Canal+ sigue a la cabeza en cuanto a ficción de calidad se refiere estrenando a las 21:30 de esta noche ‘House of Cards’, una magnífica serie de trama política en la que las traiciones, intrigas, y sed de poder, se pasean por los pasillos y cuartos del congreso de los Estados Unidos de América.
‘House of Cards’, adaptación americana de la serie política ‘Castillo de naipes’ de la BBC, es una espectacular serie de impecabilidad técnica con un excelente gusto y un saber hacer, que estoy seguro que de continuar en la línea de los dos primeros capítulos que tuve la suerte de presenciar, sin duda se convertirá en una serie de referencia para futuras generaciones. Y dicho esto, empezamos con la crítica.
‘House of Cards’ Crítica Online
Los dos primeros capítulos que componen este estreno y que están dirigidos por David Fincher (El club de la lucha), nos sumergen directamente en el interior de las dependencias políticas que a día de hoy se pueden considerar las más importantes del mundo: las de Estados Unidos. Este país, al ser la primera potencia mundial (los primeros en cuanto a riqueza económica, militar y desarrollo tecnológico), desde luego llama la atención lo suficiente como para querer conocer quiénes son, o como es en este caso que es ficción, cómo pueden ser las personas que llevan las riendas y de qué manera han llegado a la posición política correspondiente.
Es cierto que ‘House of Cards‘ puede resultar un poco difícil de seguir al principio. Tendremos que lidiar con nombres de cargos políticos, instituciones gubernamentales, dependencias y jerarquías que por lo general, desconocemos tanto sus funciones como sus obligaciones. Así que, para ayudar al espectador y de paso ganar su confianza, el congresista demócrata y Coordinador de la bancada de la CámaraFrancis Underwood (Kevin Spacey), irá haciendo monólogos a cámara ayudándonos a entender todo aquello que se nos escapa mientras nos cuenta sus motivos, sus intenciones, sus planes o todo aquello en lo que está pensando. Eso sí, queda muy claro que un político es un político tanto aquí como en el otro lado del mundo y que, salvo contadas excepciones, se mueven gracias al ansia de poder.
[quote]”Investigamos mucho para asegurarnos de que todo lo que decíamos pudiese ser auténtico y factible. Lo que sucede en ‘House of Cards’ ha ocurrido o está ocurriendo ahora mismo en Washington, o podría ocurrir.” Beau Willimon (Guionista y productor ejecutivo)[/quote]
Un ansia de poder que en ‘House of Cards’ está representada perfectamente por la pareja Underwood (Kevin Spacey y Robin Wright) que parecen la versión actualizada de Lord y Lady Macbeth de William Shakespeare, sólo que en esta ocasión, ninguno de los dos dudaría en “arrancarse del pecho a su bebé recién nacido y estrellar los sesos contra el suelo” si con eso consiguieran el poder. Tanto Kevin Spacey y Robin Wright interpretan con tal naturalidad, frialdad, cinismos y sus personajes persiguen sus objetivos de forma tan sutil o agresiva, según la escena, que llegan a poner los pelos de punta al prever lo que se le puede venir encima al pobre personaje que le da la réplica.
Pero estas dotes interpretativas no son exclusivas de los veteranos curtidos en tablas teatrales como Kevin Spacey, también hay que destacar la actuación de Kate Mara (American Horror Story) como joven y ambiciosa periodista del prestigioso Washington Post, que gracias a la asociación clandestina con el veterano político Francis Underwood, ambos lograrán estar más cerca de sus objetivos: uno más cerca del poder gracias a la publicación de información sensible, y la otra por la publicación de esa información.
Desde ya quiero decir que todos aquellos que les guste la ficción realista, o que estén un poco cansados de colmillos, caminantes, osos polares en el caribe… ¡Estáis (estamos) de enhorabuena! Llega la serie que estábamos esperando. ‘House of Cards’ es tan posiblemente realistas que nos hará mirar a los políticos con más desconfianza (si cabe). Como decía mi bisabuelo “La política es el arte de engañar al prójimo” y, por increíble que parezca, los votantes no son ni de lejos los únicos, ni los primeros, a los que se les engaña, según House of Cards.
Pero dejad que Francis Underwood sea quien os lo cuente, y os lo muestre, personalmente. Francis Underwood no es ético. Francis Underwoodno es bueno ni tiene buenas intenciones. Francis Underwood no es de fiar y ni siguiera escoge el mal menor para hacer un bien mayor. Francis Underwood sólo quiere el poder para sí, pero, inesperadamente y contra todo pronóstico, conseguirá ponernos de su parte. Y como buen político lo hará con argumentos (o con artimañas de buen político).