La noche que mi madre mató a mi padre es una inteligente, divertida y original propuesta cinematográfica de nuestro cine patrio. Una mansión, una cena, un grupo de amigos, un asesino y un cadáver integran la trama de esta alocada farsa.
La noche que mi madre mató a mi padre: Crítica
Con un título como La noche que mi madre mató a mi padre y una Belén Rueda encabezando el reparto de la cinta lo normal sería encontrarnos ante una nueva entrega de terror nacional, pero nada de eso, si vuestras hipótesis van encaminadas por esos derroteros estáis muy equivocados. Bajo este título trabalenguas se esconde un laberinto de incógnitas alrededor de un asesinato narrado en tono de comedia disparatada que roza continuamente el absurdo. Una gran mentira que se oculta bajo un alo de misterio pero ¿dónde termina la verdad y comienza la ficción o viceversa?
La cinta nos presenta un grupo de ex que aparentemente tienen una relación buena, cercana y saludable, todo será por el bien de los hijos que tienen en común. Isabel (Belén Rueda) es actriz y su marido Ángel es escritor de novelas policíacas (Eduard Fernández). Ahora está envuelto en un nuevo proyecto con su ex mujer (María Pujalte), directora de cine, y juntos pretenden convencer mediante una cena al famoso actor argentino Diego Peretti (Diego Peretti) de que protagonice su próxima película. Dicho guion se basa en una atractiva asesina en serie e Isabel se muere por dicho papel pero su marido y la ex de éste piensan que es demasiado vieja, rubia y sensible para encarnar a su despiadada protagonista. En mitad de esta cena de negocios aparecerá el ex de Isabel (Fele Martínez) con su nueva novia (Patricia Montero) para comunicarle una terrible noticia que desestabilizará esta plácida velada.
Una gran mansión, una cena y un asesinato. Bien podríamos estar hablando del arranque de una de las novelas de Agatha Christie o de algún clásico del suspense tipo ‘Un cadáver para los postres’ (1976). Y es que si hay algo que destacar por encima del resto es el trabajo de guion realizado por Inés Paris, también directora de la cinta, con la ayuda de Fernando Colomo. La noche que mi madre mató a mi padre resulta un ejercicio inteligente, ágil e ingenioso de thriller negro que poco a poco va tomando forma de vodevil. Una historia de personajes, donde cada cual aporta su granito de arena a una locura que va in crescendo y donde habrá un cadáver del cual deshacerse.
En un futuro no dudo que también podamos disfrutar de dicha historia sobre los escenarios, ya que su brillante guion podría funcionar a la perfección como pieza teatral. Una gran mansión como único escenario y una trama repleta de intrigas y mentiras donde ningún personaje es cómo se supone, ni hará lo que se le presupone, proponiendo una y otra vez giros inesperados a tan hilarante farsa. Un juego a modo de “Cluedo” del cual el espectador será partícipe desde el primer minuto intentando resolver varias incógnitas ¿quién ha sido el asesino y cual ha sido su móvil? Sin duda, una propuesta interesante e innovadora para nuestro cine que seguramente sea recompensada con algún que otro galardón durante los próximos meses.
Por todo ello, La noche que mi madre mató a mi padre es una muy buena opción de la cartelera que se presenta por delante en este fin de semana. Risas aseguradas mientras intentas juntar pistas y averiguar quién ha sido el asesino, quién miente y por qué, entretanto su reparto se afanará por hacerte entender que la realidad supera la ficción en la mayoría de las ocasiones.