Entrevistamos al actor Nat Wolff y al escritor John Green durante su visita promocional a Madrid para presentarnos “Ciudades de papel”, la esperada adaptación cinematográfica de este bestseller juvenil.
- Quentin Jacobsen, tu personaje en “Ciudades de papel” afirma que a todos nos corresponde un milagro en la vida. ¿Cuantos llevas tú en la tuya y cuantos crees que te quedan?
Nat Wolff: (Risas). Espero que todavía me queden muchos. (Risas). Creo que uno de mis milagros son mi hermano y mis padres. Son personas con mucho talento y son gente muy buena. No podría ser lo uno sin lo otro. También creo que “Bajo la misma estrella”, la película de John Green es definitivamente uno de los milagros de mi vida porque gracias a él mi vida ha cambiado de una forma totalmente positiva. (Sonrie, Nat extiende el brazo con el puño cerrado hacia John y este le devuelve cómplice el saludo chocando su puño).
- Nat, ¿Qué has puesto de tu persona en tu personaje?
Nat Wolff: Yo era como Quentin cuando estaba en octavo grado. Bueno, sexto, séptimo y octavo grado y cuando hice esta película fue como coger una máquina del tiempo y volver atrás porque yo también tenía dos amigos con los que pasaba el tiempo y yo también era vergonzosamente romántico. Y cuando me hice mayor creo que perdí bastante de todo aquello y volver a revivirlo como personaje ha sido fantástico para mí también como persona.
- Ciudades de papel está basada en una historia real. ¿Cómo surgió la inspiración?
John Green: No es que esté basada en una historia real. Lo cierto es que cuando estaba en el instituto yo tenía idealizadas a las mujeres. Creía que eran algo más que humanas y eso era un sentimiento muy destructivo en mi relaciones tanto con ellas como con migo mismo. Por otro lado yo soy un friki de los viajes en coche.
- ¿Eliges la adolescencia para contar esta historia porque es el punto más aleatorio de la vida donde todo cabe?
John Green: Esa es una buena observación porque creo que la adolescencia es precisamente ese momento en la vida donde todo cambia y todo puede ser posible. Cierto modo esto puede ser casi una advertencia para los jóvenes. Es una oportunidad para hacer muchas cosas distintas y tener vivencias, experiencias muy intensas por vez primera. En la adolescencia es cuando nos hacemos las primeras grandes preguntas, tenemos el primer gran amor… Más tarde, de adultos, miramos atrás y pensamos en aquella época como algo muy naif, como muy inocente. Pero no, yo creo que en realidad es una época tan importante como intensa.
- ¿Por qué piensa que las novelas de jóvenes y adolescentes están teniendo ahora tanto éxito? ¿Es porque a los adolescentes se les trata de una forma inteligente? ¿Cree que los adultos pueden conectar con este tipo de novelas?
John Green: Por supuesto que los adultos pueden conectar con este tipo de novelas. De hecho la mayoría de mis lectores son adultos. Sí, creo que si se cuentan historias honestas… para adolescentes, hablando para ellos, ellos responden leyendo de forma muy inteligente y profunda, y eso es todo lo que yo podría pedir.
- ¿Está habiendo un cambio en las películas para adolescentes en la que los protagonistas no son tan salvajes o descerebrados (Bajo la misma estrella)? ¿Estamos viendo adolescentes más reales?
John Green: Puede… No creo que esté habiendo ningún cambio… Bueno, no lo sé. Realmente no sé nada sobre adolescentes ni sobre cultura adolescente. Creo que hoy día, con la explosión de las redes sociales, ellos tienen que ser muy conscientes de la manera en que las imágenes y los contenidos salen a la red y quedarse ahí para siempre, siendo algo que puede condicionarlos. Pero creo que los adolescentes siempre han sido curiosos y se han planteado preguntas sobre el sentido de la vida y por qué existe el sufrimiento. Y sólo por utilizar un lenguaje diferente al que utilizan los adultos para plantearse las mismas preguntas, no quitan profundidad a la pregunta.
- Nat, como te ayuda tener cerca la novela y al autor de la misma a la hora de desarrollar el personaje.
Nat Wolff: Es de gran ayuda tener a mano el libro. Lo mejor del libro es que está todo desde la perspectiva de Quentin. Así que es una suerte no tener la necesidad de estar pensando en qué es lo que corre por mi cabeza en mitad de las escenas. Y lo mejor de tener a John es que si le gusto a John significa que les gustaré a los fans. Y que el estuviera dentro de la película fue de gran ayuda.
- John, viendo el resultado de la película “Ciudades de papel” en la gran pantalla… ¿Cambiarías alguna cosa o crees que es una versión acertada de la novela?
John Green: Yo creo que una vez que he acabado una novela ya no me pertenece, les pertenece a los lectores. Así que no tengo elección o ningún control sobre la manera en la que los lectores interpretan la obra. Dicho eso, es gracioso porque en un par de ocasiones durante la película he deseado “¡oh, ojalá hubiera metido eso en la novela!”. Eso me ha pasado más desear que echar de menos partes de mi libro en la película… La gente siempre habla sobre si la adaptación es una especie de género menor, o una forma de arte con menos valía. Pero no estoy nada de acuerdo. El mayor ejemplo es que creo que la película de los Goonies, que me encanta y creo que es una de las mejores peliculas que se han hecho, tiene una novelización posterior que es incluso mejor que la misma película. Por eso no creo que una adaptación tenga que ser peor que la obra original.
- John, haces videos en Youtube, eres una estrella en Tumbler…. ¿La gente que te sigue son un nuevo tipo de lectores debido a Internet?
John Green: Sí, suelen serlo, pero no siempre. Hay muchos tipos distintos de lectores en el diagrama. Creo que es diferente leer un libro cuando sabes otras cosas sobre el autor, cuando sabes de su vida y tienes la ocasión de comunicarte con él. Cuando puedes escribirle algo que él puede ver y eso es algo muy bonito aunque a veces también tiene su parte mala. Cuando leí por primera vez (risas), quiero ser claro pero no soy tan buen escritor como Tony Morrison (GENERO) cuando leí por primera vez “La canción de Salomón”, nunca había pensado que podría decirle a ello lo mucho que había significado ese libro para mi, y ahora eso es posible. Ahora la comunicación entre escritor y lector ha cambiado definitivamente, y creo que eso también ha cambiado la forma en la que se escriben los libros.