La adaptación cinematográfica del libro de Seth Grahame-Smith, basado a su vez en el de Jane Austen, es precisamente eso: Orgullo y Prejuicio + Zombis.
Crítica de Orgullo + prejuicio + zombis
La película Orgullo + Prejucio + Zombis -o la novela de Seth Grahame-Smith- parte de una premisa muy original: Contar de nuevo la historia de ‘Orgullo y prejuicio’ -considerada una de las primeras comedias románticas de la literatura inglesa- publicada en 1813 por la autora Jean Austen, pero añadiéndole un toque dramático postapocalíptico y de acción, pues Inglaterra sufre una constante invasión zombi. Una fusión inesperada que a fuerza tuvo buena acogida entre sus lectores ya que en esta versión cinematográfica nos encontramos, pero seguramente desconcertante -incluso decepcionante- para aquellos que no hayan leído la original y/o no tengan ningún interés en leer lo mismo pero con zombis.
A pesar de este preámbulo que destila negatividad, hay que reconocer el buen hacer del equipo, del reparto, del tono y su más absoluta sinceridad y entrega a la hora de proyectar el trabajo. La conjunción de dos obras tan antagónicas es todo un logro y conseguir que el público se lo tome en serio, es todo un milagro. Burr Steers, director y guionista, lo consigue ensalzando y creando cuadros de indiscutible belleza mientras disimula lo mejor posible el cartón-piedra. O lo que es lo mismo, tanto nos dará contemplar una ostentosa reunión de principios del siglo XIX, como una escena ninja de lindas señoritas -las cinco hijas Bennet- descerebrando sin escrúpulos a demacrados o pútridos zombis. Suerte de que Orgullo y Prejuicio y Zombisesté respaldada por las dos novelas que la preceden porque de no ser así el público se tendría que enfrentar a la típica película excedida de extensas escenas de acción, llena de clichés y plagada de frases y diálogos desprovistos de ingenio.
Orgullo + Prejucio + Zombis es precisamente y literalmente la conjunción de estos tres elementos. El señor Bennet (Charles Dance), tiene cinco hijas, Jane (Bella Heathcote), Elisabeth (Lily James), Mary (Millie Brady), Kitty (Suki Waterhouse) y Lydia (Ellie Bamber) y ningún heredero. Con lo cual, la señora Bennet (Sally Phillips), está preocupada por el futuro de sus hijas pues debido a la ley de linaje masculino ninguna podrá heredar nada, siendo el heredero legítimo es el primo de las jóvenes Parson Collins (Matt Smith). Así la única esperanza de no quedar desamparadas para las jóvenes es casarse con un hombre que tenga un buen patrimonio como el señor Darcy (Sam Riley), un joven orgulloso y altivo, o su mejor amigo y todavía más hacendoso el señor Bingley (Douglas Booth). Jane en seguida se llenará de prejuicios contra Darcy debido a un comentario de este, y comenzarán una tirante relación de ingenioso desprecio.
¿Y los zombis? Asediando toda Inglaterra y presentes en casi toda la película. De hecho la película comienza con unos brillantes títulos de crédito a la vez que se nos introduce en este principio de siglo XIX donde se da a entender que la plaga zombi aparece por culpa de los franceses (en la época real en plena expansión del imperio napoleónico). Todo el mundo sabe luchar contra los zombis -las hijas son todas unas expertas en artes marciales chinas, Darcy es un experto cazador de zombis- y las escaramuzas contra ellos son frecuentes. Además hay un enigma constante pues ciertos zombis parecen ser racionales.
Tal y como se presenta la situación, los no muertos vienen a ser el extra de una historia ya escrita, el cambio de ropa de una persona, el dicho: “por mucho que la mona se vista de seda, mona se queda”. Y sin embargo, es brillante en su concepción y en su fidelidad a la obra original de Jean Austen. Una intrusión más descerebrada del elemento zombi y nos sentaríamos frente a un homúnculo informe. De esta manera, manteniendo suficientemente separados los dos géneros, ninguno canibaliza al otro. Es más, seguramente los seguidores de sus respectivos géneros pensarán que prima el contrario sobre su preferido, cuando en realidad cada uno sigue su curso en dos tramas paralelas.