Se estrena en nuestras pantallas Bienvenidos a Marwen, la última película de Robert Zemeckis. Una historia real, para cuya adaptación el virtuoso director norteamericano conjuga acción real y animación.
Bienvenidos a Marwen: Sinopsis
Mark Hogancamp, tras sufrir un terrible asalto y permanecer en coma durante nueve días, se despertó con una amnesia completa. Su única terapia fue construir en su jardín unas maquetas con figuras de soldados de II Guerra Mundial.
Crítica de la película
El director Robert Zemeckis se sumerge de nuevo en el motion capture (ya experimentó sobradamente con dicha técnica en las tres películas de animación que encadenó entre 2004 y 2009: Polar Express, Beowulf y Cuento de Navidad), en un nuevo film que mezcla géneros con la misma soltura con que mezcla animación y acción real. Coescrita por el propio Zemeckis junto a la guionista Caroline Thompson, lo primero que llama la atención al ver la película es la significativa preponderancia en su metraje de las secuencias protagonizadas por los muñecos; prácticamente la mitad del film se ubica en este particular pueblo de Bélgica llamado Marwen, donde el capitán Hogie y su destacamento de féminas guerreras resisten con un sacrificio encomiable las continuas embestidas de los inmortales nazis.
El tono bélico, subrayado a la perfección por esas marchas militares de tambor que se repiten constantemente, así como ese espíritu aniñadamente bravucón con el que el capitán y sus damas se desenvuelven en su trama, funcionan muy bien. En cuanto a la animación, digamos que han jugado sobre seguro, no hay nada que chirríe, pero tampoco es para tirar cohetes. Dejémoslo en que cumple.
Pese a esto, hay que reconocer que el guion de la película es certero y equilibrado; acierta a la hora de trazar las dos tramas del film, cada una nutriéndose de la otra en pos de una lógica narrativa que logra transmitir al espectador su esencia. Bienvenidos a Marwen nos habla, en definitiva, del coraje que requiere abandonar la huida y mirar a los ojos a nuestros demonios para enfrentarnos a ellos, así como de la soledad que conlleva el no hacerlo.
En general todo el reparto del film luce correcto. Steve Carell cumple con solvencia en su rol de referente interpretativo del film; es el protagonista absoluto y no hay fisuras significativas en este aspecto. Leslie Mann, quien ya coincidió con el propio Carell en Virgen A Los 40, ejerce bien como coprotagonista del film. No me resisto a destacar, por otro lado, al personaje de Deja Thoris; completamente animado (aunque con los rasgos de la actriz Diane Kruger), hay que decir que es todo un acierto el modo en el que está concebido, y que aporta un punto de misterio a la trama que se agradece enormemente.
A los mandos de la música se encuentra el gran Alan Silvestri, con una banda sonora que, en su vertiente bélica quizá se torna en demasiado machacona, pero que se adecúa a la perfección en los momentos íntimos, gracias a un leit motiv con mucha presencia (y que, como score lover que soy, recomiendo que se escuche varias veces).
Opinión final
En resumen, un film entretenido y disfrutable, que funciona como un reloj dentro de su blancura dreamworksniana. Lástima que su tercio final peque de ser algo predecible, y su desenlace se quede un poco sin fuste.