“Me casé con un boludo”: Película argentina protagonizada por Adrián Suar y Valeria Bertuccelli que busca en el humor absurdo el camino a la comedia romántica.
El engaño, fingir ser alguien que en realidad no se es, es uno de los mecanismos clásicos del humor desde siempre. “Me casé con un boludo” toma este recurso y lo lleva hasta el extremo, personificándolo en Fabián, el personaje que interpreta Adrián Suar acompañado de Valeria Bertuccelli que se encarga de Florencia, el interés romántico del protagonista, y por la que se hará pasar por una versión refinada del egocéntrico actor.
Aunque este tipo de comedias suele dar buenos resultados, dando lugar a escenas absurdas muy divertidas, en esta ocasión el resultado es desigual y no se sabe aprovecha el recurso de manera inteligente. Los dos personajes principales son demasiado caricaturescos, resultando altamente cargantes a medida que avanza el metraje. En especial el personaje de Florencia.
Aunque no sea parte determinante de la trama, el hecho de que Fabián y Florencia sean actores, da lugar a situaciones de metacine que resultan interesantes al mostrar parte del oficio de los cineastas, siendo meras curiosidades.
La película no tiene mucho que ofrecer a nivel cómico y mucho menos a nivel narrativo, con chistes y gags que no innovan en nada, y un guion que usa la plantilla del género de la comedia romántica sin asumir ningún riesgo. El director Juan Taratuto, habitual de películas de temática parecida, tira de oficio y tampoco innova, haciendo uso de una realización meramente funcional.
Quitando a los dos actores principales, el resto son comparsas que acompañan el desarrollo de la trama. Tanto Suar como Bertuccelli se muestran muy poco comedidos, haciendo de la verborrea su signo de identidad. El histrionismo de ambos y las situaciones que generan los convierten en personajes capaces de agotar al espectador con su comportamiento. En este caso, el público irremediablemente les cogerá manía en vez de sentirse identificado con ellos.
“Me casé con un boludo” es una comedia romántica mil veces vista, pasada por el filtro de la locura personificada en Adrián Suar y Valeria Bertuccelli que más que divertir, agotan. Una película que quizá se pueda disfrutar en un domingo sin nada que hacer, pero con la certeza de que sus debilidades superan ampliamente a sus posibles virtudes.