La Jauría es una nueva serie chilena protagonizada por Antonia Zegers, Daniela Vega y María Gracia Omegna, y estrenada mundialmente en Amazon Prime Video. Entre el drama y el thriller, la serie La Jauría trata principalmente sobre el abuso hacia la mujer en diferentes situaciones y la toxicidad masculina. Aquí os dejamos nuestra crítica de la serie La Jauría de Amazon Prime.
Sinopsis de la serie La Jauría
Tras destaparse los abusos por parte de un profesor a varias alumnas del Santa Inés, éstas deciden iniciar una protesta y tomar el colegio. Unos días más tarde, la líder del movimiento, Blanca Ibarra (Antonia Giesen), desaparece y se viraliza el vídeo de su violación. La unidad policial especializada en delitos de género investiga su paradero y pronto descubre que existe un peligroso “juego” en el que hacer daño a las mujeres es el objetivo principal.
Crítica de la serie La Jauría de Amazon Prime
Un potente inicio cuyo conflicto principal bebe de la realidad, concretamente de lo ocurrido en Pamplona hace ya cuatro años pero que no se centra exclusivamente en eso, ya que trata también otras situaciones de abuso. Sin embargo, el querer abarcar tanto, hace que la serie La Jauría de Amazon Prime en ocasiones se convierta en una especie de telenovela con situaciones vagamente conectadas.
La primera temporada de la serie La Jauría, que ya puedes encontrar dentro del catálogo de Amazon Prime Video, cuenta con ocho episodios que rondan los 45 minutos de metraje cada uno.
Un potente arranque
Todo comienza con una escena repulsiva pero eficaz: Un profesor le pide a Sofía, una alumna menor de edad, que emita ciertos sonidos similares a gemidos y adopte ciertas poses frente a la cámara. La alumna visiblemente incómoda, sigue las instrucciones y al salir del aula, rompe a llorar.
Sofía (Mariana di Girolamo) no ha sido la única que ha pasado por esta situación pero esta vez, las chicas no van a callarse. Juntas comienzan una protesta liderada por Blanca (Antonia Giesen) pidiendo el despido del profesor, protegido tanto por las autoridades del colegio como por sus propios padres, que no las creen.
Días más tarde Blanca desaparece y se viraliza un vídeo dónde es violada por varios compañeros de clase. Mientras la comisario de homicidios, Murillo(Daniela Vega), trabaja codo con codo con la comisario de Investigaciones, Fernández (Antonia Zegers), la subcomisario Farias (Maria Gracia Omegna) y el psicólogo del colegio (Alberto Guerra), la hermana de Blanca, Celeste (Paula Luchsinger) sigue sus propias vistas y se introduce en un peligroso juego dónde las mujeres son el objetivo.
Popurrí de temáticas y otros
No podría contar todos los temas que se juntan en la serie sin hacer spoiler, sin embargo todo parece transparente y a medida que avanza la serie, no existen las sorpresas o grandes giros de guion. El espectador puede averiguar fácilmente cuál será el siguiente paso de los personajes o qué secretos ocultan.
Como ya he mencionado antes, la serie La Jauría se basa en hechos reales pero a veces las situaciones son demasiado surrealistas o recuerdan demasiado a otros productos audiovisuales. Puede recordar, por ejemplo, a la película ‘Nerve, un juego sin reglas‘ (2016) con Emma Robertsy Dave Franco, en la que ambos seguían una serie de retos arriesgados para conseguir popularidad, solo que en este caso el “juego” trata de crear grupos o ejércitos de monstruos que atacan o humillan a mujeres.
Si uno piensa en el líder del juego como una metáfora de ciertos estímulos que se encuentran en la sociedad y resultan tóxicos, la idea se convierte en más interesante, sin embargo se pierde entre todos los temas que intenta abordar.
Resulta también peligroso lanzar la idea de que ningún chico está de parte de las chicas o que todos, absolutamente todos, están dispuestos a participar en el juego. Aunque luego paguen las consecuencias.
Los personajes de la serie La Jauría
Quizá la cara más conocida de la serie es Daniela Vega, protagonista de una “Una mujer fantástica” (2017) de Sebastián Lelio, pero en esta ocasión su personaje nos dejará fríos por no terminar de dejarse conocer. Recuerda a una Clarice Starling en “El silencio de los corderos”, pero a medio terminar.
Hubiera estado bien ver a las protagonistas adultas estar más unidas desde el principio en la investigación, sin embargo se nota entre ellas una rivalidad que las diferencia claramente de las generaciones venideras.
Por otro lado, Paula Luchsinger en el papel de Celeste sí consigue sobresalir, al menos por tener la parte de la trama que más avanza en la investigación o ser el personaje que más activamente participa en todo lo que ocurre.
El tema central de Ana Tijoux
“No estamos solas” es el tema central de la serie, escrito e interpretado por la cantante Ana Tijoux. Una canción con un mensaje muy claro que parece, pretende ser un grito de guerra y unidad en la lucha feminista. Con frases como “mi cuerpo, yo mando” o “tocan a una, tocan a todas” que forman parte de los gritos y cánticos de las marchas feministas, Ana Tijoux pone música a lo que la serie grita.
La cantante tiene además un pequeño cameo en la serie que, por otro lado, podría tener mayor relevancia en lo que podría ser una segunda temporada.
Opinión final
En mi opinión, la primera temporada de La Jauría de Amazon Prime Video trata de juntar demasiados temas a los que da unas pocas pinceladas e intenta estirar otros que no dan para tanto. Peca en separar a hombres y mujeres en dos bandos, ya que parece que ningún chico apoya a sus compañeras en las protestas, y quizá eso sea lo que menos gusta de la serie.
Hombres débiles, aunque no físicamente, que odian a las mujeres o quieren ser parte de algo; y mujeres que empiezan a entender que la unión hace la fuerza pero que siguen siendo vulnerables. Este es el resumen final que podemos ofreceros de la serie La Jauría, que trata de servir como denuncia de la violencia de género que sufren las mujeres.
El “caso de La Manada” tuvo un gran impacto en la sociedad e incluso se llevó al teatro con todos los detalles del juicio en la obra del mismo nombre que esta serie, “La jauría”. La serie chilena que hoy nos ocupa trata de ser un reflejo más amplio de los problemas de la sociedad pero, por desgracia, ambas nacen una misma realidad.