El director Lars Von Trier regresa a la cartelera este fin de semana con la historia de un asesino en ‘La casa de Jack’. La película, que está protagonizada por Bruno Ganz y Matt Dillon, resultará sádica y delirante a partes iguales.
Crítica
El vitriólico e indomable Lars Von Trier regresa a los cines con una obra desmedida; cuya narración audaz y provocación sin límites no tiene parangón en nuestros días– exceptuando alguna singularidad como podría ser el reciente nominado al Oscar Yorgos Lanthimos -. En un cine actual, encorsetado y puritano, más preocupado por cumplir con las cuotas de paridad; acoger en su paraguas todas las disparatadas vindicaciones autoritarias que pululan por la sociedad y que buscan capar la libertad creativa del individuo, es de agradecer que a este señor, respaldado por una filmografía a la altura de los más grandes – de lo contrario, de tratarse de un director novel, jamás le hubieran producido esta película; es más, puede que hasta lo hubieran denunciado a la fiscalía -, no le tiemble el pulso a la hora de agitar el avispero. Disfrutémosle antes de que la Santa Inquisición lo condone a la hoguera por herejía.
![Matt Dillon y Uma Thurman en La casa de Jack](https://losinterrogantes.com/wp-content/uploads/cwv-webp-images/2019/01/la-casa-de-jack-pelicula-imagen-04.jpg.webp)
Sinopsis
En la película La casa de Jack que llega este fin de semana a las cartelaras conoceremos a Jack (Matt Dillon), un asesino en serie con aspiraciones artísticas que narra a través de 5 incidentes -asesinatos – clave, cómo ha llegado a convertirse en lo que es.
![Matt Dillon y Riley Keough en la película La casa de Jack](https://losinterrogantes.com/wp-content/uploads/cwv-webp-images/2019/01/la-casa-de-jack-pelicula-imagen-03.jpg.webp)
No nos engañemos, desde el principio queda patente, para el que quiera verlo, que Jack es un autorretrato macabro del propio Lars Von Trier; el cual busca reflexionar en voz alta y abiertamente con el espectador diletante -aquí representado por el personaje de Verge (Bruno Ganz); una suerte de ángel guardián de dudosa procedencia- en torno a los límites del arte y cómo la construcción del ego y la propia autoestima forman parte indivisible del desarrollo artístico.
![Matt Dillon protagoniza la película de Lars von Trier](https://losinterrogantes.com/wp-content/uploads/cwv-webp-images/2019/01/la-casa-de-jack-pelicula-imagen-02.jpg.webp)
Jack es un ingeniero modelo al que le hubiera gustado ser arquitecto, y que vive obsesionado con diseñar la casa de sus sueños a la que poder retirarse en soledad lejos de la sociedad. En sus ratos libres, mientras tanto, se dedica a dar rienda suelta una pulsión leonina por el asesinato. A medida que “los cadáveres van acumulándose en su jardín trasero”, Jack, irá ganado en pericia, seguridad en si mismo y sentido del espectáculo, considerando cada asesinato como un acto de sublimación estética.
![Matt Dillon asesinando gente en la película](https://losinterrogantes.com/wp-content/uploads/cwv-webp-images/2019/01/la-casa-de-jack-pelicula-imagen-05.jpg.webp)
La dirección deLars Von Trier
Por todo lo dicho parece indicar que estamos ante una de las grandes obras de su director, pero, Von Trier, a lo largo de la cinta, cae alguna vez que otra en su propia trampa, sermoneándonos con unas peroratas teóricas cogidas con pinzas, y que no llevan a ningún sitio salvo al tedio en momentos puntuales. La crueldad inmisericorde como performance artística acaba resultando excesiva y redundante: a la película le puedes quitar alguno de los cinco incidentes/capítulos al azar y en nada la veríamos alterada – salvo por su duración, también desmedida en ese sentido -. Algunas de las metáforas son bobas, o, siendo indulgentes, efectistas; pero parafraseando al poeta inglés William Blake – obra que ha servido de inspiración al director -“Preferiría ahogar a un bebe recién nacido en su cuna antes que albergar deseos no realizados”. Queda todo dicho. Von trier y contención son antónimos.
![Bruno Ganz y Matt Dillon en La casa de Jack](https://losinterrogantes.com/wp-content/uploads/cwv-webp-images/2019/01/la-casa-de-jack-pelicula-imagen-01.jpg.webp)
Opinión final
La casa de Jack es una película premeditadamente imperfecta, logorreica, cáustica, y poblada de secuencias violentas, tan dementes como divertidas, que llevarán al espectador a preguntarse, entre carcajada y carcajada, ¿No seré un psicópata yo también?.
La película no debe verse como una obra de ficción o entretenimiento – o al menos no sólo – lo cual complica su análisis y la obligación de situarla en una escala de 0 a 10. Es el testimonio de un artista que regresa de unas vacaciones en el infierno y, al fuego de la chimenea una noche de invierno, nos cuenta todas las atrocidades a las que ha asistido. ¿Acaso podemos condenarle por haber llegado tan lejos?