Coescrita y dirigida por el debutante Jameson Brooks, Bomb City expone de forma singularmente hábil el trágico suceso acontecido en 1997 en Amarillo. Violencia, punkis, arte, excesos, juventud, música, deporte, inconformismo, tolerancia… El director muestra y añade en la película una gran cantidad de reactivos con los que trata de explicar y dar voz, ya no sólo el suceso en sí, sino sus terroríficas consecuencias. Exploremos juntos esta obra de arte en la crítica de Bomb City.
Sinopsis
Jóvenes adolescentes, a un paso de convertirse en universitarios, se enfrentan en una brutal pelea. Un grupo de jóvenes punks, armado hasta los dientes, atacarán con toda su furia a los miembros del equipo de fútbol. En Bomb City acompañaremos a Brian Deneke, en joven punk, cuya rebeldía y búsqueda por romper violentamente con el orden establecido, le llevará a cometer el mayor error de su vida. Un error que veremos juzgado en un tribunal desde el primer minuto de la película.
Crítica
Basad en hechos reales. Bomb City comienza con estas inquietantes palabras. Una palabras que el crítico lee con desconfianza. ¿Estamos ante una recreación de sobre mesa? ¿Ante un hecho panfletario? ¿Una declaración de principios? Bomb City se podría encasillar fácilmente en esta última categoría de no ser por la fascinante pericia del director y coguionista Jameson Brooks. Como guionista, junto a Sheldon Chick, el señor Brooks construye un camino férreo hacia una idea clara; y como cineasta, Jameson retuerce la historia de una forma impecablemente inteligente para exponer los hechos sin tomar partido. De hecho, el montaje es tan sumamente hábil, que da la sensación de estar alterando “los hechos reales”. Una distorsión de la realidad que no es tal pero que, tal y como se muestra, da lugar a una intencionada confusión.
Un par de palabras en el buscador darían como resultado la revelación de información esencial que debería ser transmitida únicamente por la película. De esta forma, la intención del director, y la forma con la que se debe recibir esta historia, quedaría desvirtuada. Bomb City no quiere aleccionar, no quiere que se tome partido, quiere que se tome conciencia, no sólo de lo sucedido, sino del suceso en sí. De hecho, al principio de la película se puede escuchar un discurso sobre la violencia, en el que un sabio o erudito, manifiesta su punto de vista. Un golpe de efecto, ya que se revela su identidad al final de la película -junto con el resto del discurso-, que puede tirar fácilmente por tierra una entrada a IMDB.
El reparto de Bomb City
Es absolutamente innegable que la mayor parte del cine que viene de fuera de nuestras fronteras, lo hace con un elenco claramente superior a nuestra media. No se me echen encima, tampoco llega todo lo que se estrena, pero cuando la producción es pequeña, cuando la distribución viene de la mano de La Aventura, la calidad en este, y otros muchos aspectos, está más que asegurada, obligada. Las pequeñas distribuidoras no buscan al público, es el público el que les busca a ellas.
Bomb City está representada por actores sinceros, lógicos. Sus intérpretes están en el registro que les corresponde. No se hecha en falta nada. Tampoco pecan de ningún exceso. Dave Davis, que da vida a Brian, lo hace con la humildad que le corresponde al personaje. A partir de ahí, su familia, la biológica y la de los colegas, está formada por otros tantos actores que están al nivel.
Los únicos personajes que parecen estar desdibujados son los de los jugadores de futbol que, centrándose la película en describir la vida de los punks, quedan un poco planos. Una lástima porque de haberles cedido a alguna escena, el contraste, ya reducido por la intención de la película, hubiera sido menor y más dramático.
Opinión final de Bomb City
La valoración numérica que haga como crítico de cine, posiblemente no corresponderá a la lógica o a la razón. A ojos de una persona neutra, de un espectador con criterio, la película estará -innegablemente- sobrevalorada. Ya lo hice una vez con Sully,y, como no merece menos esta ocasión, lo vuelvo hacer con Bomb City.