Sexta entrega de la franquicia de espías más espectacular del momento con Christopher McQuarrie repitiendo en las tareas de dirección y confirmando el buen nivel que mantiene la saga de Misión Imposible.
Crítica Misión imposible 6 Fallout (2018)
La longevidad de una franquicia como “Misión imposible” que parece resistir al paso del tiempo manteniendo el prestigio y el interés del público, se debe en gran parte a que ha sabido reinventarse y no caer en la reiteración. Tras una película inicial que marcó el camino a seguir, teniendo como referente la serie de televisión, llegó una secuela que es considerada la peor del conjunto, aunque no se le puede negar su espectacularidad. Tras esto, apareció J.J. Abrams para insuflar aire fresco y reformular lo que vendría después, permaneciendo como productor hasta la fecha. Ya en la actualidad, el director Christopher McQuarrie, protegido de Cruise y con el que participó en “Jack Reacher”, revitalizó la quinta entrega y vuelve a conseguir un gran trabajo en esta Misión imposible 6 Fallout.
Más allá de la espectacularidad de la cinta, algo que se le presupone dados sus precedentes, la gran virtud de esta entrega, al igual que la anterior, es un guion muy bien elaborado. McQuarrie y Bruce Geller no tratan de tonto al espectador y ofrecen una trama bien hilvanada sin dejar de lado la acción, apostando por mostrarnos un arco dramático de los personajes que podría llegar a torcerse en determinado momento, pero la dupla de escritores consigue un resultado final que combina un entretenimiento de primera con un film de calidad, y eso en el blockbuster actual, tristemente, es decir mucho.
Una de las claves de Misión imposible, sobre todo desde la tercera parte, es la de contar con un equipo más o menos fijo que acompaña al personaje de Ethan Hunt en las misiones. Algo heredado de la serie que le da un sentido coral a la trama y no agota a su protagonista. Además, la franquicia sabe cuando prescindir de sus personajes para no atarse y poder insuflar aire fresco cuando es necesario. Por ello, quizá se echen en falta a algunos compañeros del pasado, aunque otros como el personaje de Luther, que lleva ahí desde la primera entrega, siguen apareciendo. Poco se puede decir de los intérpretes que los encarnan, ya que tienen más que asimilados sus respectivos roles. Tom Cruise sigue como pez en el agua en la saga que probablemente mejor le defina como actor y sigue demostrando que la edad no le afecta como al resto de los mortales. Sus esfuerzos físicos en las escenas de acción siguen asombrando y superándose en cada entrega. El que aterriza con fuerza y roba la película, con permiso de Cruise, es un Henry Cavill absolutamente arrollador como August Walker. Su potente físico es explotado a lo largo del film, además de tener una curiosa química con Tom Cruise que funciona muy bien y da lugar a algunos momentos de humor muy bien integrados. Una virtud que tiene este film, sin recurrir a los chistes a destiempo, sino que estos casi aparecen de manera natural, haciendo una sana relectura de una franquicia que, tras cinco entregas previas, sabe reírse de sí misma cuando es necesario, haciendo que los momentos más inverosímiles se digieran mejor.
Como si de un circo se tratase, el universo de Misión imposible siempre se ha caracterizado por el “más difícil todavía” y, aunque parezca improbable, en este caso se vuelven a superar con la secuencia de los helicópteros y el afán de Cruise por hacer sus propias escenas de acción, dándole una verosimilitud a esos momentos que pocas películas pueden emular. La persecución por las calles de París también se queda grabada en la retina y es que el buen hacer de Christopher McQuarrie tras la cámara es garantía de calidad siempre.
Opinión final de Misión imposible 6 Fallout (2018)
Misión imposible 6 Fallout es uno de los mejores, si no el mejor blockbuster del año. Su elaborado guion, la espectacularidad de las escenas de acción sin recurrir a recargantes efectos digitales y la renovación dentro la saga sin dejar de lado sus características más reconocibles la convierten en un entretenimiento de primer nivel.