Cartel de La Guerra del Planeta de los Simios
Cartel de La Guerra del Planeta de los Simios

Crítica ‘La guerra del Planeta de los Simios’: Nunca subestimes la maldad del hombre

‘La guerra del planeta de los simios’ cierra de la mejor forma posible una trilogía iniciada –o más bien reiniciada– por ‘El origen del planeta de los simios’ en 2011. Hoy analizamos uno de los estrenos cinematográficos más esperados de este verano 2017.

Crítica ‘La guerra del Planeta de los Simios’

Parece paradójico que una película de ciencia ficción como es La guerra del planeta de los simios pueda representar de una forma tan fidedigna la realidad en la que vivimos actualmente y el constante miedo que tiene nuestra sociedad hacia lo diferente y lo desconocido.

Amiah Miller es una de las protas de esta nueva entrega
Amiah Miller es una de las protas de esta nueva entrega

En esta nueva entrega la guerra entre los humanos y los monos acaba de estallar. César (Andy Serkis), el líder de los simios, se ve obligado a disputarla, aunque sus intenciones y las de su raza sean pacíficas. Por el contrario los humanos intentarán justo lo contrario: exterminar y esclavizar a una especie que consideran, de forma irracional, una amenaza.

Woody Harrelson en 'La guerra del PLaneta de los Simios'
Woody Harrelson en ‘La guerra del PLaneta de los Simios’

Es curioso como una película como esta, con una clarísima intención comercial, puede llegar a encerrar un mensaje tan profundo, comprometido y crudo. Representa de forma alegórica nuestra historia como raza y a todos los monos que hemos considerado una amenaza. Por poner solo algún ejemplo, pensemos en las colonizaciones de Asia y África, en la esclavitud o en el etnocidio del descubrimiento de América.

Los simios tendrán que luchar por su supervivencia
Los simios tendrán que luchar por su supervivencia

La historia de la humanidad está plagada de guerras contra toda clase de monos. No en vano, la película ya empieza poniendo en primera línea de fuego una de las grandes películas bélicas de la historia: en una alcantarilla aparece escrito Ape-ocalypse Now (ape significa mono en inglés), lo que nos da una pista de la pretensiones ideológicas y estéticas del director –la primera escena, cuando se adentran en el bosque para atacar a los monos, es el paradigma de las películas de este tipo–.

Andy Serkis y Terry Notary durante el rodaje de la película
Andy Serkis y Terry Notary durante el rodaje de la película

Y es queLa guerra del Planeta de los Simios es una cinta bélica, un retrato del odio irracional que mueve a los humanos a exterminar. Habla de todas esas cosas que conlleva el miedo a lo desconocido y que nos mueve a atacar, a cazar y a torturar. El mismo miedo que hace que hoy en día gane unas elecciones Trump, el Brexit sea una realidad o la crisis de los refugiados se haya convertido en la mayor vergüenza de la humanidad en muchos años.

Por otro lado, a nivel técnico, la factura es exquisita. El protagonismo casi completo de los monos era un reto que han resuelto de una forma más que acertada. Quizá hacia el final de la película el lucimiento y la necesidad de espectacularidad para cerrar lo más alto posible –no olvidemos que aunque el mensaje oculto sea profundo estamos ante una película palomitera– le resta cierta calidad a una historia que, aunque sea de monos que hablan, está más cerca de nuestra realidad de lo que podemos imaginarnos.

Amiah Miller será la alidada humana de los simios
Amiah Miller será la alidada humana de los simios

En definitiva, La guerra del planeta de los simios es una película que agradará a todo tipo de públicos, tanto a los que van en busca de un catálogo infinito de efectos especiales como a los puristas que buscan una historia detrás de cada explosión. Ya queda en la voluntad de cada uno rascar un poquito más y encontrarse con el duro mensaje que subyace entre palomita y palomita.

DIRECCIÓN
8
GUION
7
INTERPRETACIÓN
7
EFECTOS ESPECIALES
10
Reseña de lectores2 Votos
7.2
LO BUENO
El perfecto equilibrio entre guión y efectos especiales.
LO MALO
El final, tan apoteósico como innecesario.
8