Difícil de catalogar, ‘The skeleton twins’ nos contará el redescubrimiento de la profunda amistad de dos hermanos gemelos interpretados por Kristen Wiig y Bill Hader, dos grandes referentes del mundo de la comedia que utilizarán sus grandes dotes de interpretación para profundizar también, en el drama.
Sinopsis de la película ‘The skeleton twins’
Los hermanos mellizos Maggie (Kristen Wiig) y Milo (Bill Hader), han estado siempre muy unidos. Cuando eran pequeños tenían una relación muy especial que les acercaba más como amigos que como parientes y junto a su padre, al que admiraban y adoraban, tuvieron una infancia imaginativa y feliz. El repentino fallecimiento de este, eje y pilar de su relación, hizo que ambos mellizos se hicieran inseparables, cuidándose entre ellos durante la adolescencia y la juventud.
Con el paso del tiempo, Milo se encuentra en la tierra prometida de los actores, intentando encajar una fallida carrera como actor mientras que Maggie no sabe cómo llevar lo que para ella es un insípido matrimonio que la hace languidecer.
El intento de suicidio de Milo juntará forzosamente a los hermanos que pronto redescubrirán la amistad que les unía y que el tiempo había borrado. Juntos tratarán recuperar las riendas de su vida, descubriéndose confesiones, encontrando secretos y afrontando relaciones enquistadas desde tiempos lejanos.
Crítica de la película ‘The skeleton twins’
El tema general que pretenden tratar los guionistas Mark Heyman (Cisne negro) y el también director Craig Johnson (True Adolescents), y que logran tratar a la perfección con ‘The skeleton twins’, es tan ambiguo como cotidiano, tan dramático como cómico, tan real como etéreo y tan difícil como la intención misma de plasmar el momento de una vida. Pero lo consiguen. Cinematográficamente hablando, la verdad es que lo consiguen. No han hecho una obra maestra (pero la fotografía es impecable), seguramente no será el guion de sus vidas (pero su calidad es innegable), las interpretaciones no son las más destacadas de los actores (pero puede que sí sean de las más viscerales), y es casi seguro que el resultado nos recuerde a tantos otros (pero dejará una marca que la hará diferente).
¿El secreto de este discreto éxito? La sinceridad. Tras de ‘The Skeleton Twins’ se encuentra un trabajo general que parte de la sinceridad de la premisa de la cual partieron Craig Johnson y Mark Heyman cuando se juntaron a escribir el guion años atrás siendo su intención “escribir una película real, triste, divertida y única”. Y como buenos profesionales que bien saben entretener al espectador, no descuidaron las opciones y las ideas para montar una historia de amistad entre hermanos.
Para ello no han tenido prejuicios en recurrir en escenas absurdas, como la juerga que se traen inhalando gas de la risa en el trabajo de Maggie, donde los personajes pasan de una conversación profunda al más chabacano de los divertimentos, para volver a enfrascarse en cotilleos que dejan entrever los secretos que se ocultan. Y, aun provocando el rechazo del espectador (hay momentos en la escena que son tan absurdos y pueriles que dan lástima), pronto se intuye que hemos caído en la trampa de la misma intención del director. Reflejar en cada escena lo que es la vida, pues en un momento todo puede ser absurdo, divertido, dramático o patético como lo muestra ‘The Skeleton twins’.
Así, los dos hermanos, pasarán por situaciones penosas pero divertidas mientras se enfrentan cada uno a sus propios problemas; Maggie, al matrimionio insatisfactorio de la convivencia con Lance (Luke Wilson) un buenazo de hombre que no le llena y Milo, a una conflictiva relación que mantuvo con Rich (Ty Burrell), quien fue su profesor cuando era un adolescente. Problemas obvios y fáciles para un espectador, como lo es el que entra a la sala del cine o como lo ven los mismos hermanos del uno del otro, pero insalvables para los que están inmersos en su propia vida. Nada es fácil y sin embargo debiera serlo.
Sin duda, y debido a la exigencia de este equilibrio, el peso y responsabilidad de ‘The skeleton twins’, el delicado equilibrio entre lo cómico y lo dramático, entre lo cotidiano y lo destacado, sólo puede ser llevado por los dos monstruos de la interpretación como Kristen Wiig y Bill Hader que, sin menospreciar a Luke Wilson y Ty Burrell, también conocidos precisamente por su destacada y coherente bis cómica, representan una máxima que siempre ha traído polémica: Un buen actor siempre está por encima del género en el que esté trabajando siendo los forjados en la comedia, los que suelen tenerlo más fácil a la hora de trasladar sus dotes interpretativas al drama… que no al revés.