La película 1917, reciente ganadora de dos Globos de Oro a mejor película dramática y mejor dirección, se estrena este viernes 9 de enero en España. Os dejamos con la entrevista a Sam Mendes, director y guionista de la película.
Sam Mendes estuvo en Madrid para presentar la película 1917, seguramente la que será la mejor película de este reciente 2020. Pudimos entrevistar a Sam Mendez para que nos hablara sobre esta gran obra épica rodada como si se tratase de un único plano.
Durante la entrevista nos hablará sobre las complicaciones de la preproducción de una película de estas características, sobre lo duro que fue el rodaje -teniendo que tomar decisiones en el momento cuando estas se suelen tomar meses después-; lo que necesitaba de los actores protagonistas… Confiesa de que en ocasiones pensaba que había sido una mala idea hacer un trabajo tan difícil, otras veces se daba cuenta de que era un reto muy emocionante.
Entrevista con el director Sam Mendes ganador del Globo de Oro por su película 1917
¿Qué fue lo más difícil: El rodaje o la planificación de la película?
Es una gran palabra: planificación. Me encanta la planificación, es mi palabra favorita. ¿Qué fue lo más difícil? Rodar fue muy duro. Porque… Todo tenía que verse como una unidad. El tiempo tenía que ser perfecto, las condiciones tenían que ser perfectas, la interpretación tenía que se perfecta. los movimientos de cámara… Y esa presión constante, tener que tomar las decisiones en el momento… “Esta toma de de 10 minutos está bien, la metemos en la película y avanzamos…” Eso era una gran presión.
Normalmente en una película no tienes que tomar esa decisión durante meses, puedes esperar y ver cuál será la toma elegida, seleccionar si prefieres los primeros planos o los planos abiertos… No tienes que decidir el ritmo de la película, el “tempo” de la película, hasta más tarde pero aquí lo tenía que hacer durante el día. Aunque hubiéramos ensayado durante meses seguía siendo difícil, no podía tomar ninguna decisión hasta que estuviera en el rodaje.
¿Por qué tenía la necesidad de contar la historia de 1917 en un único plano?
Necesitaba que la audiencia estuviera encerrada con los personajes, que no pudiera salir, que se vieran obligados a hacer el viaje con ellos
y que no hubiera forma alguna de escape. Quería que sintieran que la película estaba en el tiempo “presente”, que no pudieran ver hacia adelantarse o retroceder demasiado. Tenían que ir con ellos y experimentar el viaje, que entendieran las distancias de viaje, el tiempo, sentir el tiempo, el mismo tiempo de los personajes. Así que creía que esa era la forma correcta de contar la historia.
Tuvimos que buscar la forma de que la película 1917 no fuera aburrida. No tenía que ser sólo mostrar lo que ellos ven. Una vez estás muy cerca, otra vez estás muy lejos de los personajes, los ves pequeños en grandes paisajes y otras veces estás justo en su bolsillo. Había que buscar la forma en la que la película pudiera ir tomando aire y soltándolo, algunas veces cerca, otras veces lejos.
¿Cuál fue el mayor obstáculo que encontró en todo este proceso?
Como he dicho, lo de tener que tomar decisiones en el momento y no darme a mi mismo ningún respiro. No había salida, tenía que hacerlo al momento o sería un completo fracaso. (ríe) Además es una película muy grande y cara. Fue como una montaña rusa porque algunos días
sentía como si fuera una idea horrible. Algunos día sentía como: “¿Por qué no hago menos? Esto es estúpido”. Algunos días pensaba que era una idea estúpida y otros días era muy emocionante. El gran reto era recordarme a mí mismo que era una gran idea. (Ríe)
¿Volvería a rodar una película tan complicada como 1917?
Sí porque, una de las cosas buenas es que una vez que tienes una toma larga, o varias tomas largas, es muy emocionante y lo quieres volver a hacer
así que sí, lo haría.
Ha contado que la idea de la película de 1917 surge a partir de las historias que contaba su abuelo sobre la Primera Guerra Mundial, ya que él fue mensajero en el frente. ¿Cree que este es el tipo de película que le gustaría ver a su abuelo en el cine?
Sí. Creo que le gustaría. Creo que le encantaría porque es básicamente la historia que me contó y además el también era un creador de historias.
A él le encantaba contar historias a su nietos, pero además el era novelista y escribía novelas y autobiográfías. A él le encantaría el sentimiento que cuenta la historia. Espero que se sintiera muy orgulloso y además, en ocasiones casi podía sentir que algunos días nos acompañaba en el rodaje.
¿Qué cree que tienen las películas bélicas y las Guerras Mundiales, para hacerlas tan interesantes a los cineastas?
Creo que la películas bélicas se seguirán haciendo y serán vistas porque los sentimientos humanos son muy extremos. Hay muy pocas situaciones
donde puedas ver a los seres humanos como asesinos. Esta no es una película bélica en la que se centre en los combates o en la sangre, se intenta utilizar la guerra para alcanzar una declaración universal: Lo que significa ser humano, tener un hermano o un amigo, o creer en algo más grande que uno mismo, sacrificarte por una causa… Todas estas cosas es lo que nos fascina de las películas bélicas ya que responden grandes preguntas.
¿Le fue difícil encontrar a los protagonistas? ¿Qué tenían que aportar a la película?
Fue difícil porque quería encontrar el equilibrio entre los dos chicos. Quería que fueran muy jóvenes, eso era lo primero, porque la media de edad
de los soldados en la Primera Guerra Mundial creo que estaba en los dieciocho, la media de edad. Muchos de los que se alistaban no eran lo suficientemente mayores, mintieron al alistarse. Así que quería que se sintieran muy jóvenes, una mezcla entre niño y hombre.
Con Dean-Charles Chapman quería sentir que fuera hablador, divertido, vulnerable, joven, inexperto. Pero “Schofield” (George MacKay) quería que tuviera experiencia, un poco más mayor, un poco más inteligente, un poco más dañado, un poco más introspectivo, pero muy digno, muy inglés. También heroico. Sabía que encontré el equilibrio que quería entre los dos cuando les hice leer el papel juntos en una habitación para ver si la amistad la sentía real y lo hicieron. Estoy encantado, lo hicieron fantástico en la película.