¿Cómo actuarías ante una situación de vida o muerte? Ruben Östlund, director acostumbrado en profundizar en la complejidad del ser humano (y que de arrebatos momentáneos entiende un poco) presenta “Fuerza Mayor”, una película que hará cuestionarnos los roles de género y la idoneidad del instinto de supervivencia.
Sinopsis de “Fuerza mayor”
Tomas (Johannes Bah Kuhnke) y Ebba (Lisa Loven Kongsli) pasan con sus hijos unos días de vacaciones en una estación de esquí de los Alpes. Como Tomas trabaja mucho habitualmente, el plan de estos días es familiar. Una mañana, mientras comen en un restaurante en la montaña, una avalancha controlada parece desbocarse y amenaza con venírseles encima. Mientras Ebba corre a proteger a sus hijos, Tomas escapa despavorido. Aunque la avalancha se detiene y todos en el restaurante pueden volver a sus mesas, algo ha cambiado para el matrimonio. Mientras que él se esfuerza para que la familia se una y vuelva a disfrutar de las vacaciones, Ebba no puede evitar cuestionarse las prioridades de su marido.
Crítica de “Fuerza mayor”
El cine de catástrofes es ya un clásico de las carteleras. Son películas en las que la humanidad está al borde del colapso y en las que el individuo ejemplar se convierte en líder para garantizar la supervivencia y el malo acaba mereciendo su justo castigo. Frente a estos filmes, la realidad no es tan blanca o negra, está llena de matices y de decisiones poco honorables que, en el mejor de los casos, acaban resultando inofensivas. Fuerza Mayor se centra en esas decisiones: en lo que pasa después de que se crucen las líneas que mil veces hemos jurado no cruzar y que inevitablemente ya nos han catalogado ante el mundo como héroes o villanos.
Para elloRuben Östlund presenta un entorno idílico en el que solo cabe el disfrute y la armonía pero en el que, en esta ocasión, una familia feliz acaba por quedar a la deriva. Con un ritmo fluido los personajes evolucionan de forma natural, pasando del shock inicial a la toma de conciencia y de decisiones. Primando un estilo observacional, el espectador contempla los cambios, cómo Ebba se replantea su vida y cómo Tomas acaba por sentir la gota que colma su espiral de desprecio y destrucción familiar, aunque también el esfuerzo y el descuido de ambos por revertir la situación. Pero“Fuerza mayor” destaca por no hacer de la degradación de la pareja protagonista un drama total, y acierta al incluir a personajes secundarios con los que el matrimonio compara sus, hasta ahora, perfectas vidas, y que indirectamente reflejan las reacciones y opiniones de los espectadores acerca de lo que sucede en pantalla. Estos secundarios dan pie a la inclusión de cierto humor negro que subraya lo absurdo y lo patético de ciertas acciones y actitudes vitales, y ofrecen una visión complementaria al debate sobre la diferente “programación genética” entre hombres y mujeres que plantea el argumento .
Por si el argumento fuera poco, “Fuerza mayor” no destaca sólo por su trama y su profundización emocional. El trabajo de puesta en escena parte de un esquema muy sutil, de cámara estática y planos secuencia abiertos que derivan en otros más cerrados y oscuros según avanza la trama, de forma que las imágenes dan cuenta a su vez del cambio de dinámica hacia lo desconocido de la pareja protagonista. Como colofón, una composición sonora en la que los silencios tienen pleno significado y en la que la música de Vivaldi funciona como preludio musical de la tormenta que, desde el exterior, llega hasta instalarse en el hotel alpino.
Presentando como avales los galardones obtenidos en Cannes, el Festival de Sevilla o su nominación a los Globos de Oro,“Fuerza mayor” es una película interesante que, con un ritmo y un humor diferente, no dejará indiferente al espectador que apueste por ella.