Llega a la cartelera española‘Miel’la primera película como directora de la conocida actriz Valeria Golino. Una emotiva historia dramática protagonizada por Jasmine Trinca y Carlo Cecchi.
Sinopsis de la película “Miel” de Valeria Golino
Irene, una chica italiana de 30 años, tímida y solitaria, vive sola en una casa junto al mar cerca de la ciudad de Roma. Con la ayuda de un socio y amigo, tras el alias de Miel y bajo el más absoluto secreto, Irene ayuda a poner fin de la manera más digna posible las vidas de discapacitados físicos y personas que se encuentran en fase terminal. El encuentro con el Sr. Grimaldi, un hombre de 70 años que se encuentra perfectamente sano pero que quiere acabar con su vida, pondrá en entredicho la labor de Irene y hará que ‘Miel’ se cuestione todo lo que hace y por qué lo hace.
La directora Valeria Golino, actriz de películas tan emblemáticas como Rain Man (1988), Hot Shots (1991), Four Rooms (1995) o Frida (2002), crea una historia acerca de la vida y la muerte junto con la joven actriz Jasmine Trinca (Manual de amor, 2005) y el veterano actor Carlo Cecchi (El violín rojo, 1998).
Crítica de la película “Miel” de Valeria Golino
Miel es una de esas extrañas películas que aunque toca un tema tan delicado como el de la eutanasia lo hace de forma vitalista y sin caer, casi en ningún momento, en lo melodramático. Valeria Golino sorprende con una puesta en escena intimista, rodada de forma naturalista y con, sobre todo en su primera parte, una buenísima selección de canciones pop para componer una banda sonora que acompaña de la mejor manera posible a esa forma de contar la muerte a través de la vida.
Gracias a contrastes culturales, de edades, de paisajes, de maneras de hacer, de sentir y de ver el mundo, vamos conociendo a Irene o Miel,seudónimo que utiliza para su segunda vida secreta. Una mujer totalmente convencida de lo qué hace pero que acaba viviendo un arco de transformación muy sutil y que, finalmente e inevitablemente, acaba explotándole en la cara. El Sr. Grimaldi, analogía perfecta entre la juventud y la veteranía, además de las ganas de vivir contra las ganas de morir, es el aliado perfecto para que Irene acabe preguntándose si realmente está ayudando o no a aquellas personas que contratan sus servicios.
La narrativa que utiliza Valeria Golino es tan sutil que, en la gran mayoría de ocasiones, no nos damos cuenta de hacia dónde va la historia. Cuesta diferenciar donde están los giros pero eso, por supuesto, es algo bueno porque no es una película al uso y aun así se nota que la directora tenía la película totalmente estructurada. Hay algunas escenas que son poesía pura, la de Irene en la discoteca insinuándose a un chico a través del cristal es un clarísimo ejemplo de ello, visualmente bellísima.
Lo malo viene ya avanzada la segunda parte del filme. A partir de la primera mitad, el final de la historia empieza a intuirse y la película cae en alguna escena demasiado melodramática para como estaba siendo narrada la historia. Además, una sucesión de innecesarios flashbacks en los que intuimos por qué Irene hace lo que hace, no ayudan a enderezar y retomar el buen hacer de su primer tramo.
Buenísimos primeros cuarenta y cinco minutos que acaban diluyéndose y no haciendo de la obra un excelente filme pero, aún así, es una buena forma de intentar hacer las cosas diferentes.
