Programada en Sitges 2018, Netflix hace hueco en su parrilla a “Monstum”, una monster movie procedente de Corea del Sur.
Sinopsis de “MONSTRUM”
En el vigésimo segundo año de Jung Jong (en el siglo XVI de la actual Corea), el pueblo está aterrorizado por los rumores que afirman haber visto una criatura monstruosa devorando humanos en el monte Inwangsang. Esto lleva al emperador Jung Jong a enviar al mejor hombre de su ejército a encontrar a esta bestia mítica.
Crítica de “MONSTRUM”
Es un hecho que la producción fílmica surcoreana goza de un notable predicamento en nuestro país, y no únicamente en términos de distribución y presencia en festivales. Kim Ki Duk (Hierro 3, El Arco), Park Chan Wook (Old Boy, Stoker) o Bong Joon Hoo (The Host, Rompenieves), por citar los ejemplos más conocidos, han logrado tal repercusión con sus distintas películas (incluyendo el salto a Hollywood) que no sólo han logrado que sus nombres sean reconocidos en el panorama cinematográfico, sino que han contribuido notablemente a la apertura cinematográfica de su país. Fenómeno este que, como ya hemos subrayado alguna reseña anterior, supone una auténtica veta de cara al catálogo de las distintas plataformas VOD.
Establecido, pues, el preámbulo, hablemos de Monstrum. En líneas generales, no hay mucho que se pueda destacar en cuanto a su discurso narrativo; el objetivo del film es centrarse única y exclusivamente en la trama principal del film y, lo que se salga de ahí, o no existe, o es tan accesorio que ni siquiera molesta. Síntoma de ello es el trazo grueso con el que se plantea el contexto sociopolítico del film: un contraste carente de poso entre un pueblo débil, pobre e inculto, por un lado, y una clase dirigente opresora cuyas huestes no dudan un ápice en atravesar con su espada a quien sea necesario. Dicho planteamiento servirá de base para sostener esa idea colectiva que apunta a los ataques de Monstrum como una especie de castigo divino hacia el actual monarca.
Respecto a los valores de producción propiamente dichos, hay que decir que para ser una película ambientada en el medievo asiático y con un monstruo como reclamo, al film se le ven bastante las costuras. La dirección de producción peca de cartonpiedrer, y la composición de ciertos planos denota una escasez notable de recursos. Y pese a que el acabado visual del bicho en cuestión hay ocasiones en que da cosica (hay planos que bien podrían pertenecer a una producción Asylum) lo que no se le puede negar al film es un ritmo endiablado. Los últimos 50 minutos del film pasan a toda velocidad con los personajes saltando y corriendo de un lado para otro y Monstrum despedazando a todo lo que se mueve; compensando, todo hay que decirlo, ese sentido del humor infantil tan de su tierra que, reconozcámoslo, encaja regular.
Opinión Final
En resumen, un film muy entretenido con el que resulta imposible aburrirse, pero al que se le echan en falta varios puntos de cocción en términos de producción.