad de la cinta se percibe una vez vista, pero hay que pararse a reflexionar para encontrar los temas que trata antes de enfrentarse a ella y, solo entonces, se evidenciará que lo que resulta obvio se percibe a posteriori, cuando ya ha sido contado por alguien.
En el plano actoral destacan los dos protagonistas, Adel Karam y Kamel El Basha, que fue galardonado en el pasado Festival de Venecia. Ambos sostienen sobre sus hombros todo el film y lo dotan de la emoción y tensión necesarias.
“El insulto” (2018) opinión
El insulto es una película hecha para reflexionar, con cierta esperanza puesta en las personas, las que debemos cambiar la manera de pensar desde abajo y terminar con todos los conflictos basados en la intolerancia. Cine social del que se aprende más que se disfruta.