Regresa a la cartelera el superhéroe más famoso de Marvel y, con él, la acción, la emoción y el puro entretenimiento. Un más que recomendable plan para aquellos que no se vayan de vacaciones en Semana Santa o que se quieran escaquear de las procesiones.
Sinopsis de The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro
Peter Parker (Andrew Garfield) no tiene tiempo de aburrirse. Compagina su vida de estudiante con la responsabilidad de ser Spiderman, al mismo tiempo que pasa todo el tiempo que puede con su novia Gwen (Emma Stone). Por si esto fuera poco, su vida dará un giro radical tras la vuelta de un antiguo amigo, Harry Osborn (Dane DeHaan), y la aparición de un villano llamado Electro (Jamie Foxx), más poderoso que él. Todo ello le hará percatarse de que todos sus enemigos tienen algo en común: Oscorp.
Crítica de The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro
Por fin llega las pantallas españolas la tan esperada secuela de la nueva saga de Spiderman, “The Amazing Spider-man 2: El poder de Electro”, un film al que no le sobra ni le falta nada y que dignifica una vez más el cine de superhéroes como ya lo hiciera Christopher Nolan con su saga de Batman. Todo en ella funciona como una máquina de relojería, donde la misma química existente entre los personajes de Peter Parker/Spiderman (Andrew Garfield) y la bella Gwen Stacy (Emma Stone), podemos encontrarla en todos y cada uno de los elementos que forman parte de la función.
Empecemos por una de sus bazas, una banda sonora atronadora llena de acordes eléctricos como nunca antes un servidor había experimentado en cine, producto de Hans Zimmer, que se fusiona con la imagen (y subraya la esencia de los personajes, sobre todo en el caso de Electro) de una forma impecable, que junto con un excelente uso del montaje dota a las escenas de un ritmo endiablado que no dejan respiro alguno. El director Marc Webb, quien repite en la dirección, mejora en esta ocasión la calidad de las escenas de acción haciendo un uso portentoso de la cámara lenta a lo Matrix, añadiendo espectacularidad al conjunto. Así, de la misma forma que los ciudadanos de Nueva York se sitúan tras las vallas puestas por la policía para presenciar los enfrentamientos de Spiderman con sus villanos, el público de los cines podrá asistir extasiado y con la boca abierta a un espectáculo de los que no se ven todos los días.
Andrew Garfield mejora su interpretación de Spiderman con respecto a la primera entrega, y el trabajo del resto de intérpretes consigue que te creas a los personajes del primero al último por muchas máscaras, maquillaje o efectos especiales que lleven por encima. Los villanos resultan espléndidos. Jamie Foxx convence y confiere carisma y personalidad a su personaje, logrando traspasar su brillante interpretación por encima de su “disfraz” de Electro. Lo mismo sucede en el caso de Dane DeHaan, que consigue encarnar a un Duende Verde inolvidable que nada tiene que ver con el de la primera película de Sam Raimi. Por supuesto, no me olvido de las intérpretes femeninas, Emma Stone (Gwen), y Sally Field (la tía de Peter Parker), que logran los niveles interpretativos requeridos para transmitir el peso fundamental que sus respectivos personajes tienen en el relato. La química existente entre Andrew Garfield y Emma Stone es aplicable al resto, donde se consigue un conjunto dramático armónico y necesario requerido, ya que este Spiderman es más emocional, más oscuro y más profundo. Unos actores que no hubieran estado a la altura hubieran dado al traste con la película y con el dramatismo pretendido.
El excelente guión está firmado nada menos que por tres nombres: Alex Kurtzman, Roberto Orci, y Jeff Pinkner,quienes resuelven razonablemente bien todas las cartas con las que juegan. Teniendo en cuenta que la primera entrega nos dejaba muchas incógnitas sin resolver y que ahora se desvelan (sobre todo en lo concerniente al secreto que envuelve a los padres de Peter), que tenemos enfrente nada menos que a tres villanos (con todos los problemas que eso conlleva para que todo encaje bien en el conjunto del relato) y que, además, como en toda secuela, se trata de profundizar en la relación de los personajes; hay que decir que la papeleta queda de sobra resuelta, y con nota. Podríamos hablar incluso de mezcla de géneros, donde hay lugar para el drama, el amor, la comedia, la acción y, por supuesto, la ciencia-ficción. Todos los públicos tienen su butaca asegurada en The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro. Por si esto fuera poco, el film es escrupulosamente fiel (salvo en algún pequeño matiz) al universo del cómic de Stan Lee y no da cabida a que surja el tópico de que segundas partes nunca fueron buenas. ¿Se puede pedir más?