“Una vida en tres días” es un drama romántico que recuerda a los clásicos que se tomaban en serio este género. Dinámica y emocionante, sabe mantener la atención del espectador gracias a las interpretaciones de los protagonistas.
Sinopsis de la película “Una vida en tres días” (2014)
Henry (Gattlin Griffith) es un adolescente que vive con su madre Adele (Kate Winslet) en una descuidada casa de la que apenas puede salir. Henry, se siente responsable de cuidar de su madre y ser “el hombre de la casa”, desde que su padre les abandonó. Su madre, Adele, es una mujer con profundos problemas de depresión que nunca llegó a superar el divorcio de su marido, quien ahora vive con su propia familia.
Un día, Henry, es abordado en un supermercado por un hombre herido (Josh Brolin) que le pide que le preste ayuda con urgencia. Henry, que se encontraba de compras con su madre Adele, se ofrece a ayudarlo presentándoselo a su madre, pero cuando Adele se niega a llevarlo en coche a su casa, madre e hijo acaban por descubrir con horror que no les queda ninguna otra opción.
Henry y Adele no tardarán en descurbir que ese hombre llamado Frank, que así es como se llama el desconocido del supermercado, acaba de fugarse de prisión mientras los medios de comunicación le describen como un peligroso y cruel asesino que busca por cielo y tierra la policía. A pesar de todo el riesgo que entraña cobijar a Frank, tanto Adele como Henry se terminarán por sentir altamente atraídos por este enigmático personaje que carga con un oscuro pasado.
Crítica de la película “Una vida en tres días” (2014)
Una vida en tres díases la sorpresa de la semana. Esperando encontrar una película irremediablemente dramática, llena de tópicos románticos y situaciones horriblemente pastelosas, la película se descubre con estos y más tópicos PERO… en contra de lo que a priori pueda parecer, funciona… y lo mejor de todo, además gusta. ¿Pero cómo es posible que Una vida en tres días, con un cartel de presentación que nos grita a los cuatro vientos que vamos a asistir a un romance tan dulce que podría empalagar, consiga callarnos la boca a los escépticos mientras nos enganchamos a la trama? Pues vayamos por partes.
Lo primero es mencionar que enUna vida en tres díasse manejan unos peligrosos elementos que manipulados incorrectamente pueden dar lugar a una enorme desgracia: el aburrimiento hasta el hastío del espectador. Elementos como; una señora divorciada con un trauma; un joven de trece años que trata de ser el hombre de la familia desde que fueran abandonados por su padre; un desconocido hombre viril, robusto, aparente, con un pequeño rastro de sensibilidad pero obviamente peligroso que oculta un oscuro pasado; la posibilidad de que surja algo inesperado; podrían amargar fácilmente a aquellos espectadores intolerantes a la glucosa extrema y banal pero, a diferencia de muchas otras producciones, han sido dosificados con lógica, acierto, tacto y siempre en la dirección adecuada, que no es otra que la historia avance con ritmo, algo fácil de perder en un género así.
El reparto principal y, como siempre suele pasar en una película de producción norteamericana, el reparto en general incluyendo por supuesto a los actores secundarios realizan un trabajo estupendo. El, a mi parecer, poco valorado Josh Brolin, a quien hemos podido ver hace poco como protagonista en la nueva versión de Oldboy, no sólo defiende a la perfección el personaje de Frank, sino que además aporta la solidez y el aplomo necesarios como para que llegue a resultar interesante. Josh Brolin, con la profundidad de su voz (en versión original), el aplomo de sus movimientos y como no, su físico, consigue inquietarnos los suficiente como para no llegarnos a fiar completamente de las intenciones del personaje a quien interpreta.
Kate Winslet por su parte, se aleja todo lo posible de la aburrida convencionalidad con la que suele ser interpretada una persona afectada psicológicamente por algún supuesto trauma para mostrarnos una Adele enferma, sí, afectada en mayor o menor medida según la ocasión, pero que en ningún caso se recrea en sus dolencias. De esta forma, la actriz, consigue alejarse de la convencionalidad de lo que sería una acabada ama de casa, para mostrarnos una persona fuerte que está gravemente herida a su pesar.
Y por último, para completar el reparto protagonista, tenemos al joven Gattlin Griffith, que da vida al chaval de trece años Henry, quien maneja la situación de su madre y su constante depresión de la mejor forma que sabe resultando ser el narrador de la película.
Jason Reitman, conocido por Juno o Up in the air, tiene la difícil labor de hacernos creer la improbable historia de Una vida en tres días, empresa que logra con éxito por un lado gracias a la buena adaptación de la novela “Como caído del cielo” de la autora Joyce Maynard, y a su buen ojo como director por el otro. Estoy convencido que sin el toque de Jason Reitman, Una vida en tres días sería total y absolutamente insoportable, ya que es bastante probable que un director de nómina hubiese tirado por cumplir con el encargo y punto.
Probablemente al examinar con ojo crítico Una vida en tres días, nos demos cuenta de que no es el mejor trabajo de Jason Reitman, más aun cuando es inevitable su comparación con sus éxitos anteriores, pero lo que es indudable es que todos han tratado de aportar lo mejor de sí mismos para la producción y eso se nota. No siempre se puede hacer Ben-Hur.