La película ‘Marea negra’ da al espectador lo que quiere en una acertada mezcla de explosiones, acción, tensión y denuncia de una realidad que causó la mayor catástrofe medioambiental de Estados Unidos.
Crítica de la película ‘Marea negra’
Chapapote por doquier, la bandera americana ondeando entre las llamas y Mark Wahlberg para salvarnos a todos. Desde luego que la combinación puede resultar un poco fuerte en un primer momento, pero a favor de Marea negra he de decir que, en esta ocasión, resulta convincente y terminará por funcionar a la perfección. Una película que aunque de ante mano sepamos que se basa en hechos reales, no podremos evitar que nos recuerde por momentos a otros grandes clásicos de cine de catástrofes como ‘El coloso en llamas’ (1974), pero sobre todo a ‘Armageddon’ (1998). En una y otra encontramos un equipo de tipos rudos, y por qué no bastante cachondos, trabajando en una plataforma petrolera en mitad del océano, eso sí aquí no nos amenazarán meteoritos desde el espacio. El conflicto en esta ocasión será mucho más terrenal: la codicia humana encarnados en los intereses económicos de la multinacional BP.
La historia de esta Marea negra se centra en narrarnos los hechos que llevaron a causar el mayor desastre ecológico de Estados Unidos. Fecha: 20 de abril de 2010. Ubicación: Golfo de México. Resultado: Una explosión que provocó el más importante vertido de petróleo de la historia y once personas muertas. La película nos introducirá de lleno en las entrañas de Deepwater Horizon, esa plataforma petrolífera cuyo propósito era perforar pozos en el subsuelo marino.
Peter Berg (‘El único superviviente‘, ‘Battleship’), director de la cinta, basa su relato en un artículo de David Rohde y Stephanie Saul publicado en New york Times. Una exposición clara y valiente, y visualmente espectacular, de las verdaderos hechos que llevaron a tan terrible hecatombe medioambiental. Así, sin filtros ni tapujos denuncia la mala praxis y la codicia de los responsables de BP, que aún siendo conscientes de los peligros que podía con llevar sus acciones no les importó seguir con los planes previstos, poniendo en peligro de este modo a todos sus trabajadores (atención especial merece el pulso interpretativo que mantienen al respecto de este tema Kurt Russell y John Malkovich). Para ello tan sólo reinó un criterio, la clara ambición económica.
El resultado final de Marea negra será una crítica al sistema capitalista en el que nos encontramos todos inmersos, capaz de dejar la ficción de lado durante sus últimos minutos de metraje para mostrarnos los nombres y las caras de los verdaderos responsables. La ficción da paso así a la realidad, con imágenes de archivo donde volveremos a ver revivir la golosa explosión y sus inmensurables consecuencias. Pero Berg vive tentado, una vez más, por coronar su película bajo la clara intención de terminar por ensalzar el espíritu americano. Y de este modo, aunque aparezcan algunos villanos por el camino, logrará encauzar todas las miradas hacia la figura de su protagonista Mike Williams, Mark Wahlberg, convertido ya en un héroe. Ese héroe americano del que sentirse orgullosos y por el que hondear la bandera americana. Un homenaje a sus víctimas y a sus héroes, haciendo que el mensaje final de la cinta sea el de siempre: ¡Vivan los Estados Unidos! Pese a todo y a todos , ¡somos la leche! Y de este modo la devastación ecológica, la otra cara de la moneda de los acontecimientos narrados, queda totalmente ignorada.
