Cuatro años después de su predecesora llega la segunda entrega de la espectacular ‘Cómo entrenar a tu dragón’. Con un salto temporal en el guion similar al tiempo de desarrollo de la producción la película presenta unos personajes un poco más maduros, tanto en su aspecto como en su comportamiento, y trama un poco más profunda donde se desarrollará una historia bastante más emotiva.
Sinopsis de la película ‘Cómo entrenar a tu dragón 2’
Cinco años han pasado desde que los habitantes de ‘Isla Mema’ y los dragones que les acosaban unieran fuerzas logrando que las dos razas prosperaran juntas. Los vikingos han cambiado el acero de las armas por el cuero de las sillas de montar, dejando de ser cazadores de dragones para convertirse en sus jinetes. Cada isleño tiene su propio dragón y todos los dragones se benefician de los cuidados de sus vikingos. Unos les proporcionan alimento, cobijo, mantenimiento y un lugar seguro y apacible para la cría de sus pequeños retoños y los otros… todas las ventajas que tiene montar grandes criaturas aladas escupe fuegos.
Hipo (Jay Baruchel), responsable de la unión de las dos especies gracias a su profunda amistad con Desdentao, el dragón del que es jinete, tiene por costumbre desaparecer esporádicamente volando a lomos de su dragón para descubrir nuevas y lejanas tierras, para de paso, dejar atrás las responsabilidades que le tocan por ser hijo de Estoico, El Inmenso (Gerard Butler), jefe de la tribu que desea fervientemente siga su camino para heredar el cargo.
Será precisamente en uno de estos de viajes donde Hipo, acompañado de su prometida Astrid (América Ferrera) y sus respectivos dragones Desdentao y Tormenta donde descubrirán una posible amenaza para el futuro de los habitantes de ‘Isma Mema’. Un oscuro y misterioso personaje conocido como Drago está cazando a todos los dragones que encuentra a su paso para hacerse con un poderoso ejército formado por estas criaturas con el que a su vez dará caza o destruirá más dragones.
Crítica de la película ‘Cómo entrenar a tu dragón 2’
Nada más ver el trailer de esta Cómo entrenar a tu dragón 2 quedé gratamente sorprendido por un detalle que me pareció fascinante: Tanto el joven que desafía la caída libre, como la bestia escupe fuego con la que sesga los cielos como un trueno… llevan una prótesis. Los indiscutibles protagonistas de la película son motrizmente imperfectos y, sin embargo, no creo que haya ningún niño que no quisiera tener un dragón como ‘Desdentao’ (o cualquier otro), o cambiarse por Hipo (un niño antes, un joven ahora) que monta a lomos de su dragón gracias a su pierna de reemplazo.
En los últimos años, me atrevería a decir décadas, las películas infantiles de dibujos animados que hasta hace relativamente poco monopolizaba Disney, han sufrido un proceso de infantilización tal que ya es difícil, no que un personaje muera, sino que, ni el típico villano de turno, que se ha ganado a pulso que alguien lo liquide por sus malvados y perversos actos, antes perezca por obra del destino, la casualidad, o su propia mala leche, que por la acción del héroe tomándose la justicia por su mano. Víctimas hay pocas. Incluso los malos son más perversos por la intención que por la acción o, como mucho, quedan definidos por acciones que cometieron en el pasado pero que rara vez veremos en pantalla. El género Disney (que no es exclusivo de esta compañía) edulcora los valores de la vida de los niños mientras que la propia vida nos muestra a todos, incluyendo a esos niños que pretende envolver en el país de la piruleta, los cadáveres de los pequeños que fallecen en los conflictos armados.
‘Cómo entrenar a tu dragón 2’, bajo el mismo sello de DreamWorks que empezó a arrebatar el pastel a Disney con su gamberra ‘Shrek’, pero que ya logró su distinción antes gracias a ‘Antz’, continúa aportando valores que van un poco más allá del entretenimiento algodonado y plantea, preguntas muy interesantes que no son habituales en películas de animación infantil, siendo la más explícita aquella que mueve al joven protagonista Hipo a enfrentarse al malvado Drago: ¿Las personas pueden cambiar? ¿Se puede dialogar con aquellos que están organizando masacres? ¿Pararían si alguien se lo pidiera razonadamente? Las respuestas pueden no gustar, Drago puede ser un poco discursivo o predecible en su maldad, pero desde luego, en esta película de aventuras, hay mucho más de lo que cabría esperar y muchas cosas que uno, que ha visto unas cuantas películas, no se espera.
La fantasía, la acción, la comicidad y las aventuras estarán ahí, por supuesto. Una vez más queda demostrado sin que haga falta que aportar algo más a una película que se encasilla fácilmente en entretenimiento veraniego eleva la satisfacción de las mentes un poco más inquietas y que, seguramente, siembre en aquellas que no busquen nada en particular. Por lo demás, en el aspecto técnico, interpretativo, montaje, dinamismo, ritmo, fantasía, planos… se podría resumir diciendo que es un trabajo impecable donde se nota la evolución tecnológica siendo los vuelos, las llamaradas, el agua, las expresiones, dentro del mundo animado casi reales, más que creíbles si analizamos la física de los objetos.
Esperemos que este tipo de producciones nos visiten tan frecuentemente como les sea posible a sus productores (ya están manos a la obra con la tercera) y que no descuiden la calidad que siempre aportan sus películas, un sello de confianza para el público que se acerca a las salas con ganas de pasar un magnífico rato sin que ello suponga aguantar hora y media de insulsas premisas principescas. Como bien parecen saber los creadores de ‘Cómo entrenar a tu dragón’Dean DeBlois (director) y Chris Sanders (productor ejecutivo), y que yo aprendí de un magnífico mago llamado Malacatín: “El espectáculo es para niños pero los que pagan son los padres” (o niños con edad de adultos).