Los monstruos irrumpen desde el suelo, una vez más.
La tercera y última entrega de esta saga nos lleva al apocalipsis total. Los humanos, diezmados, están refugiados en pequeñas aldeas armadas dispersas entre sí. Atrás quedaron los ejércitos atrincherados en puestos avanzados de combate. Tras años de lucha, tan sólo quedan un puñado de supervivientes…
Esta vez la CGO (Coalición de Gobierno Ordenados) no lucha únicamente contra los ‘Locust’, ahora también se debe enfrentar contra los desconocidos ‘Lambert, abominaciones presumiblemente provocadas al infectarse los ‘Locust’ con la ‘imulsión’. Para ello, la CGO volverá a confiar en sus dos escuadrones más conocidos y reputados: ‘Alpha’ y ‘Delta’. Vuelven Marcus y Dom, mucho más curtidos, indiferentes y cansados de las interminables guerras, y como novedad, el juego contará con tres personajes femeninos: Samantha Byrne, Anya Stroud y Bernadette Matakiel. Nuevas y viejas armas estarán en el arsenal y todas ellas contarán con su peculiar forma de rematar a un enemigo caído.
La humanidad ha pasado una guerra por el control del nuevo combustible, la ‘imulsión’, conocida como ‘la guerra de péndulo’. Una vez finalizada, se tuvo que enfrentar por sorpresa a la invasión de unos monstruos organizados en colmena que aparecieron del interior del planeta, ‘los Locust’. Y ahora los ‘Lambert’, aberraciones provocadas por la ‘imulsión’, los monstruos de los monstruos que han surgido para acabar con todos.
Epic Games, se suma al ya estandarizado modo cooperativo para cuatro jugadores y dicen haber solucionado los tediosos problemas para encontrar partidas en multijugador.
Los gráficos han mejorado sensiblemente. Una vez más, han apostado en aumentar el detalle de los escenarios, de los personajes, y por lo que se puede intuir, nos moveremos por los mismos lugares que en las anteriores entregas (ciudad, avernos, zonas industriales…), eso sí, todo estará mucho más deteriorado e invadido por estructuras biológicas ‘Lambert’.
Aquí os dejo el vídeo de presentación, donde se puede ver a un desesperanzado Dom, lleno de canas, con la triste mirada de quien ha perdido el amor de su vida en una cruenta guerra…
