Bajo el título ‘El héroe de Berlín’ encontraremos un biopic de sobremesa, firmado por Stephen Hopkins, sobre la hazaña alcanzada por el atleta Jesse Owens en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936.
Crítica ‘El héroe de Berlín’ (2016)
Si ya digo yo que los nazis dan para mucho, y es que es rara la semana que no tengamos un estreno en cuya trama estén implicados de una otra forma. Si el fin de semana pasado llegaba a la cartelera ‘Lobos sucios‘, una película ambientada en las minas de wolframio que los nazis explotaban en tierras gallegas; este fin de semana se estrena El héroe de Berlín, cinta que narra la hazaña lograda por un atleta que desafío al mismísimo Hitler durante “sus Juegos Olímpicos” celebrados en el Berlín de 1936 y mediante los cuales el régimen dictatorial pretendía mostrar la hegemonía y supremacía nazi sobre el resto del mundo a modo propagandístico. Pero desde luego la jugada le salió rana ya que dicho atleta, para más inri afroamericano, desmontaría todos sus planes al alzarse con cuatro de las medallas olímpicas más importantes en su campo, su nombre Jesse Owens (logro que no volvió a repetirse hasta los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 por Carl Lewis).
Aunque la trama de este biopic puede resultar bastante atrayente a priori, la realidad será que su resultado final resultará bastante descafeinado. Siempre se espera mucho más de un director como Stephen Hopkins (Bajo sospecha, Los demonios de la noche), el cual nos ha regalado grandes títulos del cine de género. A pesar de reflejar una clara crítica al racismo que en la época reinaba tanto en los Estados Unidos como en la Alemania nazi, la cinta resulta bastante amable y menos épica de lo que cabría esperar. La gesta conseguida por Jesse Owens -interpretado por un Stephan James que tan poco destaca especialmente- con la ayuda de su entrenador Larry Snyder -encarnado por el actorJason Sudeikis– merecía más pasión y arrojo al ser contada, destacando la superación personal y la lucha por la igualdad racial. Todo ello habría despertado la indignación y la posterior la euforia en la sala durante el relato, pero desgraciadamente encontraremos buenas intenciones pero poco más, nada que después de la salida del cine nos haya dejado huella y nos incite al debate o la reflexión. Finalmente el denominado “héroe de Berlín” terminará convirtiéndose en la “anécdota de Berlín”, y poco más.
Ya se sabe que relatar y hacer brillar la parte más épica del deporte en una película es algo muy complicado, y con esta El héroe de Berlín queda más que evidente que resulta todo un reto para cualquier director igualar la maestría de un Clint Eastwood redondo en ‘Invictus’ (2009). Y elementos no le faltaban para otorgarle ese punto extra al momento carrera de 100 metros… conspiraciones, racismo y violencia desmedidas quedan en una simple anécdota dándole un acabo final de cierta superficialidad. Como conclusión se podría decir que para no caer en los clichés propios de un biopic de sobremesa hace falta arriesgar más.