“La reina Victoria y Abdul” nos relata la extraña pero intensa relación que se originó entre la reina Victoria y un súbdito indio llamado Abdul Karim. Una propuesta que resultará innegablemente embaucadora gracias a la maravillosa interpretación de Judi Dench.
Crítica de la película “La reina Victoria y Abdul”
Comienza la lluvia de estrenos llamados a encabezar la próxima edición de los Oscar. Esta semana llega a la cartelera nacional La reina Victoria y Abdul, una película que pese a estar basada en una historia real, la amistad que surgió entre un sirviente indio y la reina de Inglaterra, no se queda en la superficie del mero biopic aletargado de sobremesa y logra abrirse camino en la laboriosa misión de adoctrinar en el respeto y la diversidad cultural. Una película indudablemente amable, que no resultará revolucionaria ni innovadora, pero que usa sus recursos y armas de forma eficiente y certera, logrando captar la atención de cualquiera que se siente en la butaca del cine. Esa es su principal virtud.
La historia nos lleva hasta Gran Bretaña, en 1887. El joven Abdul Karim (Ali Fazal) viajará hasta la corte británica con motivo de la entrega de una moneda conmemorativa a la Emperatriz de la India, la Reina Victoria (Judi Dench). Durante dicha recepción ambos cruzarán sus miradas y la conexión será inmediata. Poco a poco irá surgiendo una amistad -o algo más- que llevará al joven sirviente, conocido como ‘El Munshi’, a desempeñar el cargo de secretario personal y maestro de la reina. Esta estrecha amistad será mal vista dentro de la Casa Real, tanto por sus hijos como por su personal más cercano, ya que se sentirán amenazados por la presencia cada vez más notable de un joven que no consideran digno de dichos privilegios o tareas.
Gran parte del éxito final de la cinta reside en la carismática interpretación de sus dos protagonistas principales. Judi Dench (quién ya posee un Oscar gracias a su interpretación de la reina Isabel I en “Shakespeare in love”) y Ali Fazal encarnarán a esa “extraña pareja” que a priori tiene todo en su contra para comenzar una relación -de amistad, amor, respeto…-, pero que el destino unirá más allá de cualquier convencionalismo. Raza, edad, posición social o dinero no serán un impedimento para que todo fluya entre los dos, y encuentren el uno en el otro lo principal en esta vida: cariño, respeto y compañía. Judi Dench es una auténtica reina; nadie pondrá en duda que es la mismísima reina Victoria. Altiva, orgullosa, dominante y mal humorada, hasta que una mirada de este apuesto joven logre desarmarla por completo.Ali Fazal seráAbdul Karim, el joven “maestro” de la reina. Un mero súbdito que con su cercanía y nobleza llegará a conquistar el adormilado corazón de la reina soberana.
La dirección de Stephen Frears (Alta fidelidad, La reina)logrará mantener durante todo el relato el equilibrio perfecto entre comedia y drama, sin perder a su vez un ápice de ese pulso narrativo que nos mantendrá atentos a la pantalla. Una historia que sirve como contraste entre dos mundos totalmente apuestos; el de la reina Victoria, una mujer poderosa y con todo a su alcance pero sumida en la más absoluta soledad y desdicha; y el de un hombre humilde y servicial pero inmensamente feliz. Logrando así demostrar como ambos mundos, tan alejados aparentemente, se necesitan y complementan a la perfección. “La reina Victoria y Abdul” resultará convencional, sí -aunque no dudo que dicha relación fuera un auténtico escándalo para la sociedad victoriana de la época-, pero indiscutiblemente bien realizada y exquisitamente presentada. Tan sólo se le puede reprochar una cosa a Frears: no haber arriesgado más en lo que se refiere a la relación amorosa de sus dos protagonistas en un intento de querer resultar políticamente correcto.