A rebufo de todo el revival de cine nostálgico ambientado en los ochenta al cual nos ha inducido la muy exitosa y muy pelmazo Stanger Things –niños en bicicletas que investigan cosas espoleados por una gran imaginación- , llega, a las carteleras españolas, Verano del 84; dispuesta a, sin pudor ni complejo de culpa, llevarse su trozo del pastel. Amenazan con convertirse en una saga. Crucemos los dedos para que no.
Sinopsis
En el verano de 1984, un grupo de amigos que viven en un arquetípico barrio residencial americano, deciden pasar las horas muertas investigando a uno de sus sus vecinos, ya que consideran que podría ser un asesino en serie.
Opinión
Verano del 84 es un refrito trillado; un pastiche que, a no ser que seas uno de esos seres humanos impermeables a cualquier atisbo de cultura audiovisual o vivas en otro planeta, podrías reconstruir de memoria y estupefacto.
¿En serio se han atrevido a reconstruir paso por paso, secuencia por secuencia, personaje por personaje, la misma formula? Te preguntarás. Pues sí, en serio. Aun así es es una película perfecta. ¿Perfecta para qué? Perfecta para ir al cine con tu cita Tinder. ¿Con mi cita Tinder? Si, con tu cita Tinder: No es necesario que prestes atención a la pantalla y sabes perfectamente cómo va acabar; sabes dónde están los puntos de giro, las dudas que les entrarán a los protagonistas en un momento dado; conoces a las perfección quién es quién y qué les va a pasar; por tanto, de ti depende hasta qué punto estés dispuesto a engañarte, hasta que punto estás dispuesto a tragarte lo que te están contando y hasta qué punto una vez finalizado el polvo – perdón la película- estarás dispuesto a pasar otra vez por el aro; hasta qué punto estarás dispuesto a fingir interés cuando habléis de los sempiternos lugares comunes y, hasta qué punto, fingirás un entusiasmo sociópata cuando te diga que su libro favorito esalgún zurullo de Isabel Allende -es tan mala, decía Roberto Bolaño, que no se la puede considerar escritora, sino escribidora-y su película favorita Los Goonies.
De ti depende reflexionar si ha valido la pena. Si de verdad necesitas que te cuenten la misma historia una y otra vez.
Bueno, no seamos hipócritas, todos lo necesitamos, sólo que, en mi caso, soy de los que prefieren beber rápido y meter mano cuanto antes. ¿Y tú?
