Segundo intento de adaptación de la saga de videojuegos del estudio IO Interactive con el televisivo Rupert Friend en la piel del letal Agente 47. Una película donde lo visual prima sobre un guion confuso.
Sinopsis de “Hitman: agente 47”
El agente 47 se embarca en una misión en la que deberá ayudar a una misteriosa mujer, superior a él en capacidades, a encontrar a su padre. Él tiene la clave sobre la creación de agentes y sus enemigos necesitan encontrarle antes de que lo haga 47.
Crítica de “Hitman: agente 47”
Fox vuelve por los mismo derroteros al intentar adaptar una saga de videojuegos como es “Hitman” tras el gran fracaso de la primera entrega. Cuesta comprender su empeño con un videojuego que, aunque conocido, tampoco se puede comparar con otras franquicias más exitosas y reconocibles por todo el mundo. Bien es cierto que el argumento de “Hitman” puede ser explotado en el cine, el problema es que el guion escrito por Skip Woods y Michael Finch deja de lado las virtudes de la historia original.
El libreto se traduce en una mera excusa que funciona como nexo de unión entre las escenas de acción y que apuesta por una historia confusa en su desarrollo, llegando a ser más incompresible a medida que avanza el metraje. El sigilo, pieza clave en los videojuegos protagonizados por el Agente 47, aquí se deja de lado para dar paso a la ensalada de tiros en la que se convierte cada set piece.
El director Aleksander Bach debuta en el cine de manera irregular. Su trabajo con los actores no cumple, provocando que en los escasos momentos íntimos del relato los intérpretes no sepan muy bien por dónde se andan. En lo que sí que parece desenvolverse con soltura el realizador es en los momentos más adrenalíticos. Bach, que procede del mundo de la publicidad y del videoclip, maneja la acción de manera muy visual, encadenando ideas originales con planos imposibles. Si bien es cierto que su estilo puede llegar a parecer pasado de rosca y ciertamente hortera para el espectador tradicional, hará las delicias de los más jóvenes, acostumbrados a un estilo mucho más frenético y un lenguaje que cada vez se hermana más con diferentes productos audiovisuales alejados del cine.
Rupert Friend crea un Agente 47 con poca presencia física. Su afilado rostro y sus rasgos finos no crean la amenaza necesaria que debería emanar de una auténtica máquina de matar. Aunque el intérprete se esfuerza por resolver el papel lo mejor que puede, está claro que es una mala elección de casting, haciendo que incluso se recuerde con cariño a Timothy Olyphant. Hannah Ware, compañera de fatigas del Agente, no molesta pero tampoco destaca. Aunque asombre ver a ciertos actores dentro de un producto como este, el espectador se alegrará de encontrarse con Zachary Quinto interpretando al antagonista de la historia, con su habitual expresión de maldad que tan bien explotó en la serie “Héroes”. También pasaba por ahí el gran Ciarán Hinds en un pequeño papel en el que se le ve desubicado a causa de sus pobres líneas de diálogo, reservándole lo más emotivo de un film en el que su tono no encaja.
Una vez más, siendo tristemente habitual en el cine actual, se han dejado de lado los efectos prácticos, regando la pantalla de gráficos CGI que lucen francamente mal, sacando al espectador de la escena cada vez que hace acto de presencia alguna explosión o en la secuencia del ataque con el helicóptero, sin duda lo menos trabajado del departamento infográfico. Marco Beltrami, con algunos scores potentes, tampoco deslumbra con una partitura que no encaja en tono y lugar con lo que se muestra en pantalla.
“Hitman: agente 47” es un intento fallido de relanzar una franquicia que debió quedarse en su medio natural, las consolas. La maldición se cumple una vez más y el espectador, en especial el gamer, deberá seguir esperando hasta que llegue la esperada adaptación cinematográfica de un videojuego que nos haga creer que el paso del píxel al celuloide es posible.