Un caballo mágico, ángeles, demonios, milagros, un llamativo reparto… Estos elementos mezclados con desbordada imaginación es lo que propone el director Akiva Goldsman para atraer a las parejas al cine.
Sinopsis de la película “Cuento de invierno” (2014)
Peter Lake (Colin Farrell) y Beverly Penn (Jessica Brown Findlay) están predestinados a vivir una increíble y romántica historia de amor. Él, un joven que llegó a Nueva York de forma milagrosa en 1905 cuando tan sólo era un bebé, tuvo que criarse sólo en las peligrosas calles de principios del siglo XX logrando sobrevivir gracias a su habilidad como ladrón. Ella, hija amada de un millonario afincado en la ciudad, que es la representación de la belleza y el encanto, sufre una enfermedad terminal que requiere que su cuerpo esté permanentemente expuesto a gélidas temperaturas para evitar morir de fiebre.
Divinas criaturas harán todo lo posible para que sus caminos se crucen y puedan vivir aquello para lo que fueron destinados, pero Pearly Soames (Russell Crowe), que fue maestro mentor de Peter Lake, que había visto el potencial del chico para obrar mal pero nunca logró corromper su alma y su buen corazón, tiene una cruzada personal contra el joven y hará todo lo posible para acabar con su vida. El deseo de este oscuro líder de una de las bandas más sanguinarias de Nueva York será infligir todo el dolor y sufrimiento posible echando mano de los tenebrosos poderes que le confieren su condición de demonio.
Crítica de la película “Cuento de invierno” (2014)
Cuando una película, libro, obra de teatro, charla informativa, persona, comienza a anunciar a bombo y platillo que lo que nos es lo mejor que podemos tener yo me echo a temblar y pienso “Ale, aquí va otro charlatán”. Así que sí, es lo que estáis imaginando. “Cuento de invierno” es la película más charlatana y aburrida sobre lo mágico, misterioso, milagroso y pastelero que puede llegar a ser una historia de amor. No hay nada insinuado, no deja nada para la intuición… esta película podría ser catalogada “No recomendada para todos los públicos” debido a sus escenas de “amor explícito” y alto contenido de pasteleo.
No se puede negar que la historia es imaginativa cuanto poco… pero la explican tanto y remarcan tanto cosas tan evidentes como el tema que trata la película (el amor, no se olviden que es el amor), que uno espera que los malos triunfen. Pero no, oh no, ni los malos malignos se salvan de lidiarnos de tanto, tanto, tanto, divino y predestinado milagro. No, pues hasta ese bando logra aburrir con sus continuas referencias a lo malos que son.
Cierto es que la película se llama “Cuento de navidad” y que en los cuentos los personajes suelen estar un poco, sino mucho, tipificados. El malo es malo porque sí y punto pero, a no ser que sea un malo cómico y haga gracia, no va por ahí argumentando con palabras y hechos lo malo que es. Lo es y punto. No como Russel Crowe que le ha tocado interpretar a un malo cansino y repetitivo que no tiene otra aspiración en su vida de matón jefe que la de fastidiar la vida del blandito personaje Peter Lake que es interpretado por Colin Farrell…
Por lo demás, muy buenos efectos audiovisuales, ideas muy originales y un espectacular reparto que será incapaz de hacernos sentir algo parecido al amor. No es que ellos no lo hagan bien, es que no creo que nadie sea capaz de disfrutar de un chocolate si se tiene que beber un barril lleno de una sentada.
En fin, me imagino que la novela original de la que ha hecho la adaptación esta película está muy bien. Es lo que suele decir la gente cuando se ha leído el libro y lo compara con la película. Yo que lo que creo que pasa es que Akiva Goldsman, director y guionista de la película, ha vuelto a escribir algo tan aburrido como “Batman y Robin”. Teniendo el currículum que tiene como productor, guionista y director, no está mal tener un fallo cada quince o veinte años.