Entrevistamos a Marta Etura y Fernando González Molina por el estreno de la película ‘El guardián invisible’. Un thriller policiaco y de suspense en el ámbito familiar que logrará mantenernos en vilo mientras intentamos averiguar de la mano de la Inspectora Amaia Salazar quién es el culpable de los extraños crímenes de Orizondo.
La película de ‘El guardián invisible’ llega a los cines
- ¿Qué te atrajo en un primer momento de interpretar a la Inspectora Amaia Salazar?
Marta Etura:Su personalidad, su carácter, el viaje que hace a través de la película, su pasado… el pasado marca a las personas. En su caso marca su carácter y marca su presente. Y me parecía un personaje con una dualidad muy interesante; de fortaleza y fragilidad al mismo tiempo. El poder desarrollar este personaje en un ámbito profesional donde muestra su dureza, y en un ámbito personal donde muestra su vulnerabilidad y su herida. Luego trabajar con Fernando… de éste proyecto me atrajo absolutamente todo.
- Es una película con unos personajes femeninos muy fuertes, con mucha personalidad…
Fernando González Molina: Es lo que más me atrajo de la novela. En realidad la investigación policial es en el fondo tan sólo la excusa que nos permitirá conocer la historia de la familia Salazar. La historia de un matriarcado formado por cinco mujeres muy poderosas: tres hermanas, la madre y la tía. Unas mujeres muy fuertes, las cuales cada una a su manera es una auténtica superviviente. Los hombres estarán siempre en la sombra. Es un claro distintivo de la película.
- ¿Hasta dónde se ha implicado Dolores Redondo, la autora de la novela, en el rodaje de la película?
Fernando González Molina: En el set nos ha dejado trabajar. Y en lo que se refiere a la adaptación, nosotros mantuvimos un par de reuniones previas en las que hablamos de todas las posibilidades. Como director he aprendido que para ser fiel al espíritu y esencia de las novelas, que es lo importante, hay que ser infiel a los detalles en todo aquello a lo referente tanto a las características físicas de los personajes como en las secuencias concretas. Si no haces esto, tan sólo ofreces al espectador una mera ilustración de la novela, que no tiene ningún interés cinematográfico ni ninguna mirada. Paradójicamente para que la película le termine gustando mucho a la novelista tienes que saltar por encima del texto para acabar en la esencia.
Marta Etura nos habla de su papel en ‘El guardián invisible’
- La Inspectora Amaia Salazar es un personaje muy complejo, con muchas capas y que en un primer momento puede resultar demasiado frío y distante. ¿Cómo te hiciste con ella?
Marta Etura: Me basé básicamente en su pasado, en sus circunstancias, en el lugar de dónde es ella. Amaia es del Norte, de Orizondo, donde la gente suele tener un carácter bastante introvertido. Además tiene un pasado terrible que le ha causado una tremenda herida, lo cual le ha llevado a construirse una coraza para protegerse. También tenía muy claro que es un personaje muy, muy profesional y muy eficaz, porque de ello depende salvar vidas. Según entras en su vida personal, en su hogar, vas conociendo también su fragilidad.
- ¿Cuál es la escena que más os ha costado rodar?
Fernando González Molina: En general, es una película que a mí me ha costado bastante rodar. Era complicado encontrar el equilibrio entre qué enseñar y qué esconder. Construir el discurso interno del personaje de Amaia era lo más costoso. Es un thriller que finalmente te plantea preguntas tanto en la parte policial como en la parte personal, y esos interrogantes son los que tiene que ir enlazando el personaje de Marta en la película. Entonces, si nos pasábamos de opacos no había interrogantes y si nos pasábamos de claros se descubría todo.
Marta Etura: Para ponerte un ejemplo te diría la escena de la comida familiar. Todos tenemos una familia, todos tenemos conflictos en las familias, y todos reconocemos ese tipo de reuniones familiares donde de pronto aparece el conflicto y donde cada uno sale a defenderse o a atacar. Es una escena fabulosa que refleja perfectamente lo que dice Fernando. Tenía que saber hasta dónde mostrar el conflicto interno que hay en esta familia, el dolor que guarda dentro Amaia, pero sin mostrarlos del todo. Ese juego es el más complicado.