Michael Fassbender protagoniza y produce la esperada ‘Assassin’s Creed’, película basada en la afamada saga de videojuegos.
Crítica de la película ‘Assassin´s Creed’
¿Por qué daría Michael Fassbender un salto de fe? Por la película de Assassin’s Creed. Respuesta que dio el actor cuando le hicieron la pregunta durante la rueda de prensa de presentación en Madrid. Y la verdad, el actor de la nueva generación de X-men, se la juega como productor llevando a la gran pantalla esta adaptación de la famosa saga de videojuegos. La estrella, que no conocía la maldición de realizar este tipo de gestas -a ver quién es el guapo que sabe decir una película decente basada en un videojuego-, cuenta con unos activos que sin embargo son garantía de éxito. Justin Kurzel, el director de la aclamada Macbeth con el que ya trabajó, es quien se pone a cargo de la realización. De co protagonista está la que también fue su compañera en Macbeth, Marion Cotillard (Sofia) y de actor principal, como no podía ser de otra forma, cuenta con él mismo.
Justin Kurzel ha imprimido su particular modo de hacer las cosas, su estilo, transformado el mundo digital de Ubisoft en una extensión estética de Macbeth. El humo, la niebla, la oscuridad y lo difuso, salvo excepciones, reina en la apuesta visual del director. También, como afirma Javier Gutiérrez en una entrevista, el director se toma tan en serio la propuesta de Assassin’s Creed como si se tratara de un texto de Shakespeare. Se ha preocupado por entender la profundidad y el trasfondo de la saga de videojuegos -sí, esa que está diseminada entre tropecientas entregas- creando así una adaptación interesante, para cualquier espectador, y apetecible, para todos aquellos jugadores que esperan con ansia esta nueva historia. Además, el señor Justin, ha procurado rodearse de los mejores actores para interpretar a los personajes, por muy pequeño que sea el papel. Así, y precisamente con estas palabras, es como tuvo que convencer Justin Kurzel a nuestro -hasta en la sopa a día de hoy- Javier Gutiérrez, comprometido en el momento con El Olivo de Icíar Bollaín para que participara en la producción dando vida al despiadado confesor de la Reina Isabel I, Torquemada. Hovik Keuchkerian, esbirro jefe del este, y Carlos Bardem, mentor de los Assassin’s en 1492, lo tuvieron claro.
Con lo expuesto, no es difícil afirmar que Assassin’s Creed es la mejor película basada en un videojuego. Ahora bien, nunca llueve a gusto de todos y esta nueva historia recibirá críticas tanto de los fan-áticos de la saga como del despistado espectador que le apetezca ver una atrevida y espectacular apuesta de ciencia ficción. Los primeros, después de las auto expectativas creadas, puede quedárseles un poco escaso el argumento, pues no aporta nada nuevo al universo creado; y los segundos, faltos de referencias, apenas entenderán lo obvio, que unos son “buenos” otros son “malos” y todos pelean y matan por obtener la información precisa sobre una reliquia llamada “El fruto” o “La manzana”.
Ahora bien, en el estricto sentido de adaptación, esta película es un diez. No hay escena de persecución donde los protagonistas no ejecuten a la perfección las imposibles acciones de parkour, no hay lucha sin sensación de credibilidad, no hay momento donde encaje a la perfección ese detalle de la mano que aparta a la gente mientras el asesino avanza a su objetivo, no hay salto inmaculado que acabe en perfecta ejecución de la víctima seleccionada. Lo mismo que no faltan detalles, tampoco sobran, y la película no abusa de los recursos fáciles que aportan los videojuegos. De este modo, historia, trama, sentimiento, emoción y acción -cual obra de Shakespeare- se conjugan a la perfección. A nivel personal de cada uno podrá gustar más o menos, pero la ejecución es de sobresaliente.
El guión, que también cuenta con Michael Lesslie, presente en la adaptación de la película Macbeth, es muy equilibrado y eficiente. La trama de la película de Assassin’s Creed es intrigante y ágil, sustentándose sobre los pilares fundamentales de la saga de videojuegos. Templarios y Assassin’s, las facciones en continua lucha, serán presentados de una forma correcta para aquellos que conozcan la historia original pero de manera insuficiente para quienes jamás hayan completado alguna de las historias virtuales. El guión dará por supuestos bastantes elementos o ideas que se han desarrollado con profundidad a lo largo de los años durante las distintas entregas creando la posibilidad de despertar la curiosidad del espectador por los temas filosófico-ficticios que tocan. Sin embargo, y debido a tanto supuesto, es también probable que muchos se queden en la idea de “buenos”, “malos”, “opresores”, “defensores de la libertad a cualquier precio”, y “objeto de poder mágico”. Unos conceptos tan generales y tópicos que, sin ahondar en el trasfondo de Templarios y Assassin’s, bien podrían considerarse como la típica propuesta de una película de aventuras.
En general, Assassin’s Creed es una buena película, no cabe duda. No se puede esgrimir ningún argumento en su contra -salvo quizá lo mal que pronuncian en español los actores internacionales-. Su mayor maldición podría ser el éxito que la precede. Es imposible obviar las grandes expectativas provocadas en la amplia comunidad de seguidores creada por Ubisoft y que sin duda, escudriñarán cada minuto de película buscando fallos, criticando momentos y, por qué no, disfrutando de la propuesta. No lloverá a gusto de todos pero, la película de Assassin’s Creed, es la mejor película basada en un videojuego. Además, si esta saga comienza con buen pie, es probable que, una vez asentados los cimientos, la posible secuela se atreva a proponer un guión que vaya más allá de la necesaria presentación del concepto del juego.