Opinión de la película biográfica sobre la escritora francesa de principios del siglo XX, Collete.
COLETTE. Crítica de la película que protagoniza Keira Knightley
Elegante, divertida, familiar y, a pesar de girar en torno a la rompedora escritora francesa Colette – icono pop e “influencer” de la Belle Époque- excesivamente británica en cuanto a producción, talante y ritmo narrativo. La minuciosidad a la hora de recrear los detalles históricos – aunque el detalle más importante, rodar la película en Francés, el idioma original de la escritora, se les pasó completamente por alto -, contrasta con el toque naif y puritano a la hora de recrear los sexuales. Keira Knightley y Dominic West nos brindan una interpretación de calidad a la cual nos tenían completamente desacostumbrados en los últimos años, en especial en caso del segundo, al cual habría queremontarse hasta la serie The Wire y a su mítico Mcnulty para verle en pleno estado de forma. La interpretación de Keira Knightley dando vida a la carismática Colette guarda, quizá, demasiadas resonancias con los papeles que la llevaron al estrellato (Orgullo y prejuicio; Expiación) pero no por ello deja de ser unas de las mejores interpretaciones de su carrera y ya veremos si del año.
Sinopsis
Biopic sobre la escritora Francesa Colette (Keira knightley), que narra desde sus años de juventud en casa de sus padres hasta que el escritor Willy (Dominic west) se casa con ella y se instalan en la Paris de segunda mitad del siglo XIX. Willy comenzará ejerciendo de mentor de Colette, espoleando su talento e instigándole a que escriba, pero rápidamente, Colette, acabará erigiéndose como el verdadero motor y fuente de inspiración de los trabajos de la pareja y del propio Willy.
Crítica
Wash Wesmoreland se consagró como un realizador a tener a en cuenta – y como un buen director de actores – con la plúmbea, pero empática y correcta, Siempre Alice, que le valió el tan ansiado Oscar a su protagonista, Julianne Moore.
Debe ser un tipo espabilado el tal Wesmoreland, pues aquella vez, en Siempre Alice, eligió el alzheimer, de la que todos tenemos referencias directas ya sea en nuestra propia familia o a través de amigos, para su primer gran éxito. En este caso, elige recrear la vida de la audaz escritora francesa Colette en sus años de casada con el también escritor Willy, 15 años mayor que ella, y que a pesar de que en un principio la alentó a escribir, luego no tuvo escrúpulos a la hora de “adueñarse” de la obra de su esposa. Wesmoreland, de manera sutil y sibilina, trata de narrar los albores de la lucha contra el “heteropatriarcado”; ente maligno poseedor de todos los elementos que hacen del nuestro un mundo peor; opresor estructural de una mitad de la población yen el que todo vale por combatirlo, incluso en incurrir en incoherencias ideológicas y de carácter humanístico, viniendo a corroborar el arquetipo de la sombra Carl Jung visto como “otro” externo. Utopía psicológica ya veremos si social.
El realizador sabe que maneja un material que de no salirse demasiado del tiesto, podrá aunar el beneplácito de público y crítica, y trata de no cometer demasiados riesgos narrativos con el fin de captar cuantos más adeptos mejor. Pero lo que a priori resulta una idea obvia, lo es también la convencionalidad que rezuma y la sensación constante de “esto ya lo he visto”. Qué hubiera sido de la obra de Colette si hubiera decidido cometer tan pocos riesgos, o hubiera escrito comedias sexuales para toda la familia. Probablemente hoy no estaríamos hablando de ella. En caso de que la película les acabe sabiendo a poco,La chica Danesa de Tom Hooper, quizá, si cumpla con las expectativas.