Policía, mafias y criminales se entremezclan en una nueva entrega del cine de acción bajo el título ‘Triple 9’ y la dirección de John Hillcoat.
Sinopsis de la película ‘Triple 9’
Llevar un atraco a buen puerto no es un asunto sencillo, pero aún es más complicado si perteneces a la banda de Michael Atwood (Chiwetel Ejiofor). Los chicos de Atwood no solo huyen del Agente Allen (Woody Harrelson), sino que también tienen detrás a la mafia rusa, encarnada en Irina Vlaslov (Kate Winslet), una mujer que no se anda con bromas y que arrastrará a la banda a una espiral infinita de violencia, traición y corrupción policial.
Crítica ‘Triple 9’
Películas de atracos hemos visto muchas, y a estas alturas parece complicado introducir alguna innovación en la materia. John Hillcoat, director de, entre otras, la muy meritoria versión de “La Carretera” de Cormac McCarthy, apuesta por multiplicar los puntos de vista, trayéndonos una película de enredos donde policía, mafias y criminales de poca monta se mezclan en una misión con demasiados intereses diferentes y donde nadie es quien dice ser…
Resulta paradójico, y siniestramente coherente, que una película que basa su argumento en las dobles identidades y los girazos de guión sea al análisis tan tramposa y contradictoria.
Porque, si medimos Triple 9 desde el punto de vista de la dirección, encontramos una película dirigida con pulso firme y que saca un extraordinario músculo en las escenas de acción. Si la abordamos desde la interpretación, nada puede reprocharse a un ramillete de nominados al Oscar dando lo mejor de sí mismos. Pero si valoramos la tercera pata de la ecuación (la que se supone que es la más importante) nos encontraremos un guión endeble, que hace resentirse al conjunto.
Matt Cook, guionista debutante, compone una historia bien trufada de clichés, tanto en las situaciones como en los giros dramáticos. De su argumento, bien surtido de personajes, puntos de vista y planes retorcidos, solo puede decirse lo peor que se le puede decir a una trama de estas características: Parece mucho más complicado de lo que realmente es.
Pero bueno, de historias manidas también se puede vivir (y si no, vean la lista anual de nominados al Óscar), mientras el punto de vista sea original y se articule en base a personajes con fuerza. El problema es que ése es precisamente el principal agujero de la película. Pese al esfuerzo ínclito de los Affleck, Winslet y compañía, todos los protagonistas acaban cayendo en el cliché (El atormentado que bebe whisky, la mala que mira malamente la chimenea, el loser que tartamudea) merced a uno personajes que carecen de profundidad y que, para más inri, están trazados con más de un golpe bajo narrativo (Ese niño repipi que simboliza la paternidad coja del protagonista…).
Triple 9 parece por tanto dar la razón a los que tildan a su director, John Hillcoat, de manierista. La película no transmite nostalgia, porque estamos seguros de que otro aprovechará mejor sus estimulantes fuentes narrativas (La corrupción policial, esa “Kosher Nostra” que se aventura como un manantial de fenomenales malos de película) pero sí que deja un poso de confusión y contradicción en el espectador.
Siendo ágil y amena, al mismo tiempo Triple 9 es una película a la que es difícil hincarle el diente (y el colmillo). Porque, tras una plástica abrumadora de gran película, se esconde la vacuidad argumental. O dicho de otras maneras, no cuenta nada, pero lo cuenta muy bonito.
