El contestatario y mediático Michael Moore vuelve a la gran pantalla con este documental que analiza la Norteamérica de la era Trump, y lo hace con su habitual sello, entre lo polémico y lo sensacionalista.
Opinión “Fahrenheit 11/9”
“Fahrenheit 11/9” puede sentirse como la secuela de aquel celebrado “Fahrenheit 9/11”. Una puesta al día de la Norteamérica que gobierna con puño de hierro desde el trono imperial el infame Donald Trump. Material más que deseado para un personaje como Michael Moore. Un director de documental que ya es casi una institución en su país, metiéndose en todos los charcos habidos y por haber y luchando por lo que es justo.
Aunque en un primer momento, a tenor por el título y su promoción, se pudiese pensar que Trump es el auténtico protagonista del film, lo cierto es que es solo una parte, un hilo conductor que nos irá llevando por distintas problemáticas estadounidenses a cada cual más increíble, incluso alguna ya vista en trabajos anteriores de Moore como el problema del armamento de civiles y las masacres en escuelas. Es por ello que el nuevo trabajo del director de Michigan resulta a ratos tedioso por reiterativo y en otros se siente que no lleva una línea clara, divagando entre temas tras la presentación de Donald Trump, el cual se muestra ausente en el documental en gran parte de su metraje. Tampoco ayuda la duración del documento, siendo esta excesiva al recrearse en exceso con determinados casos que quizá merecieran una película individual para ellos.
No nos encontramos, por tanto, ante el mejor trabajo de Moore, pero este sí que muestra algunos momentos brillantes, como la comparación entre Donald Trump con el nazismo y Hitler, a través de material de archivo de los años del surgimiento del nacionalsocialismo. Los temas que aborda la película son interesantes y algunos incluso emotivos, como el de la masacre en la escuela, pero en esta ocasión parece que Michael Moore quiere ser más protagonista que en ocasiones anteriores y eso pesa en el resultado final. Y es que el de Michigan se ha convertido en personaje mediático y se aprovecha de ello, perdiendo la esencia de director de documentales por el camino. Lo interesante seria que la película hablase por sí misma, sin tener que atribuir todo a Moore, pues deja de ser un documental para convertirse en un discurso.
“Fahrenheit 11/9” cumple su cometido, hace reflexionar a cualquier espectador sin importar su país de origen, porque, como alerta Moore, nadie podía imaginar una situación política como esa en una Norteamérica que presume de democrática, como lo era la Alemania previa al nazismo y como lo somos nosotros tras el 78, pero el peligro acecha y el fascismo vuelve a ser fuerte en Europa, y la responsabilidad de que lleguen o no al poder es solo nuestra.