El aclamado director Ridley Scott vuelve a decantarse por la épica, contándonos la historia de Moisés en “Exodus: Dioses y Reyes”, confirmando que el género bíblico ha vuelto para quedarse. Todo un alarde de efectos especiales.
Sinopsis de la película “Exodus: Dioses y Reyes”
Moisés, general y mano derecha de Ramses II, es el elegido para liberar a su pueblo, los hebreos, del látigo de Egipto. Para ello emprenderá un éxodo liderando a más de 600.000 esclavos que con ayuda de Dios se dirigen a Canaán. El encolerizado faraón intentará capturarlos en una persecución llena de peligros.
Crítica de la película “Exodus: Dioses y Reyes”
No es empresa fácil ponerse a los mando de una historia que ha sido contada varías veces bajo el filtro del celuloide, y que guarda virtudes en el imaginario colectivo de la mano de la magna obra de Cecil B. DeMille y la espectacular épica animada de Dreamworks. Quizá sea por ello que los guionistas de esta “Exodus: Dioses y Reyes”, se hayan querido desmarcar de imágenes icónicas y pasajes dogmáticos, para centrarse en aspectos diferentes y con un tono que deja la divinidad en un segundo plano.
Ridley Scott nos ofrece con“Exodus: Dioses y Reyes” una cinta muy irregular, que muestra sus virtudes en el apartado técnico y la puesta en escena –con una gran secuencia inicial- pero que renuncia al dramatismo de la historia contada en el segundo libro del Antiguo Testamento. Pocas veces un reparto tan interesante ha sido tan desaprovechado. Y es que salvo Moisés, un Christian Bale con el piloto automático, sin una pizca de carisma; y Ramsés, encarnado por un Joel Edgerton imponente pero que no se puede comparar con el gran Yul Brynner, el resto apenas tienen nada que ofrecernos. Especialmente sangrante el caso de Sigourney Weaver y Ben Kingsley. Al menos María Valverde tiene bastante tiempo en pantalla para lucirse y demostrar que tiene un inglés bastante notable.
La película “Exodus: Dioses y Reyes” acusa una gran falta de ritmo en determinados tramos, con el intento de profundizar en la figura de Moisés no como salvador, sino como ser humano, pero fracasando al no atreverse a adentrarse en este camino, pasando por él de puntillas. Los hechos en los que seha querido innovar provocan una gran desilusión en el espectador, que esperaba ver ciertas escenas con efectos especiales contemporáneos. Así, el Dios personificado en niño es lo más sonrojante de la cinta. Por su parte, la apertura del Mar Rojo, el instante más esperado, deja a Moisés como un mero espectador. El guía del pueblo hebreo que tiene a Dios de su lado, es percibido en esta versión como un demente al que siguen miles de esclavos desesperados.
Las virtudes de“Exodus: Dioses y Reyes” sin embargo motivan a su visionado en pantalla grande. Y es que la espectacularidad de sus batallas, el cuidado diseño de producción, el vestuario y un atronador sonido, hacen gran favor a los momentos más disfrutables de la película. Mención especial para la excelsa composición del español Alberto Iglesias, cargada de emotividad y que eleva un final que deja la historia a medias.
Parece ser que Ridley Scott lleva bastante tiempo sin levantar cabeza. Sus virtudes como realizador se ven últimamente limitadas por guiones mediocres en el mejor de los casos.“Exodus: Dioses y Reyes” ha sido un intento fallido de traer a las nuevas generaciones una de las historias más dramáticas y espectaculares de la Biblia, aun así, el género religioso parece haberse instalado definitivamente tras un largo periodo de inactividad. Al menos, es una buena excusa para ver paisajes españoles en la gran pantalla.
